El camino del Barça hacia semifinales de la Champions pasa por el Signal Iduna Park de Dortmund, un infierno que en plena Semana Santa dictará sentencia. El Borussia ganó este miércoles en Lille y se citó con los azulgrana en cuartos de final, a los que ya se enfrentó este mismo curso en la sexta jonada de la liguilla, con triunfo azulgrana en la cuenca del Ruhr por 2-3.
Esperaba rival el equipo de Flick tras su exhibición ante el Benfica, con unl Lille que partía con la ventaja de dirimir la eliminatoria en casa, en el Pierre Mauroy, mientras que el Dortmund jugaba con su amplia experiencia en la competición a pesar del 1-1 cosechado en Alemania. Al final, se impuso la historia y la veteranía de los amarillos, que dejaron a la cuneta al sorprendente equipo de Genesio, capaz de alcanzar los octavos sin pasar por el playoff.
Soñó el Lille durante un buen rato, al encontrarse con el 1-0 en una jugada que dejó en mal lugar a la defensa del Dortmund. Una contra que acabó con el remate de David, que se coló mansamente por debajo de las piernas de Kobel. Un gol indigno de la Champions.
El Dortmund quedó un tanto aturdido y aunque generó un par de ocasiones antes del descanso, una triple de aquellas de película, fue incapaz de igualar las fuerzas, afrontando la segunda parte contra las cuerdas.
El cauce de la eliminatoria cambió radicalmente al inicio del segundo tiempo, cuando un leve contacto de Meunier con Guirassy fue decretado como penalti. Con toda la tranquilidad del mundo, Emre Can encontró la red con un disparo muy centrado.
A partir del empate, el duelo se convirtió en un monólogo amarilla, con continuas llegadas ante un Lille desarbolado, con muchas deficiencias defensivas. Tras varios intentos, Beier firmó el 1-2 definitivo con una gran maniobra y un posterior disparo imparable. El Dortmund, vigente subcampeón de la Champions, se iba a mantener con vida. El Barça ya le espera.