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‘No a la economía de la exclusión, pues esa mata’: los legados del papa Francisco

Durante los 12 años y 39 días que duró el pontificado del papa Francisco, produjo varios documentos, cartas, exhortaciones y encíclicas como la Lumen fidei, Laudato si’, Amoris laetitia y Fratelli tutti.
En los documentos plasmó su visión de la sociedad, en la que primó el deseo de tener siempre por delante, sin distingos de credo religioso, ideología política o dignidades políticas y económicas, la dignidad humana.

Jorge Mario Bergoglio Sívori, primero como sacerdote de la Compañía de Jesús (Jesuita), después como superior provincial, obispo, arzobispo, y luego cardenal, en 2001, fue muy cercano a los movimientos sociales en los países donde sirvió y luego como Papa, en la dirección de la iglesia católica.

Para Wilmar Roldán Solano, profesor de planta de Teología en la Pontificia Universidad Javeriana, hay tres mediaciones que explican la cercanía del papa Francisco con los movimientos sociales.

La primera fue poner siempre la dignidad humana por encima de cualquier consideración. “El Papa siembre decía, ustedes pueden ser de izquierda o de derecha, pero hay que promover la dignidad humana”, comenta Roldán.

La segunda mediación del pontífice fue la experiencia de la cultura. “La primera cultura es la del encuentro con movimientos sociales. Sus momentos álgidos fueron las visitas a Latinoamérica como en el caso de Bolivia, “donde les dijo a las jerarquías políticas, y religiosas y pese a las resistencia a que así fuera, que quería encontrarse con los movimientos sociales, esto lleva a que tenga acuerdos en su pontificado y en donde fue importante el cardenal Peter Turkson”, del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz.

El tercer punto, al hablar de movimientos sociales fue el concepto de las ‘periferias existenciales’ como el centro de su actuar. “Es decir, los descartados del planeta como los pobres, los enfermos, los ancianos o los que no tienen recursos. Hay una mirada de los excluidos en la sociedad”, asegura Wilmar Roldán.

No era de izquierda

El papa Francisco, aunque tenía una visión social no era cercano a las ideas políticas de izquierda y esto lo reafirmó desde el comienzo de su pontificado.

“Él dijo que no era de izquierda ni de derecha. Él repitió desde el primer día que era un Papa del evangelio”, aseguró el catedrático y reafirmó “que los progresistas se valgan de esto para hacer su proliferación de sus políticas y de su ideología, era otra cosa”.

El papa Francisco humanizó el evangelio y puso a los excluidos en el centro y por eso, según Roldán, “todo esto alimentaba el populismo de los populistas de izquierda, especialmente e incluso de los de derecha en algún momento”.

Y Francisco decía que la política era servir a los demás y rotularlo así, como si fuera de izquierda, es un error ante las afirmaciones de que él era del evangelio, enfatiza el profesor de Teología.

Aunque el papa Francisco era un jefe de Estado y por lo tanto no podía tener una injerencia directa sobre otros Estados, sus ideas sí tuvieron cierta influencia en la economía del mundo con dos cosas fundamentales.

Para Roldán, la primera es que en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium de noviembre de 2013 dice entre otras muchas cosas que “Así como el mandamiento de ‘no matar’ pone un límite claro para asegurar el valor de la vida humana, hoy tenemos que decir ‘no a una economía de la exclusión y la inequidad’. Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa”.

Un segundo tema clave, de acuerdo con Roldán, es que en su Encíclica Laudato Si’, próxima a cumplir 10 años, “está centrada en los pobres y los excluidos y promueve una ecología integral y dado que todo esta conectado con todo, esta necesita ser cuidada y eso es una política económica”.

Para el papa Francisco fueron importantes las tres y luego las cuatro T: inicialmente fueron la tierra, el techo y el trabajo, pero él había hecho una critica pues con la pandemia vino una reflexión de cómo por ejemplo, muchos niños en el mundo quedaron atrasados con la educación pues no tenían acceso a la tecnología, y por eso no debe ser vista como enemiga sino como herramienta con la que se ayuda a cerrar la brecha entre los ricos y pobres.

Con la Encíclica Fratelli tutti hay una propuesta geopolítica para promover la fraternidad con diálogo social para estrechar los lazos, remata Roldán.

Holman Rodríguez Martínez

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