Si hace cinco años le hubieran dicho a Ñusta Picuasi que se iba a convertir en una de las personas más notorias y populares de Ecuador, hubiera agachado la cabeza, como suele hacer, para echarse a reír discreta, pero sonoramente. No obstante, eso justamente le pasó a esta joven nacida hace 20 años en Ibarra, pero otavaleña de corazón (por su familia).
Entonces había caído la pandemia y el mundo no se podía detener. Así que para seguir estudiando, necesitaba un teléfono celular para sus clases virtuales. Para poder comprarlo, vendió su larga cabellera azabache, muy exaltada en la cultura otavaleña, recordó en uno de los capítulos de Masterchef Celebrity Ecuador 2 (Teleamazonas), donde llegó hasta el Top 9, luego de haberse afianzado como una de las favoritas de la competencia.
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Ese sacrificio fue su punto de partida en una inesperada carrera hacia el estrellato viral. Y sigue en ascenso, extendiéndose hacia otras esferas.
Ñusta Picuasi, del estrellato en las redes sociales a su carrera como cantautora
Con una voz prodigiosa, que resuena como melodías a través de una flauta dulce, Ñusta Picuasi no es la típica influencer. Ella se ganó el corazón y la admiración de sus seguidores con sus covers, interpretados en kichwa, español y hasta en inglés, dentro de un amplio registro vocal, que se compara al de artistas virtuosas como Ariana Grande (una de las que más admira) y Mariah Carey.
Pensar que las redes sociales ni el canto eran sus principales intereses hace un lustro. “Yo no usaba las redes sociales. Cuando llegó la pandemia teníamos que ingresar a clases virtuales y en ese momento solo usaba el teléfono para eso. Y justo yo estaba más enfocada en el piano y no tanto en el canto”, explica Ñusta sobre ese tiempo.
Finalmente en el 2021 se inclinó en presentarse en las pequeñas pantallas con sus versiones de sus canciones favoritas, motivada por uno de sus hermanos, quienes también tienen afinidad musical.
“Empecé haciendo videos para el canal de mi hermano. Después de eso, mi otro hermano me animó a crear mis perfiles y subir mis propios videos, para independizarme y tener mi nombre”, ilustra la menor de diez que creció al son de instrumentos de vientos, guitarras y otros, dice, gracias a su abuela paterna, quien tocaba bandolín y es la raíz de ese gen melódico.
“Aunque eran solo covers, trataba de que mis videos tengan más alcance, pero no lo entendía muy bien al inicio, probé muchas cosas. Después de muchos meses me di cuenta de que mis videos sí le gustan a las personas». A más de 2.5 millones de usuarios, de hecho, sumados entre TikTok (donde tiene más presencia), Instagram, Youtube y Facebook.

Esa exposición se transformó en oportunidades. En el 2023 protagonizó una campaña para la operadora telefónica Claro. Y el año pasado se cumplió uno de sus sueños más grandes como intérprete: sacar una canción original, Mi corazón. “Eso es lo que más me tiene feliz, porque eso siento que para mí, como artista, es el siguiente paso como cantautora”.
Su voz también suena en colaboraciones de otros ecuatorianos: en la renovada versión pop de A mi lindo Ecuador con Daniel Páez, Yilda Banchón y Javier Neira; en Te dije, con Jandino; y Quiero saber, con Banchón y Ren Kai, que a un mes de su estreno cuenta con más de 200.000 plays en Youtube. En esas oportunidades además llegó Masterchef.
Ñusta Picuasi en Masterchef Celebrity Ecuador 2
“Un día me escribió la Flaca Arellano, la productora del programa, por Instagram. Yo pensé que era un mensaje de virus o algo así. Lo veía como algo irreal, lejano”, evoca sobre la invitación para ser parte de la segunda temporada de Masterchef Celebrity Ecuador. Cuando hablaron por teléfono, le emocionó sobre manera la idea.
Al principio a su familia le preocupaba, especialmente a sus papás, el hecho de que tenga que viajar sola a Colombia, su primera vez fuera del país. Estaba insegura. “Al final conversé con otros amigos del medio, conversé con Yilda Banchón y me dijo ‘anda’”.
En el concurso televisado, el público pudo conocer a una Ñusta que no sale necesariamente en sus videos virales. La adolescente introvertida, tal como conocimos en sus primeras entrevistas, fue revelando a una joven adulta sensible que nos adentró en sus relatos personales en cada eliminación, así como nos hizo sus hinchas con sus salsas y emplatados, que a decir de los jueces demostraron esfuerzo y dedicación genuinos.

