Esta vez no es el estiaje, sino el exceso de lluvias. Ecuador sufre en varios frentes los embates de la naturaleza golpeando, sobre todo, a las fuentes de ingresos económicos clave para el Estado, como los sectores petrolero y eléctrico.
Las lluvias en los últimos dos días también ocasionaron daños viales, especialmente en la región amazónica. Las precipitaciones también afectaron comunidades, con el colapso de puentes, viviendas, infraestructura estatal y miles de damnificados.
Incluso se reportó víctimas mortales, desaparecidos y heridos.
El problema es que Ecuador enfrenta esta nueva emergencia natural y económica con recursos limitados.
Según el Observatorio de la Política Fiscal, el Gobierno necesita al menos USDD 18.242 millones para cubrir las necesidades de financiamiento del Presupuesto General del Estado (PGE). Este rubro no incluye lo que podría costar esta emergencia por las lluvias.
La falta de recursos se evidencia en la acumulación de atrasos con proveedores, IESS y con gobiernos seccionales.
Estos recursos a los gobiernos seccionales son importante para que las juntas parroquiales, las alcaldías y las prefecturas enfrenten las emergencias por las lluvias.
Según datos del Ministerio de Finanzas, durante el primer semestre de 2025, el Gobierno acumula pagos atrasados por USD 1.559 millones en el Presupuesto General del Estado.
De hecho, los atrasos aumentaron 29%, o el equivalente a USD 352 millones, si se compara con el rubro del mismo periodo de 2024, en la que hubo atrasos por USD 1.207 millones, según cifras del Ministerio de Finanzas.
Es muy posible que en este mes siguen acumulándose los atrasos por la falta de ingresos desde el sector petrolero.
Un ‘golpe bajo’ a la industria petrolera
La falta de recursos en el PGE, en parte, se origina por una producción petrolera que está en caída libre y ahora, con el incremento de las lluvias, nuevamente afecta a la industria.
Tras las intensas lluvias, el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) y el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) paralizaron el bombeo de crudo desde los campos petroleros en la Amazonía hasta Esmeraldas.
El OCP y el SOTE dejaron de bombear crudo el 1 de julio de 2025. Lo que se traduce es que, desde ese día, comenzó el apagado progresivo de los campos petroleros.
La paralización del bombeo de crudo ocurre por el riesgo que corren los tubos debido al avance súbito de la erosión regresiva y lateral del Río Loco.
El fenómeno natural en el río Loco es uno de los efectos de la erosión regresiva en el río Coca, entre las provincias amazónicas de Napo y Sucumbíos, en la Amazonía.
Menos crudo
Estos oleoductos son clave para el Estado, ya que el petróleo es un recursos clave para inyectar liquidez al Presupuesto. Pero en los últimos años, la producción de crudo se mantuvo en caída libre.
Entre enero y mayo de 2025, la producción de petróleo de Ecuador, que incluye lo que genera la estatal petrolera Petroecuador y las compañías privadas, alcanzó los 465.459 barriles diarios.
Esa cifra es 4% menos que la producción del mismo periodo de 2024, que alcanzó los 483.515 barriles por día. En cifras absolutas es una disminución de 18.056 barriles diarios.
La baja producción de crudo ocurre desde hace más de 11 años, pues en 2014, el país generó 555.850 barriles diarios.
Y, desde 2020, la producción de crudo no puede alcanzar los 500.000 barriles diarios, tras los efectos de la erosión regresiva en las márgenes del río Coca sobre la infraestructura petrolera.
Y, en época de lluvias, en esa zona amazónica siempre existe el riesgo de que destruya los tubos y debilite aún más a la industria petrolera.
Erosión, lluvia y agua sucia paralizan a tres hidroeléctricas ¿apagones a la vista?
Las lluvias intensas dañaron la calidad del agua que alimenta a grandes centrales hidroeléctricas como Coca Codo Sinclair, Delsitanisagua y San Bartolo, lo que obligó a detener sus operaciones desde este miércoles, según el Operador Nacional de Electricidad (Cenace).
Estas tres hidroeléctricas tienen una capacidad -actualmente- para inyectar al menos 1.800 megavatios de energía al sistema nacional de electricidad.
Para reemplazar esa energía, el Cenace ordenó a las distribuidoras eléctricas la activación de los generadores de electricidad de emergencia, públicos y privados, desde las 14:00 del 2 de julio de 2025 hasta las 23:00 del 4 de julio de 2025.
Los grupos eléctricos de emergencia son motores o turbinas que funcionan con diésel o fuel oil y que generan electricidad cuando las hidroeléctricas no pueden hacerlo. Es decir, se trata de generación termoeléctrica.
Este problema ocasionó que en las últimas horas, las hidroeléctricas del Complejo Hidroeléctrico Paute empiece a funcionar -literalmente- en su máxima capacidad.
En Paute se ubican las centrales hidroeléctricas Mazar, Paute Molino y Sopladora, claves para afrontar la demanda de energía durante el estiaje, en septiembre de este año.

Esta situación ocurre en medio de problemas con los proyectos de generación termoeléctrica contratados para afrontar el estiaje. Por tales motivos, aparece el riesgo de apagones en el país, tal como sucedió en 2024.
Desaparecidos, inundaciones, casas y vías afectadas por las lluvias
Las fuertes lluvias de los últimos días provocaron una emergencia en la conexión entre la Sierra y la Amazonía y pone en jaque a los oleoductos que atraviesan esa zona.
Por eso, el Gobierno dispuso evaluar zonas de riesgo en el río Coca para proteger infraestructura estratégica, diseñar una variante que permita reubicar los oleoductos y la vía, y solicitar los recursos necesarios para ejecutar estas obras.
También se estableció un protocolo para el cierre anticipado de los oleoductos en caso de emergencias, se ordenó el cierre del paso sobre el río Loco por seguridad.
Además, se pidió garantizar el suministro de agua segura en Zamora y se analizará la posibilidad de declarar en emergencia a las zonas afectadas.