Si el trabajo como entrenador de élite no le funciona bien a Enzo Maresca, al menos el italiano ha sentado sabiamente las bases para un paso permanente hacia la esfera de los entrenadores profesionales.
Su determinación de ser catalogado junto a Maurizio Sarri y Rafael Benítez como obsesivos tácticos profundamente poco queridos que nunca entendieron e incluso ridiculizaron activamente la dinámica única del Chelsea es curiosa, especialmente sin la historia de éxito que la mayoría de sus predecesores pueden usar en una batalla contra los fanáticos que ningún entrenador ganará jamás.
Las primeras señales reales de incompatibilidad llegaron en febrero, cuando Maresca calificó como “una vergüenza” la eliminación de la FA Cup a manos del Brighton, pero inmediatamente señaló el lado positivo: que podrían “centrarse” en la Premier League y la Conference League.
Ahora que la clasificación para la Liga de Campeones está fuera de su alcance debido a su constante incompetencia , y esta última es un mínimo absoluto, ya que no ganar la tercera competición europea con el equipo más caro de la historia del fútbol sigue siendo impensable, fue algo específicamente ridículo que dijera un entrenador del Chelsea.
Pero mucho más dañino fue que Maresca culpara a los fanáticos por su incapacidad para supervisar una sola victoria contra Ipswich esta temporada.
«Encajamos los dos goles, podemos defender mejor», dijo tras el empate 2-2 en Stamford Bridge, tras la derrota por 2-0 en diciembre en Portman Road. «Pero si analizas ambos goles, el primero fue un balón largo de Enzo y luego encajamos. El segundo fue un saque de meta, un balón largo y encajamos».
Un contraargumento podría ser que la presencia continua de Robert Sánchez es más perjudicial para las perspectivas del Chelsea que cualquier ruido que pueda llegar desde la grada, o que cualquier filosofía que se derrumbe bajo la presión de que se les señale que probablemente no deberían perder en casa contra un equipo ascendido y pronto descendido no vale la pena. Pero Maresca no es el primer entrenador que considera morir en la colina del estilo de juego.
Claro que argumentar que jugar desde larga distancia en lugar de desde atrás «no significa que vayas a controlar algo» no es la ironía que él cree que es en este club. El Chelsea ha tenido 33 entrenadores en la Premier League, ganando trofeos habitualmente sin apegarse nunca a un estilo en particular. Es lo suyo. Los reinados de José Mourinho y Carlo Ancelotti transcurrieron dos años, y la afición que los recuerda con notable cariño no se preocupa por el «control» cuando van sextos y pierden en casa contra el Ipswich tras desmoronarse en una tabla de forma posnavideña.
Ni siquiera era la primera vez que a Maresca se le caía la máscara. «Se nota cuando la afición no está contenta», dijo después de que la afición del Leicester abucheara durante la victoria sobre el Swansea el pasado marzo.
No se sabe si las convicciones de Maresca siguen siendo tan inflexibles en un puesto al que fue sobreascendido como lo fueron cuando se encontraba en ese trampolín de su carrera en East Midlands hace casi exactamente un año, pero parece poco probable que presente su renuncia a Todd Boehly y Behdad Eghbali de manera inminente.
Y la sugerencia es que los propietarios lo rechazarían de todos modos, porque según se informa están decididos a romper su propio ciclo de gerentes rotativos.
Vía football365.com
PODRÍA DIMITIR
Enzo Maresca
lanzó su advertencia tras las constantes críticas al nivel que tiene el Chelsea
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— KCH FM RADIO (@kchradio) May 2, 2025
