Erick Carvajal, un ingeniero industrial de 23 años graduado hace un año, recorre las calles de Manta en busca de empleo. Ha entregado su carpeta en una empresa de llantas y en otra de materiales de construcción, confiando en que su especialización encontrará cabida.
“Los ingenieros industriales podemos trabajar en producción, control de calidad y proyectos”, asegura.
Sin embargo, en Manabí, la demanda laboral se inclina hacia la mano de obra común, especialmente en las industrias pesquera y manufacturera.
Estos sectores, que según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) mueven al menos $ 2.500 millones anuales, sostienen la economía de Manabí, con la mayoría de sus instalaciones en Manta, Montecristi, Jaramijó y Portoviejo, y atraen trabajadores de diversos cantones.
Luka Cuk, presidente de la Cámara Empresarial de Manta, destaca que las empresas locales buscan principalmente obreros, estibadores, operadores portuarios y técnicos. “Las pesqueras y procesadoras de productos como Ales o La Fabril emplean a miles, desde médicos hasta operadores”, explica.
Las ferias de empleo organizadas por la Cámara Empresarial reflejan esta dinámica: en 2025, 300 personas, el 70 % jóvenes y el 30 % mayores de 45 años, se inscribieron en una feria en la que 21 empresas ofrecieron vacantes.
“No solo buscan jóvenes, sino que también valoran la experiencia de los mayores. A los 65 años, no se retiran; los invitan a seguir trabajando”, afirma.
Esta apertura beneficia a trabajadores experimentados, mientras que los jóvenes encuentran oportunidades en roles operativos.
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— El Universo (@eluniversocom) June 19, 2025
Las atuneras y camaroneras, al ser exportadoras, mantienen una necesidad constante de personal. Propemar (camaronera), por ejemplo, valora la destreza femenina en el procesamiento de camarón, lo que genera empleo para mujeres de diversos cantones.
En 2024, Manabí registró una tasa de empleo del 97,6 %, según el INEC, con 675.100 personas económicamente activas.
La industria pesquera, que genera 25.000 empleos directos y al menos 100.000 indirectos en Manabí, paga $ 150 millones anuales en sueldos. Este sector mueve $ 1.300 millones al año, consolidándose como un pilar económico.
Las empresas atuneras, con plantillas de 1.000 a 1.500 trabajadores priorizan la mano de obra local, siendo las mujeres las que más destacan.
María Meza, analista de Recursos Humanos de Propemar, señala que la empresa requiere constantemente personal operativo para el procesamiento de camarón. “Actualmente necesitamos un técnico en mecánica y pintores”, indica.
La exportación impulsa esta demanda constante de mano de obra.
Mayra Rivera, de Talento Humano en Asiservy, subraya que Manta, como ciudad pesquera, atrae trabajadores de Portoviejo, Chone, Jipijapa y otros cantones. “Nosotros, por ejemplo, en este momento necesitamos operadores de máquinas y personal para limpiar lomos de pescado”, detalla.
Asiservy emplea a 645 personas principalmente en procesamiento de atún.
Bryan Anchundia, analista de Talento Humano de Industrias Ales, explica que la empresa dedicada a la elaboración de jabones, detergentes y aceites prioriza personal operativo con título de bachiller y disponibilidad de tiempo. “La mayoría de nuestra nómina es local, manabita”, apunta.
El sector pesquero no solo genera empleos directos, sino que dinamiza la economía local. Según Atunec, se destinan $ 67 millones de los sueldos anuales a tripulantes de barcos, mientras que $ 12 millones se invierten en el sector comercial para abastecerse de víveres.
Sin embargo, no todos los profesionales encuentran oportunidades. Karylin Anchundia, licenciada en Mercadotecnia, ha entregado su carpeta en dos empresas sin éxito. “Me dicen que me llamarán cuando haya una vacante para mi perfil”, comenta. A pesar de las dificultades, mantiene la esperanza de integrarse al mercado laboral.
La tasa de desempleo en Manabí en 2024 fue del 2,4 %, un aumento frente al 1,9 % de 2023. A nivel nacional, en junio de 2025, la tasa de desempleo alcanzó el 3,5 %, con un 8,4% entre jóvenes de 18 a 29 años. Las mujeres enfrentan un desempleo del 4,2 %.
La población de Manabí, con 1,5 millones de habitantes y una edad promedio de 32 años, cuenta con 1,2 millones de personas en edad de trabajar.
A pesar de estas cifras, profesionales como Erick y Karylin enfrentan retos para encontrar plazas acordes a sus carreras. Las empresas buscan subgerentes y gerentes, pero la mayor demanda recae en roles operativos y técnicos, esenciales para la producción.
Las atuneras y camaroneras, al ser exportadoras, mantienen una necesidad constante de personal.
Los $ 1.300 millones generados por las atuneras impulsan el comercio, la logística y los servicios en Manta, Montecristi y Jaramijó.
Las procesadoras de pescado, como Asiservy, no solo emplean a locales, sino que integran a trabajadores de Rocafuerte, Jaramijó y Chone. Esta movilidad laboral fortalece la economía provincial.
Mientras la mano de obra común sostiene a la industria, profesionales como Erick y Karilyn apuestan por un mercado laboral que está en evolución.
Fuente: El Universo
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