El Ejército de Mali mata a más de 80 yihadistas en una ofensiva en la frontera con Mauritania

Las Fuerzas Armadas de Mali han matado a más de 80 presuntos yihadistas durante una operación de respuesta a ataques simultáneos registrados este martes en zonas cercanas a la frontera con Mauritania, según ha informado su portavoz militar, el coronel Souleymane Dembélé.

De acuerdo con el parte de Dembélé, las tropas malienses han recuperado un «verdadero arsenal de guerra«, incluyendo municiones, equipos de telecomunicaciones, motos y vehículos todoterreno, todos ellos arrebatados a los grupos terroristas.

Inicialmente, el Ejército de Malí anunció haber repelido siete ataques simultáneos, lo que se saldó con 48 yihadistas muertos y 15 capturados. Según un comunicado publicado a través de su brazo propagandístico ‘Al Zalaqa’, el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (afiliado a Al Qaeda) ha reivindicado las ofensivas y ha confirmado que asaltó de forma «coordinada» tres cuarteles y decenas de otros puestos militares en esas localidades malienses.

Los ataques del martes han tenido como objetivo Diboli, cerca de la frontera con Senegal, y las localidades cercanas de Kayes y Sandere. También ha habido ataques en Nioro du Sahel y Gogoui, al noroeste de la capital, Bamako, cerca de la frontera con Mauritania; y en Molodo y Niono, en el centro de Malí, según el comunicado del ejército.

Hasta ahora, las autoridades no han informado sobre posibles bajas propias ni daños materiales. Testigos locales han compartido con EFE imágenes no verificadas que muestran cuerpos de insurgentes, vehículos destruidos y banderas vinculadas a organizaciones yihadistas.

Mali, bajo un Gobierno militar desde 2020

Mali, gobernado por una junta militar desde el golpe de Estado de 2020, sigue inmerso en una grave crisis de seguridad por la presencia activa de grupos afiliados tanto al Estado Islámico como a Al Qaeda.

El golpe de Estado militar puso fin a los siete años de Gobierno del ahora expresidente Ibrahim Boubacar Keïta, tras meses de creciente descontento popular, protestas masivas y denuncias de fraude electoral.

Desde su llegada al poder en 2013 —tras otro golpe militar—, Keïta vio desplomarse su popularidad justamente por su incapacidad para frenar la expansión del terrorismo yihadista, combatir la corrupción y mejorar las condiciones de vida en el país.

Los ataques, que forman parte de la estrategia del Ejército para frenar el avance de grupos terroristas en el oeste del país, se enmarca en una lucha iniciada contra el terrorismo islamista en 2012.

 

Tomado de RTVE

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