Todo se trabaja al mismo tiempo, pero el eje principal ciertamente es la seguridad. Si tú quieres hablar de reactivación económica, si tú quieres hablar de dinamismo, de trabajo, inclusive de la educación, necesitas mejorar los índices de seguridad. Hemos trasladado la Comandancia General de las Fuerzas Armadas y de la Policía a territorio, a Guayaquil, para bajar los números, para que se sienta mucho más la presencia de las fuerzas del orden. Esto a la par de que creas una Ley de Inteligencia, una Ley de Solidaridad, es un enfoque holístico, completo. Y a la par tienes desarrollo, no todo es bala. Estamos con el énfasis en la seguridad para abrir con gran dinamismo esas carreteras del desarrollo.

Para esto se han apalancado en la mayoría que tienen en la Asamblea Nacional…

Y que decían que estaba pegada con baba, ¿no?

Pero recién tienen un mes… Le decía que se han apalancado en esa mayoría y que han enviado tres leyes urgentes en seguidilla. Usted me decía hace un momento que vienen más. ¿Cuántas son, de qué temas y cuándo las envían? O sea, ¿cuál es, al final, el tipo de legislación que quieren para el país?

Por un año y medio la Asamblea anterior se dedicó a cualquier otra cosa, menos a hacer leyes para el desarrollo del país, para combatir los problemas del país…

Le aprobaron seis leyes urgentes a Noboa en el periodo anterior. No es poca cosa.

Sí, pero no fue suficiente, y ahora faltan. Por ejemplo, si queremos trabajar en temas de justicia, necesitas reformas legales, inclusive reformas constitucionales. Igual en materia económica y de seguridad. Entonces, antes tenías una Asamblea que no te dejaba trabajar. Hoy estamos, repito, en esteroides, tratando de recuperar el tiempo perdido y avanzar hacia lo que quieren los ecuatorianos, sentir calma en las calles.

¿Cuántas leyes espera enviar el presidente hasta fin de año y en qué materias?

No tengo un número exacto en este momento. Lo que sí te puedo decir es que estamos trabajando en otras más en materia económica, y mirando muy de cerca los temas de la reforma constitucional.

Ustedes tienen más de los 77 votos que se requieren para aprobar leyes. Hasta ahora solo se ha tratado la agenda del Ejecutivo, ¿pero qué pasará cuando empiecen a entrar proyectos de los grupos de oposición? ¿Habrá espacio para sus propuestas o sus aportes?

Si son proyectos que se discuten en la Asamblea democráticamente y que buscan solucionar los problemas, ¿por qué nos habremos de oponer? Es más, siempre invitamos a que los correístas se pongan del lado de los buenos y voten a favor de la solución a los problemas y no estén absteniéndose o dejando las sesiones. Yo no entiendo cómo le dieron la espalda a la Ley de Solidaridad. Y a uno de ellos que hizo un voto razonado, lo tildaron de traidor y a otro hasta le estaban gritando. Esa no es la postura de ADN, esa no es la postura del Gobierno. Nosotros queremos legislar por mejores días para los ecuatorianos; que ellos, los de Pachakutik o los independientes tengan iniciativas, enhorabuena.

¿Cómo se están realizando los acercamientos con sectores políticos para armar las mayorías? O sea, ¿quién es el interlocutor?

Nosotros.

¿Nosotros es quién? ¿El Ministerio de Gobierno?

El Ministerio de Gobierno.

¿Usted o su equipo?

Yo, mi equipo, el Ministerio de Gobierno. Tenemos una coordinadora, asesores, una subsecretaría… O sea, existen los canales naturales, no el hombre del maletín y la conversación por debajo de la mesa, como otrora. Hay diálogo, agendas legislativas. Y cuando yo converso y llego a acuerdos públicamente, lo comunico públicamente. Aquí no hay gato encerrado.

¿Y cuánto tiempo creen que les puede durar esta fluidez?

¿Esta luna de miel? (risas)

Porque uno dice que está lejos, pero ya mismo empieza el ajetreo preelectoral de las seccionales.

