La Refinería Esmeraldas sigue apagada tras el incendio registrado a finales de mayo y esa actividad ya le pasa factura al país.
Según un análisis del experto energético Darío Dávalos, basado en cifras oficiales, entre el 26 de mayo y el 30 de junio Ecuador dejó de procesar cerca de 3,7 millones de barriles de crudo Oriente, que en lugar de ser refinados fueron exportados directamente, generando ingresos aproximados de USD 235 millones.
Pero ese ingreso no cubre el daño económico que provoca la falta de refinación. Durante ese mismo período, el país tuvo que importar 1,82 millones de barriles de naftas y diésel premium, a un costo cercano de USD 117,5 millones, lo que refleja la dependencia de combustibles elaborados en el exterior para suplir la demanda interna.
Pérdidas por cada día sin operar
Además, la paralización de la planta genera pérdidas por su simple inactividad. Cada día que la Refinería Esmeraldas permanece cerrada, el país deja de percibir alrededor de USD 1,4 millones, cifra que en los primeros 35 días acumuló USD 49 millones.
Otro impacto importante, de acuerdo con Dávalos, es la caída en la producción y venta de Fuel Oil 6, un derivado clave para la exportación. Durante este tiempo no se produjeron 1,26 millones de barriles de este producto, lo que significa ingresos no percibidos por más de USD 68,5 millones.
El informe destaca que, aunque la exportación directa de crudo Oriente compensa parcialmente las finanzas, las importaciones más costosas y la menor producción de derivados suman pérdidas importantes para el Estado.
Radio Pichincha