El ataque israelí contra Irán, ocurrido durante la madrugada, tuvo un impacto inmediato en los mercados financieros globales. El precio del crudo estadounidense se incrementó alrededor de un 7 %, mientras que el petróleo de otros productores también registró alzas, en parte por el papel estratégico de Irán como uno de los mayores exportadores de este recurso.
La incertidumbre geopolítica también afectó a las bolsas estadounidenses, que cerraron la jornada con importantes pérdidas. El índice Dow Jones cayó 520 puntos (1,2 %), el S&P 500 retrocedió 40 puntos (0,7 %) y el Nasdaq bajó 155 puntos (0,8 %).