Los meses de mayor avance de la erosión regresiva en el río Coca estarían por concluir, al momento la captación no está comprometida ni afecta la generación, aunque la amenaza para la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair se mantiene y de no aplicarse soluciones efectivas en tres o cuatro años “está garantizada la destrucción” de esa central.
Expertos hacen ese análisis de la situación actual de este fenómeno que inició en febrero del 2020, luego del colapso de la cascada de San Rafael, en la provincia de Napo.
Para atender esta situación, la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) conformó la Comisión Ejecutora Río Coca, que se encarga de mitigar los efectos actuales y aquellos potenciales de la erosión del río Coca a través del desarrollo de investigaciones, diseños, ejecución de obras y acciones para evitar afectaciones en las obras de captación de Coca Codo Sinclair.
Entre las obras que ejecuta la Comisión está la construcción de un dique permeable, cuyo avance es del 59 %.
Además, elabora informes de monitoreo del proceso erosivo. El más reciente es del 7 de agosto. Allí indica que se estima que el frente de erosión actualmente se encuentra a 3,6 kilómetros de la captación de la hidroeléctrica.
En medio de eso afirma que la central se encuentra operativa y aunque el frente erosivo ha avanzado, la captación no está comprometida y no se afecta el proceso de generación, por lo que se debe completar las obras programadas y acelerar las que se tienen previstas en el Plan de Control de Gradiente.
Si es que se revisa la estimación del frente de erosión del 7 de agosto del 2024, que se registró en 6,1 km, frente a los 3,6 km de la misma fecha de este año, da como resultado un avance de 2,5 km, según el reporte de la Comisión.
| 2024 – 2025 | Distancia a la captación |
|---|---|
| 7 de agosto (2024) | 6,1 km |
| 7 de abril (2025) | 6,1 km |
| 7 de mayo (2025) | 4,7 km |
| 30 de julio (2025) | Entre 3,8 y 4,2 km |
| Del 5 al 7 de agosto (2025) | 3,6 km |
Para el analista energético Fernando Salinas es un riesgo si esta erosión alcanza la captación de agua de la central, porque debe parar su producción. “La erosión afectaría las obras de captación y practicante saldría de operación toda la potencia de la central de 1.500 megavatios (MW)”, afirma.
Para entender la situación de la erosión regresiva, el investigador en ciencias geológicas Jorge Sevilla comenta que antes de la desaparición de la cascada San Rafael, el río Coca tenía una pendiente desde la captación hasta la parte alta de la cascada, que durante años era de cinco metros de desnivel por kilómetro, es decir, que en cada kilómetro de distancia horizontal la pendiente disminuía cinco metros.
Sin embargo, dice que cuando desaparece la cascada se produce una disminución del cauce del río, en el sector de la cascada desaparecen 130 metros de la parte superior y como resultado de esto el río tiene que crear una nueva pendiente, porque los ríos corren de acuerdo a un gradiente (pendiente).
Comenta que si es que se revisa desde el 2020 hasta la actualidad, los meses en que se registran mayores erosiones regresivas se dan en entre junio, julio y agosto. “Ya estamos terminando la parte crítica de las lluvias, entonces habrá que esperar un año más para que otra vez volvamos a atender un problema, al momento se va a quedar donde está la erosión regresiva, porque las lluvias en septiembre ya son pequeñas”.
De acuerdo con el informe de la Comisión, durante junio, el río Coca presentó caudales promedio de 670 metros cúbicos por segundo (m³/s), siendo los más altos desde que se tiene registro histórico, superados hasta ese momento por los del 1989 (671 m³/s).
Sin embargo, en julio sobrepasó ese registro, al darse un caudal promedio de 723,13 m³/s, constituyéndose el valor más alto registrado. En ese contexto, señala que estos eventos hidrológicos extremos han provocado una significativa erosión lateral, especialmente en la margen izquierda del río, aguas abajo del sector San Carlos.
Y como consecuencia se ha activado un proceso intenso de erosión regresiva en el río Loco y una severa erosión lateral en el río Coca, afectando de manera directa la vía E45, el puente sobre el río Loco y diversas instalaciones petroleras, además de propiciar el avance del frente erosivo hacia la captación de la central.
Agrega que pese al mal clima y los altos caudales, realizaron un levantamiento LiDAR -una técnica láser aérea para detectar cambios en el terreno— hasta el km 3,6, pero como el caudal no ha bajado al nivel requerido (20 m³/s), será necesario un nuevo estudio para una evaluación más precisa; el 7 de agosto se registró un máximo de 170 m³/s en el frente de la erosión con tendencia descendente.
Sevilla es crítico con Celec y la información que ha presentado sobre la situación, además dice que se ha demorado en tomar una solución para impedir la erosión regresiva del río Coca. Exhorta al Ministerio de Energía, a la Presidencia de la República a que se “ponga orden en esa empresa pública”, sobre todo que se investigue en los mandos medios.
Dice que si de aquí en tres, cuatro años no implementan una solución efectiva “está garantizada la destrucción de Coca Codo Sinclair” y agrega que es escéptico a que se encuentre una solución a corto plazo de la erosión regresiva.
Comenta que había una solución y en el 2021 varios expertos y compañías nacionales y extranjeras presentaron algunas que eran definitivas, entre ellas: construir un canal o un túnel por el macizo rocoso que está en el margen derecha del río Coca.
Eso significaba hacer un bypass del río para desviar el río y que pase por un macizo rocoso, haciendo un canal o un túnel en roca y ahí sí hubiera desaparecido para siempre la erosión regresiva, pero ahora encontrar una solución en el corto plazo va a ser muy difícil. “Yo era muy convencido de que la erosión regresiva se podía detener hace tres, cuatro años, sin ningún problema”, enfatiza.
Considera que se debe encontrar a los responsables de la situación que ha derivado en la falta de soluciones a la erosión regresiva. “El país está a punto perder la central hidroeléctrica más grande del país, la más cara del país, no la que produce mayor energía, porque produce la mitad de Paute, pero fue la más cara, la más grande, la de mayor corrupción, la de mayor todo y no se ha hecho nada por detener, entonces, si se va a destruir el 25 % de la generación de todo el país, eso debe tener responsables”, sostiene.
De acuerdo con Sevilla, además de la erosión regresiva del río Coca, la hidroeléctrica también enfrenta otras situaciones, dice que tiene problemas graves geológicos y un problema mecánico.
En el mecánico menciona que en este momento hay alrededor de 3.000 fisuras en los distribuidores, que incluso en algún momento se llegó a tener entre 23.000 y 24.000, pero que las arreglaron.
Entre los geológicos señala los sedimentos. Dice que aguas arriba de la captación hay una cantidad enorme de sedimentos que está llenando todo el cauce de los ríos Salado y Quijos, porque cuando estos se juntan forman el río Coca y la captación está justo en la unión de esos dos ríos y si es que no se resuelve, la central quedará inutilizada, porque el agua entra a los desarenadores con muchos sedimentos y no se puede limpiar.
Y que los sedimentos también causan problemas en los 25 kilómetros del túnel, en el embalse compensador, en el valle original del río Coca, entre otros puntos.
La hidroeléctrica le costó al país alrededor de $ 3.000 millones y se esperaba que durara al menos 50 años. La construcción empezó en julio del 2010 y fue inaugurada el 18 de noviembre de 2016. (I)
Fuente: El Universo