La Cancillería de Ecuador trabaja en una campaña con el slogan ‘Quédate’ para reducir la migración ilegal. Analistas creen que será inútil si no se disminuye la inseguridad y se aumenta el empleo.
Detrás de un mesón del comedor ‘La Sazón del Flaco’, Sandra Angulo retira de la sartén los últimos pollos brostizados del menú del día, intentando que su negocio rinda lo suficiente para pagar las bóvedas de su hijo y nieto que fallecieron en un viaje riesgoso a Estados Unidos.
Ambos, Elvis Mairongo y su pequeño de 1 año, murieron el 3 de enero de 2025 cuando se lanzaron de un tren en movimiento que viajaba con destino a Torreón, en el estado mexicano de Coahuila. Huían de ‘la migra’, la policía de inmigración que perseguía a los indocumentados para entregarlos a los carteles del narcotráfico.
“Siento mucho haberle ayudado a hacer ese viaje, él se fue porque había muchas deudas, no había trabajo, mi esposo hizo un préstamo para que se vayan los muchachos. Cuando estoy solita me pongo a llorar, no me puedo derrumbar delante de ellos”, confesó Sandra, de 51 años.
Elvis, de 29 años, viajó con su esposa Yulissa y sus dos hijos, de 1 y 4 años, además de su hermano Joel Mairongo. A mediados de 2024, todos emprendieron la peligrosa ruta de la Selva del Darién: Guayaquil-Rumichaca (Colombia)- Panamá-Costa Rica-Honduras-Guatemala-México.
Migrantes deportados por país
ESTADOS UNIDOS | 18.449 | 13.681 | 2.190 | 34.320 |
---|---|---|---|---|
PANAMÁ | 3 | 353 | 55 | 411 |
TOTAL | 18.452 | 14.034 | 2.245 | 34.731 |
Fuente: Ministerio de Relaciones Exteriores
Solo regresaron a Ecuador Yulissa, su hijo de 4 años y su cuñado Joel. “Yo iba con mi hijo mayor cuando mi esposo, para salvarme de la migra, me empujó del tren, yo caí y me encontré luego con mi cuñado. Mi hijo vio todo, está con psicóloga”, cuenta Yulissa, de 24 años.
Ella le ayuda a su suegra Sandra en el comedor que lleva el nombre que le puso su fallecido esposo Elvis, ubicado en la cooperativa Antonio Neumane, en la Isla Trinitaria. Con la venta de los almuerzos -a un costo de USD 2,50- buscan reunir el dinero para pagar las costosas bóvedas que tuvieron que comprar para sepultarlos.
En el cementerio municipal Ángel María Canals, en el suburbio de Guayaquil, cuenta Sandra, los quisieron “vacunar”. Les pidieron USD 1.000 por cada familiar fallecido y le ofrecieron ubicarlos en un terreno baldío lleno de maleza en la parte posterior de ese camposanto.
Sandra recalca: “el gobierno me ayudó trayendo los restos, la bóveda la estoy pagando yo”. Cada mes, la factura de ambas bóvedas, de USD 174, se acumula en medio de la preocupación de Sandra, que tiene que pagarlas durante 48 meses, una suma total que alcanza los USD 8.352 y que solo puede cubrir con los ingresos de su comedor, que estuvo cerrado dos meses.
Durante ese tiempo, Sandra no pudo vender almuerzos por las amenazas de extorsionadores que arrojaron panfletos pidiéndole “vacunas” para dejarla trabajar. Su hijo, cuenta ella, se arriesgó a hablar con un muchacho que era el jefe y le cambiaron la “vacuna” por almuerzos.
Sandra Angulo atiende un comedor en la cooperativa Antonio Neumane, en la Isla Trinitaria. 18 de junio del 2025.Primicias
“Nos dijeron ‘ya, la vamos a dejar tranquila, pero que nos dé un almuercito’. A veces vienen y piden almuerzos, yo les doy, porque es la única forma que me dejen trabajar”, cuenta esta abuela de siete nietos que quedó endeudada porque también tuvo que pagar los costos del viaje de regreso de México de su nuera, su otro hijo y uno de sus nietos.
Aunque ellos pidieron acogerse a la deportación, no fueron aceptados. El regreso de cada uno le costó a la familia unos USD 1.000, que se sumaron a un valor similar pagado por el rescate de todos cuando en México fueron secuestrados por un cartel del narcotráfico.
“Nos dijeron ‘ya, la vamos a dejar tranquila, pero que nos dé un almuercito’. A veces vienen y piden almuerzos, yo les doy, porque es la única forma que me dejen trabajar”, cuenta esta abuela de siete nietos que quedó endeudada porque también tuvo que pagar los costos del viaje de regreso de México de su nuera, su otro hijo y uno de sus nietos.
Aunque ellos pidieron acogerse a la deportación, no fueron aceptados. El regreso de cada uno le costó a la familia unos USD 1.000, que se sumaron a un valor similar pagado por el rescate de todos cuando en México fueron secuestrados por un cartel del narcotráfico.
Deportaciones de migrantesDesde Estados Unidos, 2.190 ecuatorianos han sido deportados este año, mientras que desde Panamá la cifra llega a 55, según datos del Ministerio de Relaciones Exteriores disponibles hasta el 31 de marzo. PRIMICIAS solicitó las cifras actualizadas, pero la entidad no ha dado respuesta.
En total, desde ambos países han vuelto a Ecuador 2.245 compatriotas que no lograron cumplir el llamado sueño americano. La mayoría fueron adultos de entre 31 y 64 años (1.056), pero también hubo 143 niños, 56 adolescentes y seis adultos mayores. El 67% fueron hombres.
Fuente: PRIMICIAS