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¿Cómo deciden su voto los ecuatorianos? Analistas políticos describen su comportamiento a la hora de escoger autoridades en las urnas

En la víspera de todas las elecciones, Viviana le escribe por WhatsApp a su hermana mayor para preguntarle lo mismo: “Y, entonces, ¿por quién hay que votar?”. Ella no ve noticiarios y lo poco que sabe sobre los procesos electorales lo ha visto en las redes sociales, especialmente en TikTok. Mucho menos lee los planes de trabajo de los candidatos porque dice que le da pereza. Así que más fácil le resulta consultarle a terceros.

La hermana le responde siempre que vote “por quien su conciencia le dicte”, aunque termina explicándole por qué tal o cual aspirante, a su juicio, es el mejor o el peor. Finalmente, Viviana termina votando por aquel que sus amigos le dicen que puede ganar.

Una gran parte del electorado del Ecuador actúa igual que Viviana, señalan tres analistas políticos consultados por EL UNIVERSO para esbozar un perfil del votante que este domingo, 9 de febrero del 2025, volverá a las urnas para escoger un binomio presidencial, 151 legisladores y cinco parlamentarios andinos.

Para estos comicios están empadronados 13′737.030 electores; de ellos, 6′995.223, o el 51 %, son mujeres y 6′741.091, el 49 %, son hombres.

El consultor político Alejandro Zavala describe cuatro características en la forma de votar de la mayoría de los electores ecuatorianos.

Primero, “es un voto sentimental, poco razonado”. Un ejemplo fue el tercer lugar que sacó Christian Zurita, quien reemplazó en la papeleta presidencial a Fernando Villavicencio, candidato presidencial del movimiento Construye asesinado diez días antes de las elecciones anticipadas del 2023. “La gente votó con el corazón”.

Segundo, tampoco hay un voto ideológico. “En las elecciones del 2021 vimos a ecologistas, a feministas, que por Guillermo Lasso y no por los aspirantes que representaban a la izquierda”, recuerda

Tercero, “es un voto desinformado”. “A la gente le importan un pepino los planes de gobierno, nadie los lee, porque la política se ha manchado tanto que hay una desconexión, una decepción total… Y encima hay 16 binomios presidenciales. Se dejan llevar por lo que vieron en las redes, por ahí algo que oyeron del debate”.

Y, finalmente, “es un voto que se decide hacia el final del proceso”. “Sí hay sectores políticos con voto duro cuyos seguidores siempre votarán por ellos, pero la gran mayoría no, algunos toman la decisión un día antes e incluso en la fila, y por eso a veces hay sorpresas electorales”.

Desde su experiencia como encuestador, Francis Romero, director de la empresa Click Research, comenta que entre el 25 % y el 30 % de los electores llegan al día de los comicios “esperando ver qué pasa para decidir por quién votar”, y lo hacen “ya frente a la papeleta”, inducidos por muchos factores, “lo que pasó en los últimos días, lo que escucharon en la fila, lo que les dijeron sus familiares o sus amigos”.

Coincide con Zavala en que los ecuatorianos siguen votando “con el corazón”; aunque él ha visto que hay un grupo importante que ya está analizando su voto.

Así, explica que en la consulta popular del 2024, un 40 % del electorado votó en unas preguntas que sí y en otras que no. “Fue la primera vez en el Ecuador que los votantes no se fueron del todo por el sí o en todo por el no, sino que analizaron cada tema. Eso es una buena noticia. Esperemos que en este proceso electoral lo vuelva a hacer”, indica.

Romero señala que la falta de educación política es lo que hace que buena parte del ecuatoriano usualmente vote sin reflexionar. “Eso nos ha llevado a tener una débil democracia”, lamenta.

El exvocal de Consejo Nacional Electoral (CNE) Fausto Camachosostiene que los votantes ecuatorianos son “imagen y semejanza” de las organizaciones políticas.

“Tenemos un sistema de partidos en el que la gente no confía y califica a los políticos como corruptos y oportunistas. No hay democracia interna, no hay libertad de acción, se activan solo en elecciones, hay partidos con un solo dueño o partidos de alquiler… Si este es el sistema que tenemos, que no representa propuestas, que no representa tendencias, que no genera adhesiones ideológicas o políticas porque no se sintoniza con las necesidades de los ecuatorianos, obviamente el elector está huérfano. ¿Cómo se escogen los candidatos? A dedo, porque tienen dinero, porque caen bien, porque son presentadores de televisión o influencers del TikTok, deportistas.. Por ello, la mayoría de electores no puede tener una definición previa, no tiene referentes del ejercicio de la política en términos positivos, y le toca escoger lo menos malo o lo más aceptable, y muchas veces ni conoce quiénes son y no les interesa saberlo”, reflexiona Camacho.