Siempre habrá temas complicados, pero cuando se anteponen los intereses del país por encima de los intereses partidistas y personales, creo que son muchos los puntos de encuentro. ¿Cuánto tiempo va a durar? No lo sé. Espero que dure muchísimo y lo necesario. De eso me encargo yo. Son conversaciones, entender posturas, flexibilizar, etcétera.

Pero no con el correísmo.

Es que ellos no dialogan, ese es el problema. Para ellos, el diálogo es traición.

¿Cómo se maneja ADN internamente? O sea, ¿quién decide quién pone una moción, quién habla en el pleno?

Todo es una disciplina.

¿Pero es una decisión interna del bloque o lo coordinan con el Gobierno?

Es una coordinación interinstitucional con la bancada, que nos encargamos de hacerla constantemente conforme a la planificación del trabajo. Aquí no hay nada improvisado, por eso es que es tan exitoso y eso es lo que algunas personas no entienden.

¿Hay espacio para que los legisladores planteen sus ideas o son imposiciones del presidente Noboa?

Aquí no hay caudillos ni viscerazos, aquí hay iniciativas, conversaciones y entusiasmo. Eso se conjuga en un trabajo democrático y genera ideas, propuestas, proyectos, acción.

Se hicieron públicos casos de asambleístas de ADN, como Nathalie Farinango o Eckenner Recalde, que tienen a sus familiares trabajando en la Asamblea en despachos de sus colegas. ¿Esto no es caer en lo mismo que han criticado?

Eso es intolerable. En eso no vamos a caer. Y cuando hemos podido advertir alguna cosa la hemos frenado a raya. Se levantaron las alertas e inmediatamente tomamos acción. Personalmente tomé acción de eso. O sea, yo llamé al orden a la gente.

¿Y ya no están?

De lo que yo conozco ya debieron haberse tomado los correctivos. Obviamente es una Función del Estado diferente y hay que respetar la independencia, pero cuidando la ética pública y la integridad hemos dado las directrices bien claras de que nada de eso tiene cabida en este nuevo Ecuador.

El Gobierno ha arremetido en contra de los jueces y fiscales que liberan delincuentes, ¿por qué ahora?

Estamos en una cruzada y lo que nosotros hacemos es exigir a las otras funciones que hagan lo que deben. Este carrusel de la prisión preventiva tiene que acabarse. El ejemplo más clamoroso en los últimos tiempos es el de la ciudadana china y de alias Cocacho. Eso es intolerable. Y eso solo muestra una realidad que la gente no quiere decir, pero que yo sí la digo: la justicia está podrida y eso tiene que recuperarse. Y eso pasa por fortalecer y depurar las instituciones. Y yo celebro cuando amanecemos con noticias como que le han caído a un exdirector de la Judicatura en Manabí y encontraron a Papá Noel de sospechoso.

La Comisión de Fiscalización de la Asamblea se ha unido a esta cruzada que usted menciona y su presidente, Ferdinan Alvarez, ha adelantado que esperan proponer reformas legales al sector justicia. ¿Tienen algún proyecto listo para llenar algunos de los vacíos?

Yo presenté uno el año pasado: la ley “talón de Aquiles”, que corrige algunos de los problemas. Pero claro, hay otras cosas que se necesitan reforzar y eso es lo que vamos viendo. La anterior Comisión de Justicia no hizo absolutamente nada con el proyecto.

¿Cómo se pueden hacer estas reformas sin meterle las manos a la justicia?

Yo detesto esa frase de “la metida de mano a la justicia”, porque todos padecimos esa metida a la justicia (…). Es de muy mala recordación la época en que, por teléfono, el Consejo de la Judicatura te suspendía y te manejaba las sentencias como le daba la gana. Esa era la época de Gustavo Jalkh y eso no se olvida. Y luego se fueron a las antípodas: de tener un hipercontrol sobre los jueces, una lámpara de la Judicatura encima de cada uno, hurgando en su conciencia, en sus decisiones, a que venga después la Corte Constitucional y se desmantele por completo la potestad disciplinaria, eliminando las facultades de suspensiones provisionales, como las tenía antes el presidente de la Judicatura, e hiperregulando la figura del error inexcusable a través de esta figura de la declaratoria jurisdiccional previa, que ha servido para que entre todos se encubran. El juez no es lobo del juez. Entonces, cuando tienes esos problemas de estructura, tú tienes que ver que algunos no se agotan solamente con reformas legales y por eso entiendo el examen que está haciendo la Comisión de Fiscalización. Y por otro lado están las reformas constitucionales que se deben alimentar en ese sentido y las ideas de fondo que también pueden derivar en una asamblea constituyente.

