Pasados cuatro días del terremoto que sacudió Myanmar (Birmania), las autoridades van perdiendo la esperanza de encontrar supervivientes. Sin embargo, este martes han rescatado con vida a una mujer tras 91 horas bajo los escombros. El número de víctimas mortales asciende este martes a 2.719, con unos 4.521 heridos y 441 desaparecidos, según el líder del país, Min Aung Hlaing, quien afirmó que el número de muertos podría superar los 3.000.
Los grupos de ayuda continúan llegando a las zonas más afectadas del país y desde allí informan de que existe una necesidad urgente de refugio, alimentos y agua. De la misma forma lo ha reiterado la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) quien ha asegurado que «el margen de tiempo para la búsqueda crítica y el rescate se está estrechando… Escasean los refugios, el agua potable y los medicamentos. Los habitantes de las zonas afectadas han pasado la noche a la intemperie porque no hay electricidad ni agua corriente».
Múltiples agencias de la ONU han dado la voz de alarma por la escasez de agua potable, y temen que se propague el cólera. «Las tuberías de agua y las fosas sépticas se han roto», ha declarado la representante adjunta de UNICEF, Julia Rees. La Organización Mundial de la Salud ha aseguraod que los hospitales estaban desbordados y que se estaban agotando los suministros médicos, y que había escasez de agua corriente y combustible. La agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, ha calificado la situación de crisis humanitaria de primer nivel y está movilizando reservas como láminas de plástico, material para dormir y mosquiteras.
En la zona de Mandalay, la segunda ciudad más grande del país, 50 niños y dos profesores murieron al derrumbarse una escuela infantil. Ahora, «habiendo vivido el terror del terremoto, la gente teme las réplicas y duerme a la intemperie en carreteras o campos abiertos», ha declarado el Comité Internacional de Rescate en Mandalay. El seísmo de 7,7 fue el más fuerte que ha sacudido el país en más de un siglo, y derribó pagodas antiguas y edificios modernos por igual.
Las consecuencias de la guerra civil en Myanmar, donde la Junta militar tomó el poder en un golpe de Estado en 2021, se han magnificado estos días, complicando los esfuerzos para llegar hasta los heridos. Tanto el férreo control de la Junta sobre la información como los daños en carreteras, puentes y otras infraestructuras han intensificado los desafíos para los trabajadores humanitarios.
Por su parte, el Gobierno de Unidad Nacional, opuesto a la junta militar que controla partes del país, ha cifrado en 8.562.555 el total de personas que se vieron «directamente afectadas» por el terremoto. El Gobierno alternativo birmano -formado por políticos, activistas y líderes de minorías étnicas prodemocráticos- ha informado de ello en su cuenta de Facebook, añadiendo que más de 2.400 personas perdieron la vida, mientras que «miles resultaron heridas».
Este martes, Birmania ha guardado un minuto de silencio en homenaje a las más de 2.000 víctimas mortales. Las sirenas sonaron a la hora exacta a la que comenzó el seísmo cuatro días antes.
Ascienden a 21 los fallecidos en Bangkok
Las autoridades de la vecina Tailandia han elevado este martes a 21 el total de fallecidos en Bangkok por el impacto del terremoto. Según el último balance oficial, unas 34 personas sufrieron lesiones de distinta gravedad durante el terremoto. En la capital todavía buscan a más de 70 trabajadores que quedaron atrapados bajo un edificio en obras que se desplomó sobre ellos.
Sobre este edificio de 30 pisos que se derrumbó, el total de muertes se mantiene en 13, con la última víctima reportada en la noche del lunes. Las labores de rescate continúan por cuarto día consecutivo, pero con las esperanzas mermadas sobre si será posible encontrar con vida a los desaparecidos bajo los escombros.
La vicegobernadora de Bangkok, Tavida Kamolvej, ha asegurado que se mantiene la esperanza de que las personas que están dentro puedan seguir vivas y ha informado de que los equipos están haciendo todo lo posible, aunque los escáneres «llevan horas sin detectar signos de vida». «Se ha preguntado si hay supervivientes. Por el momento, no podemos asegurarlo. Aunque el escáner detectó algunos cuerpos, no hemos recibido señales que indiquen movimiento, respiración u otros signos vitales», ha señalado Tavida.
El Gobernador de Bangkok, Chadchart Sittipunt, ha anunciado que se ha levantado la declaración de zona de desastre activada en la capital tailandesa por el impacto del terremoto, cuyo epicentro estuvo a unos 1.000 kilómetros de distancia.
Una alianza rebelde de Myanmar declara un alto el fuego unilateral
En medio de la conmoción, La Alianza de los Tres Hermanos de Myanmar ha declarado un alto el fuego unilateral en su conflicto con el Ejército gobernante para apoyar la respuesta humanitaria internacional al terremoto. Estos rebeldes han declarado que no iniciarían operaciones ofensivas durante un mes para permitir las labores de rescate, y que solo entraría en combate en defensa propia.
«Deseamos firmemente que los esfuerzos humanitarios urgentes, que son inmediatamente necesarios para la población afectada por el terremoto, se lleven a cabo con la mayor rapidez y eficacia posibles», han dicho en un comunicado conjunto.
Tomado de RTVE