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El error silencioso que te convierte en blanco fácil tras usar un cajero

Sacar dinero de un cajero automático es una de las operaciones más habituales del día a día. Sin embargo, un gesto automático que la mayoría pasa por alto puede desencadenar una cadena de fraudes digitales. La seguridad no termina cuando tomas el efectivo: lo que haces con el recibo de la transacción puede ser clave para protegerte.

© RDNE Stock project – Pexels

Qué información revela un simple recibo

Aunque parezca un papel sin valor, el comprobante de una operación bancaria puede incluir fragmentos del número de tarjeta, el monto retirado, el horario de la transacción e incluso el saldo disponible. Esta información, en manos equivocadas, puede ser usada para construir perfiles falsos o lanzar ataques de ingeniería social con el fin de acceder a tus cuentas.

Autoridades como el Banco de España insisten en que nunca se debe dejar el recibo olvidado en el cajero ni tirarlo en los cestos cercanos. Cada dato, por pequeño que parezca, puede ser aprovechado por ciberdelincuentes para diseñar estafas personalizadas.

Qué hacer con el recibo y cómo eliminarlo correctamente

Si no necesitas conservar el recibo, lo mejor es destruirlo completamente. Romperlo en pedazos pequeños o pasarlo por una trituradora en casa o en el trabajo son métodos eficaces para garantizar que nadie pueda reconstruir la información. Evita tirarlo cerca del cajero o en la calle, ya que alguien podría recuperarlo fácilmente.

Este tipo de precauciones, aunque simples, puede marcar la diferencia entre una transacción segura y el inicio de un fraude bancario.

Cómo detectar si un cajero fue manipulado

Antes de insertar la tarjeta, observa el estado del lector, el teclado y la ranura de salida del dinero. Si notas piezas flojas, componentes mal alineados o partes con aspecto extraño, es posible que el cajero haya sido alterado con tecnología de “skimming”, que clona datos bancarios.

En ese caso, evita operar e informa de inmediato a tu entidad bancaria. La inspección visual es tu primera línea de defensa.

El error silencioso que te convierte en blanco fácil tras usar un cajero
© Eduardo Soares – Pexels

Proteger tu PIN: una práctica clave

El PIN es tu contraseña personal y su protección es fundamental. Siempre cubrí el teclado al ingresarlo, incluso si no hay nadie alrededor. Existen cámaras ocultas instaladas por delincuentes para registrar tus movimientos sin que te des cuenta.

Hábitos que aumentan tu riesgo sin que lo notes

Entre los errores más comunes están aceptar ayuda de extraños en caso de fallos, distraerte mientras el sistema opera o no guardar el dinero antes de alejarte del cajero. También es riesgoso operar en lugares mal iluminados o expuestos.

Siempre que sea posible, usa cajeros dentro de entidades bancarias o centros comerciales. Y si notas algo fuera de lo común, cancela la operación y busca otra máquina o contacta a tu banco.

Fuente: Infobae

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