En una tarde marcada por la frustración y la polémica arbitral, el director técnico del Deportivo Cuenca Nolberto Araujo no pudo contener su enojo tras el empate ante Emelec.
«Sí, sin duda, quizás lo mejor fue quedarnos con esa pelota numérica», comenzó diciendo, visiblemente incómodo. Su análisis del partido fue tan errático como el desempeño de su equipo en la cancha: “Empezamos a manejar… pero el control del juego fue intermitente, por momentos sí, por momentos no.”
El entrenador reconoció errores en el planteamiento y ejecución: «Empezamos a lanzar mal, a equivocarnos en los caminos». Sin embargo, también fue claro al señalar que el rival no les hizo daño directo en el segundo gol: “Más bien fueron centros, como sabíamos que iban a venir, una segunda pelota… y ahí nos complicaron con el penal.”
Pero la crítica más dura fue dirigida al arbitraje y al uso del VAR. “Ya vienen varios partidos marcándonos penales. Rodríguez le metió un codazo a Angulo con la pelota ahí… ¿y el VAR? Nada. Lo de Tobar, lo tocó a pena… pero lo tocó. ¿Y qué? ¿No es penal? Entonces, ¿a qué estamos jugando? ¿Depende de lo que piense el árbitro? ¿De su interpretación? ¡Ya basta! ¡Ya basta!”
El técnico también hizo autocrítica: “Sí, me voy caliente. Nos faltó personalidad para manejar el partido cuando teníamos uno menos. Sabemos que esta es una cancha difícil, que Emelec tiene buenos jugadores, pero esto también es aprendizaje.”
Con un plantel joven e inexperto, el entrenador reconoció que están en pleno proceso de formación: “Son muchachos que viven su primera experiencia en Primera División, y van a cometer errores. Lamentablemente, cada error lo estamos pagando caro. Y eso hay que corregir.”
Una conferencia que deja mucho más que un resultado. Deja la imagen de un técnico desgastado, entre la bronca con los suyos y la impotencia ante decisiones arbitrales que, según él, marcan el destino de su equipo.