La Unión Europea anunció un acuerdo con Israel para ampliar la ayuda humanitaria en la Franja de Gaza

La Unión Europea anunció este jueves un acuerdo con Israel para ampliar la distribución de ayuda humanitaria directamente a la población de la Franja de Gaza, en un intento por aliviar una crisis que ha alcanzado niveles extremos, especialmente para los niños. “Este acuerdo significa más cruces abiertos, y más camiones con ayuda y alimentos entrando a Gaza”, escribió en la red social X la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas. Según explicó en una entrevista desde Kuala Lumpur, se acordaron “términos muy concretos: cuántos camiones entrarán, cuántos cruces se abrirán, puntos de distribución para que la gente reciba ayuda, distribución de agua”.

El pacto incluye un aumento sustancial del ingreso diario de camiones con alimentos y artículos no alimentarios, la reapertura de varios puntos de cruce, y la autorización para distribuir suministros a través de panaderías y cocinas públicas. También se reanudarán las entregas de combustible destinadas a hospitales y otras infraestructuras humanitarias, cuya operación ha estado restringida por decisión israelí. “Me alegra saber que ya hoy se han logrado mejoras, como el suministro de combustible a los hospitales, y que la situación ha mejorado un poco”, afirmó Kallas, aunque advirtió: “Realmente necesitamos que este acuerdo se ponga en práctica”. La Unión Europea señaló que las medidas “son o serán implementadas en los próximos días” y que está lista para coordinar su ejecución con agencias de Naciones Unidas, ONG y otros actores sobre el terreno.

La jefa de la diplomaciaLa jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas (EUROPA PRESS/ARCHIVO)

Pero mientras Bruselas y Jerusalén anunciaban el avance diplomático, la Defensa Civil de Gaza reportaba la muerte de al menos 52 personas, incluidas tres que esperaban recibir ayuda humanitaria, durante ataques del ejército israelí. La cifra ilustra el contexto en que se pretende implementar el acuerdo: una población cercada, aterrorizada y en condiciones extremas de precariedad, donde incluso buscar comida puede costar la vida.

Travesía mortal

En Gaza, conseguir ayuda alimentaria se ha convertido en una travesía mortal. “Mira cómo estoy. Antes era hermosa, pero ahora todo mi día consiste en correr tras los camiones de agua”, dijo una niña entrevistada por James Elder, portavoz global de UNICEF. Durante su quinta misión en el enclave desde octubre, Elder recorrió hospitales y campamentos donde presenció quemaduras de cuarto grado en niños, heridas de metralla diseñadas para atravesar cemento y hospitales saturados sin analgésicos, donde los gritos de dolor infantil son constantes. Según datos de UNICEF, más de 5.000 niños fueron admitidos en hospitales en mayo por desnutrición aguda, 636 de ellos con desnutrición aguda severa. Desde febrero, los casos más graves aumentaron un 146%. “El cuerpo de los niños se degrada y el sistema inmunológico colapsa antes de que se declare oficialmente la hambruna. Eso ya está ocurriendo”, advirtió Elder.

La escasez de agua es absoluta. Israel controla el suministro y mantiene un bloqueo de combustible esencial para las plantas desalinizadoras. “Si no se restablece la electricidad o se permite la entrada de combustible, veremos niños morir de sed. El agua es un problema político, no logístico”, sostuvo el portavoz de UNICEF. El sistema de distribución de ayuda también cambió: ya no lo gestiona Naciones Unidas, sino una organización privada, Gaza Humanitarian Foundation. Solo existen cuatro puntos de distribución, custodiados por fuerzas israelíes y contratistas armados. Más de 600 palestinos han muerto al intentar acceder a ellos, según la ONU.

El sistema de distribución deEl sistema de distribución de ayuda cambió y ahora está custodiado por fuerzas israelíes y contratistas armados (REUTERS/ARCHIVO)

Elder recogió historias de desesperación. Un niño de 13 años, Abed Al Rahman, salió con dinero de su padre a comprar pan, pero fue alcanzado por metralla mientras seguía a una multitud hacia un punto de distribución. Murió por falta de atención médica. “Solo una parte del conflicto tiene tanques”, señaló Elder. El relato de este menor resume el drama de muchas familias, obligadas a decidir quién arriesga su vida para traer comida. “Siempre es un joven el que quiere ir, y la familia le suplica que no lo haga porque puede morir. Algunos se escapan de noche”, contó.

El mercado local, aunque aún activo, está fuera del alcance del 90% de la población. “Vi tomates que costaban entre quince y veinte veces más que en Nueva York”, dijo Elder. La desnutrición severa no suele causar la muerte directa, sino por enfermedades que un niño sano superaría fácilmente. Según datos médicos, más de 66 menores han muerto de hambre desde el inicio de la guerra, pero la mayoría de los casos no se registran porque los niños no alcanzan a llegar a los hospitales, sobre todo en el sur, donde solo hay uno en funcionamiento.

El daño psicológico es devastador. “No se habla de trastorno de estrés postraumático en Gaza porque no hay ‘post’, siempre hay nuevos traumas”, dijo Elder. Muchos niños recuerdan haber huido de casa al amanecer o haber visto morir a sus familiares. A pesar de todo, Elder destacó la resiliencia de la población, que reabrió cafés el primer día del último alto el fuego. Pero advirtió: “No hay precedentes en el mundo de que UNICEF haya declarado que todos los niños necesitan apoyo en salud mental”. El acuerdo entre la UE e Israel llega como una posibilidad concreta de alivio. Pero su éxito dependerá de su implementación efectiva y urgente, mientras en Gaza, para miles de niños, el tiempo se agota.

Fuente: Infobae

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