En el corazón de la Ruta Escondida, a 55 kilómetros al noreste de Quito, Perucho florece entre montañas, historia y mandarinas. Pero detrás del aroma dulce de este fruto no solo hay huertos: hay innovación, emprendimiento y tecnología.
Durante los últimos años, esta parroquia rural de Quito se ha reinventado. Lo que antes era una producción local para el consumo inmediato, hoy es una cadena de valor que impulsa a toda la comunidad: jugos naturales, mermeladas artesanales, cosmética orgánica e incluso licores típicos con sello local. Todo, a partir de una mandarina y de la transformación digital.
El alma tecnológica de esta historia es el Punto Digital Gratuito “Perucho”, un espacio donde lo rural y lo digital se encuentran. Allí, mujeres, jóvenes y emprendedores han descubierto que las ideas necesitan más que esfuerzo: necesitan herramientas digitales.
Desde el diseño de logotipos hasta la creación de tiendas virtuales, pasando por la edición de videos, la generación de códigos QR y el manejo de redes sociales, los Puntos Digitales Gratuitos (PDG) se han convertido en una cuna de sueños.