En el marco del Día Mundial de las Abejas, celebramos la oportunidad de reforzar el compromiso con la protección de los polinizadores, actores clave para la biodiversidad, la producción agrícola y la seguridad alimentaria. En un contexto global que llama a la acción, iniciativas y espacios dedicados a su cuidado, así como la promoción de buenas prácticas agrícolas, se vuelven cada vez más valiosos y necesarios para construir un futuro más sostenible y equilibrado. En Ecuador existen, a la fecha, cuatro jardines polinizadores que ha promovido BASF, como parte de la propuesta denominada Alas para el Campo.
Esta iniciativa ha establecido alrededor de 144 acciones en la región para el cuidado de los polinizadores en sistemas agrícolas y urbanos, dando servicio a más de 1.800 hectáreas en seis países (Perú, Colombia, Ecuador, Costa Rica, Guatemala y México) con más de 2.416 personas entrenadas en tema de conservación. Este es el resultado de un compromiso y trabajo conjunto con agricultores, empresas agrícolas, agroexportadoras, instituciones y universidades aliadas a un mismo propósito.
En Ecuador, en el último año, cuatro jardines polinizadores han sido instalados en puntos estratégicos del país. Uno de ellos está situado en los exteriores del Centro Cultural de la Alcaldía de Daule (Guayas), otro en el coworking WorQ de Guayaquil, un tercero en plena feria agropecuaria EXPOCAMPO en Manabí y un cuarto en el Colegio Alemán Humboldt de Samborondón. Cada espacio no solo ofrece refugio a mariposas, colibríes y abejas, sino que se convierte en un aula viva para educar sobre su rol crucial en la producción de más del 70 % de los alimentos que consumimos.
“Alas para el Campo no es solo una iniciativa de conservación, es una invitación a repensar cómo vivimos y cultivamos, es una forma de devolverle voz y vuelo a los polinizadores en medio del ruido urbano. La polinización es clave para la agricultura porque permite que muchas plantas den frutos y semillas, colaborando en la ardua tarea de disponibilizar alimentos para toda la población” señala Stephanie Valquinta, Gerente del negocio de Soluciones para la Agricultura de BASF Ecuador.
Los jardines implementados cuentan con especies florales como ixoras, girasoles, margaritas, chabelitas y geranios. Además, se han instalado bebederos artificiales para abejas, especialmente diseñados para hidratarlas sin riesgo de ahogamiento. Estos pequeños oasis urbanos son vitales frente al avance del cemento y el uso intensivo de agroquímicos que diezman sus poblaciones.
Lo innovador de esta iniciativa no está solo en su alcance ecológico, sino su enfoque colaborativo. En Ecuador y en otros cinco países de la región, BASF ha trabajado con agricultores, gobiernos locales, instituciones educativas y comunidades. Stephanie Valquinta, Gerente del negocio de Soluciones para la Agricultura de BASF Ecuador, comenta: “El compromiso de BASF con la sostenibilidad se materializa en:
- Agricultura sostenible: Promoción de prácticas que optimizan el uso de recursos y reducen la huella ambiental sin comprometer la productividad.
- Capacitación técnica: Días de campo, parcelas demostrativas y talleres prácticos que facilitan la transferencia de tecnología y conocimientos a los productores.
- Acompañamiento integral: Asesoría personalizada a través de una red de técnicos especializados que comprenden las particularidades de los cultivos en cada región.
- Certificación de procesos: Apoyo para la implementación de estándares que aseguran la inocuidad del producto y facilitan el acceso a mercados más exigentes y rentables.
- Equipos de Protección Personal: En Ecuador, BASF ofrece una línea completa de EPP diseñados para proteger a los agricultores y aplicadores durante las labores en el campo, que pueden ser adquiridos a través de diferentes aliados estratégicos.
- Alas para el Campo: iniciativa de conservación de biodiversidad en sistemas productivos agrícolas.
Estas iniciativas reflejan la filosofía y visión de BASF resumida en “Por amor a la agricultura, el trabajo más valioso de la Tierra”, reconociendo que el futuro de la agricultura depende no solo de soluciones tecnológicas, sino del fortalecimiento de quienes dedican su vida a producir este alimento esencial”.
Conservación de la biodiversidad en América Latina
“Alas para el Campo”, es una iniciativa impulsada por BASF junto a otros aliados, que tiene como finalidad fomentar las buenas prácticas agrícolas y de esta forma cuidar y preservar la diversidad de polinizadores.
Sumado a ello, se ha llevado a cabo en otros países de América Latina, como Costa Rica, Ecuador y México, para restaurar sus ecosistemas urbanos y rurales. En estas regiones, BASF ha trabajado de la mano con agricultores, comunidades y organizaciones locales, promoviendo prácticas agrícolas que no solo favorecen el desarrollo de los cultivos, sino que también protegen a los polinizadores y otros animales esenciales para el equilibrio de los ecosistemas.
Hasta la fecha, más de 1,700 productores han sido capacitados y más de 300 han recibido semillas, consolidando su rol como aliados en la conservación de la vida silvestre. En las áreas urbanas, se fomenta la restauración de biodiversidad afectada por la expansión y la urbanización, con la plantación de especies nativas y franjas florales.
Así, a través de la siembra de plantas nativas y la creación de corredores biológicos, se está contribuyendo a una agricultura más sostenible y a la preservación de la biodiversidad en toda la región.
La creación de espacios como este y el fomento de este tipo de prácticas es fundamental para enfrentar los retos del cambio climático y la urbanización, ya que proporciona refugio seguro a especies cuyos hábitats naturales se están viendo cada vez más reducidos. Iniciativas como esta son clave para despertar conciencia sobre la necesidad de proteger el entorno natural y construir un futuro más equilibrado y sostenible.
