Manabí enfrenta una nueva ola de violencia luego del asesinato de Leonardo Briones, alias ‘Mexicano’, identificado como cabecilla de la organización delictiva “Los Lobos”. Aunque se presentaba públicamente como empresario del sector pesquero y exportador de alimentos, mantenía procesos judiciales en su contra por presunta participación en delitos relacionados con estructuras criminales. Pese a tener una condena de 10 años, permanecía en libertad debido a una apelación que le permitió medidas alternativas.
El ataque ocurrió en la vía a San Mateo, cuando se movilizaba en vehículos blindados junto a su pareja y dos custodios. Las autoridades policiales consideran que su asesinato desató una serie de hechos violentos, con 15 asesinatos en 12 horas. En redes sociales circularon videos donde se escuchan disparos y explosiones de fuegos artificiales, junto con mensajes que harían alusión a una banda rival, lo que refuerza la hipótesis de una pugna territorial entre grupos criminales.
Se presume que esta disputa se relaciona con el vacío de poder dejado por Adolfo Macías, alias ‘Fito’, líder de «Los Choneros», que se encuentra en proceso de extradición a Estados Unidos.
Ante este contexto, el Gobierno ecuatoriano desplegó cerca de 2.000 militares a la provincia de Manabí para reforzar la seguridad, especialmente en Manta y Portoviejo. La estrategia incluye patrullajes, control de armas, puntos de vigilancia fijos y móviles, así como operaciones de inteligencia. También se ha dispuesto vigilancia aérea y terrestre sobre zonas consideradas de alto riesgo.
Aunque se estima que se requieren al menos 200 policías adicionales para reforzar el control en la ciudad, no hay infraestructura para alojarlos.