Donald Trump acusó al Partido Demócrata de ser responsable de filtrar documentos que sugieren que los recientes ataques contra Irán no fueron tan exitosos como se había indicado previamente por parte de la administración estadounidense.
«Los demócratas son quienes filtraron la información sobre el vuelo perfecto a las instalaciones nucleares de Irán», manifestó Trump en su cuenta de Truth Social. «¡Deberían ser procesados!», concluyó.
En respuesta, el Gobierno de Estados Unidos ha comenzado a tomar medidas para limitar el intercambio de información confidencial con el Congreso. Un alto funcionario de la Casa Blanca, que habló bajo anonimato, declaró: «Estamos declarando una guerra contra los filtradores».
El Pentágono también inició una investigación criminal sobre las filtraciones, con el FBI colaborando en el proceso. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, comentó que «estamos llevando a cabo una investigación de filtraciones con el FBI ahora mismo, ya que [se trata de] información para fines internos, para evaluar los daños en combate».
Por su parte, Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, afirmó que quien filtró la información debería «ir preso».
Las filtraciones han causado indignación en la administración Trump, especialmente porque el informe confidencial filtrado sostiene que el programa nuclear de Irán solo se retrasó seis meses, lo que contradice las declaraciones iniciales del presidente, quien había asegurado que las instalaciones fueron «destruidas completamente».
La filtración también ha generado controversia debido a que el informe fue elaborado en las primeras 24 horas tras los bombardeos y se basó en fotografías satelitales, no en testimonios directos de los daños, lo que llevó a las autoridades a cuestionar su fiabilidad.