El entrenador de la Selección de Paraguay compartió un peculiar episodio que vivió en el mercado y comparó la clasificación a la Copa del Mundo con una ruta con tráfico.
La emotiva charla de Gustavo Alfaro con Claudio, un repositor de un supermercado que entre lágrimas le contó lo que le ayuda emocionalmente la Albirroja a superar las complejidades de la vida diaria.
«En un supermercado, un muchacho me contó que le cuesta mucho llegar a fin de mes y que el único momento de felicidad de él, le da la selección».
«El poder que tenemos es muy grande, muy lindo y muy fuerte. El que tiene poder es el cargo, no el entrenador».
“Para mí, la presión es un privilegio, a mí, tírenme presión. Para mí es un privilegio tener la presión de llevar la ilusión de un país. Es muy fuerte tener el peso de la expectativa y la ilusión de un país”.
