¿Por qué una mujer no está en la presidencia de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie)? Es una pregunta que se evade con recelosas sonrisas entre los miembros de las delegaciones de los pueblos y nacionalidades que asisten al VIII congreso nacional del movimiento, para elegir a un nuevo consejo de gobierno encabezado por un presidente y vicepresidente.
Desde el viernes, en el Centro Integral Internacional de los Pueblos (CIIP), en Quito, se desarrolla el VIII congreso que reúne a más de 2.000 personas de los pueblos y nacionalidades, que concluirá hoy (domingo) con la elección de un nuevo consejo de gobierno.
Hay seis candidatos a ocupar la presidencia: cuatro son hombres y dos son mujeres.
En 1986 se fundó la Conaie y, 39 años después, ninguna mujer ha llegado a la presidencia, pese al realce que ha tenido la expresión de las mujeres en las principales protestas y levantamientos en contra de los Gobiernos de turno.

La Conaie agrupa a representantes de 18 pueblos y 15 nacionalidades de 53 organizaciones sociales de la Sierra, Costa y Amazonía.
Entre 1994 y 1996 se integró el primer consejo de gobierno con Luis Macas en la presidencia, con quien se difundió su proyecto político, en el que se determina el “camino para solucionar los graves problemas del subdesarrollo, la dependencia y la corrupción político-administrativa desde sus raíces y en sus orígenes”.
En ese consejo, Carmelina Porate Aguilar fue la primera dirigente de la Mujer y la Familia, dignidad que se ha mantenido hasta la actualidad.
En los siguientes años, el movimiento ha contado con la participación de, por ejemplo, reconocidas lideresas oriundas de la provincia de Imbabura, como Blanca Chancoso, del pueblo quichua de Otavalo, que fue fundadora de la Ecuarunari (el movimiento más grande de la Sierra) y de la Conaie, así como directora de la Escuela de Formación de Mujeres Líderes Dolores Cacuango.
También, Nina Pacari Vega Conejo, abogada, exdirigente de tierras y territorios de la Conaie, exasambleísta constituyente en 1997, exdiputada, excanciller de Ecuador y exjueza de la Corte Constitucional de Transición.
Ellas, pese al reconocimiento que tienen en la Conaie, en donde las consideran “líderes históricas y sabias”, no han llegado a ser presidentas.
En el estatuto ninguna de las disposiciones obliga a que las mujeres ejerzan este cargo, pero en el 2014 la exasambleísta constituyente Mónica Chuji, del pueblo sarayaku, fue nominada en el congreso que se hacía en Ambato, pero no alcanzó los votos.
Tres años más tarde, por consenso de las bases, en el VI congreso nacional, que se hizo en Zamora Chinchipe, cuando se eligió a Jaime Vargas, se acordó que ese cargo lo ocupe una mujer para el siguiente periodo.
En agosto de 2021 se postuló Mariana Andrade, de la organización Korpukis del pueblo quichua saraguro. En medio de denuncias de las bases por anomalías en el conteo de votos, fue elegido Leonidas Iza Salazar, cuya participación había cobrado interés por su participación en el paro nacional del 2019, que lideró junto con el expresidente de la Conaie Jaime Vargas.
Para equilibrar se eligió en la vicepresidencia a Zenaida Yasacama Gayas, de la nacionalidad quichua pakayaku de Pastaza.
Yasacama es economista y presidió por tres periodos la asociación del pueblo quichua de Pakayaku, y este domingo su nombre se sumaría a los de otros cinco candidatos a dirigir la Conaie, tras acompañar a Iza en estos últimos cuatro años.
Ella cree en la participación de la mujer no solo por ser mujer, sino porque muchas poseen liderazgo.
“En el interior de las organizaciones necesitamos un debate a nivel regional y nacional de la participación de la mujer. Es tan importante que podamos reivindicarnos, porque nosotras no estamos con miedo, pero tampoco queremos una división en nuestra forma de elegir autoridades. Hay que sumar, no restar; hay que fortalecer a la organización”, expresó la lideresa.
¿Qué hace difícil que una mujer pueda llegar a conducir el movimiento indígena más grande el país? “No es difícil. Son los momentos que se atraviesan, y hemos visto una polarización de las organizaciones, porque no hay una unidad que promueva la participación de las mujeres, una unidad como cuando hemos estado participando en las movilizaciones”, explicó.
La referencia se debe a que en los levantamientos indígenas y en los dos últimos paros nacionales de 2019 y 2022 las mujeres son las primeras en levantar su voz de reclamo, forman un escudo que protege a la multitud de hombres, dirigentes y de las guardias indígenas que se preparan para enfrentar a la fuerza pública.