¿Vuelve a hablar de esa constituyente?

Nunca vamos a dejar de hablar de ella como una alternativa a la que podremos llegar si los tiempos políticos y las realidades sociales y políticas lo hacen necesario. Pero hoy tenemos una Asamblea que está trabajando por los ecuatorianos.

¿Y qué reformas constitucionales podrían plantearse para la justicia?

Todo eso se está evaluando con mucho rigor. Cuando hablas de una constituyente, hablas de cambiar todo. Cuando hablas de reformas parciales o enmiendas, hablas de poner parches. Y no se puede simplemente decir ‘quita aquí, pon acá, mete aquí, saca allá’. Este es un trabajo de ingeniería constitucional y eso es importante realizarlo conforme vamos viendo que va generando efecto la medicina legislativa que se está aplicando ahora, por ejemplo, con las leyes económicas urgentes. Yo creo que hay que hacer reformas que el país siente que se tiene una deuda, por ejemplo, el Consejo de Participación Ciudadana, el sector justicia, lo que tiene que ver con la cooperación internacional o con la parte económica. Todo eso, pero vamos viendo en las prioridades lo que se va necesitando. Y no quisiera adelantarme, pero lo que sí puedo decirle ahora es que como estamos próximos a ir a elecciones por el referéndum de las reformas para las bases militares, nosotros sí pensamos en ser lo más eficientes electoralmente hablando para preguntarle al pueblo lo que se necesita preguntar y avanzar en lo que necesitemos avanzar aprovechando esa oportunidad.

¿O sea que van a incluir otros temas en el referéndum de las bases militares?

Lo más probable es que sí.

¿Y si les alcanzan los tiempos?

Esa es una dificultad.

Empiezan a correr los tiempos desde que la Asamblea le notifica a la Corte Constitucional, 20 días, 45 para convocar, 60 para ir a elecciones…

Sí, y esto (el referéndum) debería ocurrir en noviembre…

Pero si quieren poner más temas tienen que presentar sus pedidos a la Corte Constitucional ya pues ellos se toman los tiempos que quieren.

Bueno, a veces se toman más tiempo y otras veces no se toman casi nada. Con la ley ‘antipillos’ volaron. Creo que el país tiene urgencia de que todos actuemos con entusiasmo, con energía y con la velocidad de los cambios estructurales que se necesitan.

La Ley de Inteligencia ha generado preocupación en gremios periodísticos por esta disposición de que todo mundo tiene que entregar la información que se le requiera desde la entidad de inteligencia y eso puede afectar la reserva de la fuente.

Eso es mentira. Es para las instituciones públicas.

No, en la disposición primera señala que es para todos. Dice que se pedirá información conforme a los reglamentos y con un acta de confidencialidad.

¿Y cuál es el problema?

Que podría no respetarse la reserva de las fuentes.

Pero están amparados en el derecho al secreto profesional.

Entonces eso debería quedar muy claro en el reglamento.

Para mí está claro, pero el reglamento, en efecto, podrá aclarar más las dudas. Aquí no se trata de ir contra los periodistas, los curas, los abogados o las personas que tienen un secreto profesional. Es una ley para luchar contra las mafias y que nos permita anticipar ese accionar y llegar antes y no para los lamentos. Entonces, esta ley no va contra el periodismo. Esta ley no es como la Ley mordaza.

¿Por qué no se establecieron más controles de trabajo del de la entidad de Inteligencia?

Pero tiene responsabilidad política y tiene fiscalización. Antes no había nada.

La fiscalización es de una comisión de la Asamblea, la de Seguridad, que tiene diez personas, y no del pleno, que es el órgano de representación total.