Hasta su salida de la contienda, se perfilaba como una de las favoritas, aunque, reconoce, nunca se vio a sí misma de ese modo.
“Solo cocinaba lo básico para sobrevivir. Antes de viajar hice un repaso con videos en YouTube, leyendo recetas. Durante el proceso de MasterChef empecé a memorizar, aprender mil cosas de golpe y creo que se hizo un buen trabajo. Las salsas las aprendí en la masterclass (del chef Jorge Rausch). Siento que también soy muy buena aprendiendo y estudiando”.
Ciertamente, otro aspecto inolvidable de su participación fueron sus historias familiares, como la muerte de su hermana, su resistencia a cocinar cuy, porque son consideradas mascotas, entre otras.

“En mi primer reto de eliminación sentía que tal vez me iba a ir. Esas historias salieron de mi corazón. Es que para una persona que está encerrada en su cuarto creando contenido para redes sociales y un día está en MasterChef, es una bendición de Dios. Sentía la oportunidad de contar mi historia para que la gente pueda al menos recordar quién soy yo si me iba”.
Su amistad con Elba González (su extremo opuesto en personalidad), con María Teresa ‘la Flaca’ Guerrero, Christian Norris, Ren Kai, Naíza, Mar Rendón, es lo más grato que se lleva del programa. “Conocí a 22 personalidades del Ecuador de golpe. Al inicio tenía miedo de hablar con todos, porque no sabía qué tal nos llevaríamos. Tenía muchas ideas en mi cabeza. Luego conversé con cada uno, todos me cayeron muy bien. Desde el día uno me sentí como en familia”.
Con Elbita, también influencer, se nota una gran conexión incluso fuera del show, como se observa en sus clips en redes sociales, haciendo todo tipo de gracias posibles. “Trabajé con Elbita todo un ciclo, pasábamos estudiando juntas, llegaba el fin de semana y salíamos a caminar juntas, a comer juntas. Sí es muy chistoso, porque ella es extrovertida, yo introvertida, pero hicimos click”.
A un día de la final de MasterChef Celebrity Ecuador 2 esperaba que gane ‘la Flaca’ Guerrero, a quien le llamaban su ‘mamá’ en la competición. El apodo surgió por una broma del jurado que vinculó a la atleta guayaquileña con Norris, por lo que Ñusta, a modo de broma, sería fruto de esa relación hipotética. Lamentablemente Guerrero se eliminó el jueves 20 de marzo, posicionándose en el quinto lugar de la contienda.
Después del estrellato, nuevos sueños
De regreso en Ilumán, Ñusta se atreve a prepararle a su familia pollo con champiñones, a pesar de que prefieren la cocina tradicional. Es su forma de compartir lo que ha aprendido y mostrarles su gratitud por su apoyo en el concurso de cocina y telerrealidad.
De vuelta en su casa, ella no da por sentada su fama digital. “Cuando voy a un lugar, no pienso si me reconocen o no. Estoy tranquilita, con los pies en la tierra”, sonríe. Sin embargo, el 8 de marzo cantó en vivo en un evento, donde no se negó a las fotos y a los saludos de quienes lamentan su eliminación y aún quieren verla en televisión.
Con el paso del tiempo, cada vez es menos abrumadora, nota, la atención que recibe y siempre con el apoyo emocional de sus padres. “Sí siento felicidad porque el trabajo que he hecho ha llegado a tanta gente. Es bonito que la gente te diga que te admira o que te inspira”.
Actualmente crear contenido se ha vuelto su profesión, poniendo en pausa al momento sus estudios superiores. “Estoy centrándome en mis proyectos musicales como cantautora”. Por eso, tampoco quiere tomar a la ligera ni al apuro la elección de una carrera universitaria.
La artista tiene un nuevo sueño: viajar y conocer otros países. Colombia fue el abrebocas, con Bogotá (donde se graba el conocido reality show de cocina) y Medellín. Ahora México está en su mira. “Una meta que me gustaría cumplir es viajar a otros países y buscar otras opciones para estudiar una carrera”.
En ese sentido, agrega, le llama la atención estudiar en el exterior, siempre y cuando pueda acceder a una línea de estudios que pueda aportar a su ocupación actual.
“Después del colegio, creo que las decisiones que tomamos son muy inciertas. Si me hubiera apresurado a estudiar lo que quería antes, que era el piano, no hubiera seguido con el canto”. De ser así, quizás no hubiera disfrutado todo lo que ha cosechado hasta ahora, incluyendo posar en la portada de La Revista este domingo. Su presente fuera diferente. O no. No hay cómo saberlo.
“Todo eso me ha hecho repensar lo que quiero con mi vida y con mis estudios”. Atención, mundo: Ñusta Picuasi está lista para nuevas experiencias. Tal vez lo sabremos dentro de los próximos cinco años (o en menos). (E)
Fuente: El Universo