La Corte Suprema de Estados Unidos respaldó recientemente una normativa estatal que restringe a menores de edad el acceso a tratamientos médicos vinculados con la transición de género. Con una votación de seis a tres, se confirmó la validez de la ley de Tennessee, que impide el uso de terapias hormonales, bloqueadores de pubertad y cirugías relacionadas con el cambio de sexo en personas menores de 18 años.
La decisión subraya que no corresponde al tribunal evaluar el contenido o conveniencia de la ley, sino únicamente verificar que no contravenga principios constitucionales. Cuestiones de este tipo, según el fallo, deben resolverse a través de los mecanismos democráticos y el debate político.
«El papel de la Corte no es ‘juzgar la sabiduría, la equidad o la lógica’ (de la ley) sino solo asegurar que la ley no viole las garantías de protección igualitaria», escribió John Roberts, presidente del máximo tribunal. Los asuntos de carácter político «se dejan, por tanto, de manera apropiada, en manos del pueblo, sus representantes elegidos y el proceso democrático», agregó.