Marchan con sus hijos en las espaldas, los cuidan, cocinan para todos y acompañan las protestas.
“Las mujeres somos las que más estamos presentes. Pero también estamos más centradas en los trabajos. Y creemos que, en una asamblea o congreso, se pueda debatir el designar a las mujeres. Yo he sido crítica de por qué estar haciendo reuniones, cuando se debe debatir para que las mujeres puedan presidir la gran Conaie. No estamos con miedo; estamos para enfrentar”, opinó Yasacama.

“Las mujeres han roto desafíos que les han permitido ser fuertes como madres, hijas, en sus hogares; que no nos vean que solo servimos para criar hijos y hacer otras cosas, sino también hemos podido manejar el hogar y la organización. Hay compañeras que están en la política, y una mujer está 100 % ocupada. Al contrario de los hombres, que tienen más tiempo para dirigir las organizaciones”, añadió.
Lamenta que el machismo siga siendo ese obstáculo no solo en los pueblos indígenas, sino en el Ecuador y en el mundo. “A las mujeres nos ven que servimos como secretarias, para alguna dirigencia, pero no para ser cabeza principal”, debatió la dirigente del pueblo pakkiru de Pastaza.
Mónica Chuji, del pueblo quichua sarayaku de Pastaza, fue asambleísta constituyente en el 2009 y exsecretaria de Comunicación del gobierno de Rafael Correa, en los inicios de su mandato.
Se ha mantenido activa en sus territorios y en proyectos de cooperación internacional para pueblos indígenas, aunque de bajo perfil a nivel político.
Chuji reflexiona que, pese a los avances en el reconocimiento de los derechos políticos para las mujeres, “el patriarcado y el machismo persisten en todo el mundo”.
“Está en todos los espacios, y el mundo indígena no es la excepción. Fui la primera mujer en ser candidata a dirigir la Conaie en el 2014 y, luego, la compañera María Andrade y yo no tuvimos el respaldo… Creo que esta es una tarea pendiente, una deuda que tiene el movimiento indígena para hacer justicia con los derechos de las mujeres”.
Detalla que los rostros de sus compañeras han estado en protestas, en conservar la cultura de sus pueblos, pero aspira a que pronto haya un diálogo honesto en las organizaciones.
“Las mujeres debemos crear nuestros propios espacios para formarnos, capacitarnos y empezar a fortalecernos, porque también hay machismo entre las mujeres y es necesario abrir espacios de diálogo, de sanación, de recuperación de nuestra autoestima y apoyarnos entre las poquísimas dirigencias de mujeres a nivel nacional”, añadió.
La asambleísta de Pachakutik (PK) Mariana Yumbay defiende el derecho de las mujeres a participar por dirigir la Conaie, pero no por el solo hecho de ser mujeres, sino porque deben demostrar trayectoria y coherencia en su ejercicio político.
“Todos tienen la posibilidad, y las mujeres también tenemos derecho para participar, pero no por ser mujeres, porque hay quienes no han sido coherentes, se han alejado de los principios, no conocen el proyecto político de la Conaie. No es que por ser mujer hay garantías. Buscamos que exista la coherencia, firmeza y que haya demostrado en su trayectoria”, comentó Yumbay.
Agregó que cualquier persona que vaya a presidir la Conaie debe ser un ejemplo. “No queremos dirigentes que agachen la cabeza, que lleguen para buscar asuntos personales, beneficios personales. Eso es lo que no queremos”, afirmó Yumbay, que fue la primera mujer indígena en ser jueza de la Corte Nacional de Justicia (CNJ).
Para estas elecciones, Zenaida Yasacama, de la Amazonía, y Ercilia Castañeda, del pueblo quichua de Imbabura, están nominadas al cargo.
Requerirán de la mayoría afirmativa para ganar la presidencia, en una contienda en la que el dirigente amazónico Marlon Vargas tiene el respaldo de dos regionales, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía (Confeniae) y de la Ecuarunari.
Los otros candidatos son Efrén Nango, de la nacionalidad shiwiar de Pastaza; Fernando Guama, de la nacionalidad puruhá de Chimborazo y presidente de la Confederación de Movimientos Indígenas de Chimborazo (Comich); y Leonidas Iza, que busca la reelección, para lo que espera destrabar una regla del estatuto que prohíbe la reelección consecutiva.
Los resultados se conocerán la noche de este domingo. (I)
Fuente: El Universo