Es un tema de seguridad nacional. ¿Tú crees que no lo van a filtrar para que todo lo sepan los Latin King, los Ñeta, los Lobos y todos ellos? Es imposible. Cuando estamos hablando de narcopolítica tienes que tomar todos los recaudos posibles. Es que eso es lo que la gente no ve. Hay narcopolítica, han permeado en las instituciones públicas. Necesitamos un sistema de inteligencia para luchar contra eso, para saber exactamente cuándo te sientas, si estás hablando con un alcalde elegido por el pueblo o puesto por los narcoterroristas. A mí me dan terror las relaciones que puedan tener algunos alcaldes de ciudades importantes con la mafia. Ha habido alcaldes asesinados por las mafias, por Dios. (…) Por eso es que yo no puedo dejar de decir que a mí no me apetece una invitación para conversar por la seguridad de una persona que está procesada y que desatiende las órdenes judiciales y no usa el grillete. Eso es un ejemplo de que la ley no rige para todos, de que hay personas que tienen coronas.

Me imagino que se refiere al alcalde de Guayaquil, él es el alcalde de la ciudad más grande y de mayores problemas de inseguridad en el país.

Pero no está por encima de la ley, de la justicia o los jueces. Debió ser el primero, como lo hizo Paola Pabón, en cumplir con la medida dictada por el juez. Lo demás es decirle a toda la comunidad, a los buenos y a los narcoterroristas, hagan lo que les da la gana que aquí no hay ley ni jueces. Eso es peligrosísimo.

En la Ley de Inteligencia se dice que para obtener información se puede usar toda la tecnología que se requiera, o pedir bases de datos a las empresas de telecomunicaciones. ¿Eso es espiar a la gente?

Ese es un fantasma… ¿Pero cómo se hace inteligencia si no se pide información? Si la ley no dijera nada de eso me preocuparía. (…) Ahora vamos a hacer un sistema de inteligencia. Estamos regulando un sector que no estaba regulado, estamos poniendo responsabilidad en un sector que navegaba al margen de la ley. Estamos poniendo un CIES donde antes había la Senain de Rommy Vallejo, donde había adquisiciones de equipos millonarios para espionaje, que nadie sabe a dónde fueron a parar ni quién los tiene, ni cómo se están operando, versus tener responsabilidad y fiscalización. Esas son las antípodas de lo ilógico, absurdo y peligroso versus lo lógico, correcto y necesario para un sistema democrático que está enfrentándose a las mafias. Repito, ¿cómo podemos saber qué alcaldes son elegidos por el pueblo y cuáles otros son puestos por los narcos? La ley va a servir para poder anticiparlo y ser más eficientes en la acción de nuestra fuerza policial.

Otro tema que el presidente definió como prioritario fue la reactivación económica. ¿Qué acciones han tomado en ese sentido? ¿Se están buscando préstamos con los multilaterales?

Estamos haciendo muchas cosas. Obviamente teníamos un déficit y eso todos los conocemos. Estamos mejorando mucho las cifras para poder recibir los anticipos que nos prestan los multilaterales. Pero hay buenas noticias: como estamos teniendo una disciplina fiscal y estamos tomando las medidas que son necesarias -no creas que es bonito quitarle los subsidios, por ejemplo, a los atuneros, pero hay que hacerlo- se mandan mensajes positivos a la comunidad internacional. El riesgo país va bajando y esperamos que en muy corto plazo podemos volver a emitir bonos. Entonces, cuando vengan estos préstamos tendremos las macro obras que generarán trabajo, dinamismo y habrá ese circulante en el país que lo empezaremos a usar en obras, en becas para estudiantes, soluciones habitacionales… Todo eso sirve para crear ese clima de desarrollo como alternativa en esta lucha contra el narcoterrorismo.

¿En algún momento se apuntará para eliminar definitivamente todos los subsidios?

Creo que hay que apuntar a eliminarlos, pero también a focalizarnos. Creo que hay sectores que necesariamente requieren de esa ayuda, pero otros en los que se están prestando para cosas que no eran el objetivo del subsidio, el tráfico de combustibles, por ejemplo, que se lo pasan a los narcoterroristas. Y no estoy hablando de ningún sector en particular, pero siempre será mejor focalizar y poco a poco ir pensando ojalá podamos tener en algún punto esa visión, porque lo que queremos es dejar una causa buena para los ecuatorianos, para no estar siempre generando deuda, sino que podamos ser autosustentables, que podamos dar servicios sin necesidad de endeudarnos.

Fuente: El Universo

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