Un acto tan cotidiano como maldecir podría tener efectos sorprendentes en la salud física, emocional y social de las personas. Según investigaciones recientes, el uso de palabras consideradas tabú ayuda a aliviar el dolor y mejora el rendimiento físico, regula las emociones y fortalece los lazos sociales.
De acuerdo con TIME, decir malas palabras genera un fenómeno conocido como hipoalgesia, que reduce la sensibilidad al dolor.
Infobae