Después de décadas de sinsabores, Liverpool vuelve a sonreír con su gente. El club de Anfield se consagró campeón de la Premier League y, por primera vez desde 1990, pudo celebrar el título con el rugido de su hinchada en las tribunas. Pasaron 35 años para que el grito contenido estallara en casa, en una Liga que tiene un sabor a gloria redoblada.
No ha sido un camino fácil. Liverpool ha vivido años de gran nivel pero con la frustración constante de quedar a la sombra del Manchester City. En la temporada 2013-2014, bajo el mando de Brendan Rodgers y con Sturridge, Gerrard, Suárez y Sterling, el equipo lideró la mayoría de fechas, desperdició una ventaja y cayó al final con un recordado resbalón del capitán británico. El equipo cerró con 84 puntos, pero no le alcanzó: el City se impuso con 86.
Con Jürgen Klopp ya al mando, Liverpool firmó campañas memorables, pero siempre le faltó un paso. En 2018-2019 sumaron 97 puntos, apenas uno menos que el City (98). En 2021-2022, otra vez segundo con 92 contra 93. Y en la 2023-2024, los de Anfield terminaron con 82 puntos, nuevamente superados por los de Guardiola, que cerraron con 86. Un déjà vu constante que solamente tuvo una excepción, en una temporada que se enrareció por cuestiones extrafutbolísticas.
La gloria muda de 2020: El silencio de la pandemia
En la temporada 2019-2020, Liverpool volvió a lo más alto. Con Jürgen Klopp como arquitecto y una plantilla cargada de energía, los reds firmaron una campaña casi perfecta: 99 puntos, 32 victorias y un dominio apabullante desde el inicio. El ‘Heavy metal’ perfecto que el alemán siempre predicó… y aplicó.
Sin embargo, el título se vivió en silencio. La pandemia del COVID-19 azotó con fuerza al Reino Unido —uno de los países más golpeados de Europa—, y los estadios cerraron sus puertas. El trofeo fue levantado en un Anfield vacío tras un triunfo ante Chelsea, sin hinchas, sin cánticos, sin abrazos. La celebración, merecida y necesaria, quedó marcada por la soledad del momento.
Y aunque siempre será uno de sus logros más orgullosos, varios integrantes del equipo han admitido su decepción: Liverpool perdió la oportunidad de levantar el trofeo frente a su gente por apenas ocho días. Las familias de los jugadores y el personal estuvieron presentes junto con algunos periodistas selectos, pero la ceremonia fue liderada por Jordan Henderson en un Kop vacío.
Peter Moore, entonces director ejecutivo, reveló que la Premier League incluso ofreció anticipar la entrega del trofeo si el equipo vencía a Everton y Crystal Palace en marzo. Pero el confinamiento paralizó todo. Esos partidos se jugaron tres meses después y el trofeo no llegó hasta julio. Ese mismo día, hubo frenéticas conversaciones para lograr un certificado de seguridad que permitiera al menos la presencia de las familias dentro del estadio.
El recuerdo del 89-90: la última vez que Anfield celebró
La última liga que Liverpool celebró con su público fue la de la temporada 1989-1990. Aquel equipo, dirigido por el legendario Kenny Dalglish, se consagró campeón con dos fechas de anticipación tras una victoria sobre QPR. John Barnes fue la figura estelar, con 22 goles en liga y una temporada brillante que lo consolidó como uno de los mejores futbolistas de Inglaterra en ese momento.
Con nombres como Peter Beardsley, Ian Rush (máximo goleador histórico del club), Steve McMahon y Alan Hansen, ese equipo combinaba talento, experiencia y temple. Anfield celebró entonces su 18º título de liga sin saber que sería el último por mucho tiempo.
Klopp y sus héroes: la era que devolvió la fe
Klopp no solo ganó títulos, también devolvió el alma a un club dormido. Con su carisma y su fútbol agresivo, construyó un equipo para la historia. Mohamed Salah, Sadio Mané y Roberto Firmino formaron un tridente inolvidable, capaz de desarmar defensas y levantar estadios.
La solidez de Virgil van Dijk, la seguridad de Alisson Becker, y la juventud de Alexander-Arnold y Andy Robertson le dieron al equipo una estructura moderna con espíritu clásico, ese mismo que le imprimieron Bill Shankly y el ya mencionado Kenny Dalglish. Bajo Klopp, el Liverpool recuperó su mística y su ambición.
Después de 35 años, por fin, la espera ha terminado. Arne Slot heredó lo mejor del equipo de Klopp e incorporó sus formas modernas, potenciando jugadores que con el alemán no brillaban tanto y liderando el campeonato de punta a punta. Con poder y protagonismo sudamericano (Alisson, Mac Allister, Díaz y Darwin) el Liverpool recuperó el trono que nunca debió perder.(D)
MB