A diferencia de las baterías de iones de litio, que pierden capacidad rápidamente y son muy contaminantes debido a la extracción de minerales, estas ofrecen una alternativa limpia y estable, con un impacto ambiental muy reducido. Además, cuentan con una ventaja extraordinaria frente a los sistemas convencionales, puesto que su duración es prácticamente ilimitada, ya que pueden proporcionar energía durante miles de años sin necesidad de recarga.
Su-II In declara, «decidí usar carbono-14 porque es seguro, barato y fácilmente reciclable». También añadió que estas partículas golpean un semiconductor hecho de dióxido de titanio, sensibilizado con un tinte a base de rutenio, se produce lo que los científicos denominan una «avalancha de electrones».
Según señala el profesor In, «podríamos poner energía nuclear segura en dispositivos del tamaño de un dedo». En definitiva, estas baterías nucleares prometen transformar radicalmente tu forma de utilizar la tecnología diaria.
Esta tecnología todavía no está lista para un uso generalizado. Actualmente, su eficiencia energética es relativamente baja, en torno al 2,86%, lo que significa que aún no pueden competir plenamente con las baterías convencionales en términos de potencia. Para que puedan llegar realmente a sustituir o complementar las baterías comunes, los científicos tendrán que aumentar significativamente esta eficiencia.
No hay ninguna duda de que este desarrollo representa un paso enorme hacia una energía más limpia, segura y prácticamente eterna, acercando cada día más a una revolución energética sin precedentes.