A contrarreloj. Tal como sucedió en 2024, el Gobierno necesita 1.200 megavatios para enfrentar el estiaje de 2025, que empieza en septiembre próximo.
Aunque el Gobierno insiste en que no habrá apagones en este año, los proyectos para lograrlo -entre ellas obras inconclusas como las de Progen- están lejos de concretarse y de entregar energía al país.
Actualmente, el consumo eléctrico promedio de Ecuador alcanza los 4.500 megavatios (MW). De ese total, 4.000 MW proviene de la generación hidráulica (89%) y 500 MW (11%) se origina de otro tipo de generación (principalmente de generación termoeléctrica), según Cenace.
Hasta las 15:00, del 14 de julio de 2025, la composición de la producción nacional, temporalmente, fue diferente: el 81% de la producción de energía del país provenía de fuentes hídricas (3.200 megavatios) debido a que Coca Codo Sinclair (CCS), la central hidroeléctrica más grande del país, no operaba a su máxima capacidad.
Esto, por los altos sedimentos en el río Coca, lo que obligó a reducir su producción, según datos del Operador Nacional de Electricidad (Cenace).
Ese escenario ocurre mientras existe una gran presencia de lluvias en la cuenca amazónica, donde se ubican las hidroeléctricas más grandes del país.
Sin embargo, en octubre de 2025, ya en pleno estiaje o sequía en la cuenca amazónica, la generación hidráulica caerá a los 2.000 megavatios, por lo que las autoridades deben compensar los 2.500 megavatios faltantes con termoelectricidad.
Pero, en la actualidad, la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec), solo tiene una capacidad instalada y operativa de 1.300 megavatios de generación térmica.
Así, a Celec le haría falta conseguir 1.200 megavatios.
Conseguir megavatios, una tarea titánica y a contrarreloj
Según los cálculos de expertos y de entidades estatales, Ecuador requiere 1.200 megavatios para afrontar la sequía en el último cuatrimestre del año.
De ese total, 400 podrían provenir de la importación de energía de Colombia, siempre y cuando, ese país tenga buena capacidad en sus embalses.
Cabe señalar que las líneas de transmisión de energía entre los dos países permiten que Colombia entregue un máximo de 400 a 450 megavatios de potencia a Ecuador, según datos del Ministerio de Minas y Energía de Colombia.
El resto de generación faltante (800 megavatios) debería provenir de los fallidos contratos termoeléctricos (como los de Progen) y de otros procesos de contratación, los cuales ya presentan retrasos.
En esa lista están:
- El contrato terminado de forma unilateral para la generación de 50 megavatios en Quevedo, por un monto de USD 49,7 millones. Este proyecto fue adjudicado a la empresa Progen. La central debía estar operativa el 5 de noviembre de 2024, pero solo llegaron 17 unidades. Actualmente el proyecto está parado.
- El segundo es un contrato terminado de forma unilateral con Progen para generar 100 megavatios de termoelectricidad en El Salitral por un monto de USD 99,4 millones. En este proyecto todavía faltan obras fundamentales como la instalación de un transformador que debe llegar desde China para poner en marcha esta central. Dicho proyecto también está paralizado.
- Y, el tercero, son las demoras en la instalación de los motores para la generación de 91 megavatios en Esmeraldas. El proyecto debía entrar en operación en enero de 2025, pero esto no ocurre. Austral, la empresa ganadora del contrato, ha justificado los retrasos en factores de fuerza mayor como la Guerra en Medio Oriente, pues los motogeneradores se encontraban en Líbano. Además, los motores (30 ya están en el país) no son compatibles con el sistema nacional eléctrico.
Nuevos lanzamientos
Un nuevo contrato para inyectar 260 megavatios fue lanzado a licitación el 9 de julio de 2025, para el alquiler de turbinas que funcionen con diésel y/o gas natural.
Estas turbinas se ubicarán en Pascuales II y Enrique García, en Guayas. El presupuesto para este proceso es de USD 259,7 millones.
Pero este proyecto no estará disponible en la época más crítica del estiaje, pues, según el calendario planificado, dicho proyecto estaría listo en enero de 2026, tras la instalación de los motores.
Esta es la segunda vez que el Gobierno de Daniel Noboa lanza la licitación de este proyecto, pues, en 2024, lanzó el alquiler de soluciones de generación termoeléctrica por un monto de 104,05 millones.
El contrato fue adjudicado al consorcio Servicios de Ingeniería y Montaje worlding S.A. Projects and Industrial Products.
A pesar de que fue adjudicado, la empresa no entregó las garantías, lo que detuvo el proyecto.

Otro intento por adjudicar este proyecto ocurrió a finales de diciembre de 2024, cuando el Gobierno lanzó un nuevo proceso de contratación, pero no se concretó.
Y, en febrero de 2025, el Gobierno informó a inversionistas que lanzaría una nueva licitación para este proyecto, pero solo quedó en un anuncio de las autoridades.
Ahora, es la cuarta ocasión en la que el Gobierno impulsa este proyecto de alquiler de hasta 260 megavatios.
Ojalá que llueva
Ante el escenario descrito, los expertos en el sector eléctrico señalan que literalmente, las autoridades del Gobierno de Daniel Noboa “deben estar rezando para que llueva”, lo que hará que “los embalses estén llenos cuando venga la sequía”.
Por ahora, los embalses del Complejo Hidroeléctrico Paute Integral, considerado el corazón del sector eléctrico, están llenos.
El complejo agrupa a tres centrales hidroeléctricas que están ubicadas en forma de cascada, entre las provincias de Azuay y Cañar, en el sur de Ecuador.
Lidera esta lista la central hidroeléctrica Mazar (de 170 megavatios), con su gran embalse que lleva el mismo nombre. Más abajo está la central Paute (1.100 megavatios) y luego, Sopladora (487 megavatios), que también tiene un embalse, pero más pequeño que Mazar.
Así, el complejo tiene una capacidad instalada de 1.756 megavatios de potencia, que equivale al 38% de la demanda nacional. Se trata de una potencia mayor a la de Coca Codo Sinclair.
Según los registros de la Corporación Eléctrica del Ecuador, la cota de los embalses de Paute Integral están en el nivel máximo, tal como se observa en el siguiente gráfico:

Si uno de estos proyectos no se concreta, “creo que no nos salvamos de los
apagones”, señala uno de los analistas eléctricos.
De hecho, en el Plan Bianual julio 2024 – junio 2026, emitido por el Operador Nacional de Electricidad (Cenace), se señaló que, con base a los diversos informes técnicos, el sistema requiere la incorporación total e inmediata de 1.080 megavatios que aporten con energía firme.
Radio Pichincha