Los precios del petróleo se mostraron volátiles al comienzo de la semana, tras subir un 7% el viernes, impulsados por el intercambio de ataques entre Irán e Israel durante el fin de semana, que avivó el temor a un conflicto cada vez mayor en Oriente Próximo y a una interrupción generalizada de las exportaciones de petróleo de la región.
El estrecho de Ormuz, de unos 50 kilómetros de ancho en su punto más estrecho, se extiende entre territorio iraní y la península omaní de Musandam, formando un enlace estratégico entre el Golfo Pérsico y el Golfo de Omán. Por él pasan las exportaciones de petróleo y gas de países del Golfo como Arabia Saudí, EAU, Kuwait, Irak, Qatar y Bahréin.
Según datos de la Administración de Información Energética de Estados Unidos, cada día pasan por el estrecho unos 20 millones de barriles de petróleo, equivalentes a una quinta parte de los envíos mundiales de crudo, así como un tercio de las exportaciones mundiales de gas natural licuado. La vía marítima es una ruta clave para las exportaciones de petróleo. La OPEP+, una coalición de países exportadores de petróleo y otros productores, había acordado anteriormente aplicar recortes en los niveles de producción para contener la caída de los precios.

El escenario más preocupante a día de hoy es que Teherán cierre el estrecho de Ormuz, lo que paralizaría sus exportaciones y las de los países vecinos, en cuyo caso otros productores de petróleo tendrían que compensar la diferencia. Pero esto deja poco excedente de producción para hacer frente a interrupciones adicionales, ya sean causadas por guerras, catástrofes naturales o accidentes.
Jorge León, responsable de análisis geopolítico de Rystad y antiguo funcionario de la OPEP, advierte de que «si Irán responde interrumpiendo el flujo de petróleo a través del Estrecho de Ormuz, atacando las infraestructuras petrolíferas de la región o atacando activos estadounidenses, el mercado podría sufrir un fuerte repunte de precios que podría hacer subir los precios 20 dólares por barril o más».
¿Puede la OPEP+ compensar el déficit?
Los analistas señalaron a Reuters que la OPEP+ podría enfrentarse a importantes dificultades para compensar cualquier interrupción del suministro iraní, especialmente a la luz de la limitada capacidad de producción excedentaria de la alianza, que apenas iguala la producción iraní de unos 3,3 millones de barriles diarios, de los que más de 2 millones se destinan a la exportación.
Se calcula que Arabia Saudí y los EAU son los dos únicos países capaces de aumentar rápidamente la producción, equivalente a unos 3,5 millones de barriles diarios, cifra que equivale casi a toda la reserva mundial de suministros adicionales.

Según los analistas de la OPEP, es posible que las instalaciones no puedan recuperarse rápidamente tras años de recortes de producción y escasas inversiones en campos petrolíferos después de la pandemia de la COVID-19.
En una nota analítica, JP Morgan afirma que la mayoría de los miembros de la OPEP, a excepción de Arabia Saudí, están produciendo al máximo de su capacidad. Se espera que la producción saudí supere los 9,5 millones de barriles diarios en julio, lo que daría al reino una capacidad adicional de 2,5 millones de barriles diarios. Arabia Saudí también ha dejado de invertir para aumentar su exceso de capacidad de producción a más de 12 millones de barriles diarios, canalizando los recursos hacia otros proyectos.
La capacidad máxima de producción de los EAU ronda los 4,85 millones de barriles diarios, mientras que la Agencia Internacional de la Energía estimó su producción en abril en unos 3,3 millones de barriles diarios, con la posibilidad de aumentar esta cifra en un millón de barriles adicionales. Los informes de BNP Paribas pronosticaban que la producción de EAU se situaría entre 3,5 y 4 millones de barriles diarios.
En cuanto a Rusia, segundo productor de la OPEP+, JP Morgan estima que no podrá aumentar su producción en más de 250.000 barriles diarios en los próximos meses, hasta alcanzar los 9,5 millones de barriles diarios, a la luz de las sanciones internacionales que se le han impuesto. A pesar de este potencial, analistas como Aldo Spanjer, de BNP Paribas, se muestran escépticos con las cifras, sugiriendo que el exceso de capacidad es mucho menor de lo que se promociona.