Camacho dice que los electores no cambiarán solos sino cuando lo hagan también los partidos. Si esto no ocurre, opina, la calidad de la democracia seguirá desmejorando. (I)

En la víspera de todas las elecciones, Viviana le escribe por WhatsApp a su hermana mayor para preguntarle lo mismo: “Y, entonces, ¿por quién hay que votar?”. Ella no ve noticiarios y lo poco que sabe sobre los procesos electorales lo ha visto en las redes sociales, especialmente en TikTok. Mucho menos lee los planes de trabajo de los candidatos porque dice que le da pereza. Así que más fácil le resulta consultarle a terceros.

La hermana le responde siempre que vote “por quien su conciencia le dicte”, aunque termina explicándole por qué tal o cual aspirante, a su juicio, es el mejor o el peor. Finalmente, Viviana termina votando por aquel que sus amigos le dicen que puede ganar.

Una gran parte del electorado del Ecuador actúa igual que Viviana, señalan tres analistas políticos consultados por EL UNIVERSO para esbozar un perfil del votante que este domingo, 9 de febrero del 2025, volverá a las urnas para escoger un binomio presidencial, 151 legisladores y cinco parlamentarios andinos.

Para estos comicios están empadronados 13′737.030 electores; de ellos, 6′995.223, o el 51 %, son mujeres y 6′741.091, el 49 %, son hombres.

El consultor político Alejandro Zavala describe cuatro características en la forma de votar de la mayoría de los electores ecuatorianos.

Primero, “es un voto sentimental, poco razonado”. Un ejemplo fue el tercer lugar que sacó Christian Zurita, quien reemplazó en la papeleta presidencial a Fernando Villavicencio, candidato presidencial del movimiento Construye asesinado diez días antes de las elecciones anticipadas del 2023. “La gente votó con el corazón”.

Segundo, tampoco hay un voto ideológico. “En las elecciones del 2021 vimos a ecologistas, a feministas, que por Guillermo Lasso y no por los aspirantes que representaban a la izquierda”, recuerda

Tercero, “es un voto desinformado”. “A la gente le importan un pepino los planes de gobierno, nadie los lee, porque la política se ha manchado tanto que hay una desconexión, una decepción total… Y encima hay 16 binomios presidenciales. Se dejan llevar por lo que vieron en las redes, por ahí algo que oyeron del debate”.

Y, finalmente, “es un voto que se decide hacia el final del proceso”. “Sí hay sectores políticos con voto duro cuyos seguidores siempre votarán por ellos, pero la gran mayoría no, algunos toman la decisión un día antes e incluso en la fila, y por eso a veces hay sorpresas electorales”.

Desde su experiencia como encuestador, Francis Romero, director de la empresa Click Research, comenta que entre el 25 % y el 30 % de los electores llegan al día de los comicios “esperando ver qué pasa para decidir por quién votar”, y lo hacen “ya frente a la papeleta”, inducidos por muchos factores, “lo que pasó en los últimos días, lo que escucharon en la fila, lo que les dijeron sus familiares o sus amigos”.

Coincide con Zavala en que los ecuatorianos siguen votando “con el corazón”; aunque él ha visto que hay un grupo importante que ya está analizando su voto.

Así, explica que en la consulta popular del 2024, un 40 % del electorado votó en unas preguntas que sí y en otras que no. “Fue la primera vez en el Ecuador que los votantes no se fueron del todo por el sí o en todo por el no, sino que analizaron cada tema. Eso es una buena noticia. Esperemos que en este proceso electoral lo vuelva a hacer”, indica.

Romero señala que la falta de educación política es lo que hace que buena parte del ecuatoriano usualmente vote sin reflexionar. “Eso nos ha llevado a tener una débil democracia”, lamenta.

El exvocal de Consejo Nacional Electoral (CNE) Fausto Camachosostiene que los votantes ecuatorianos son “imagen y semejanza” de las organizaciones políticas.

“Tenemos un sistema de partidos en el que la gente no confía y califica a los políticos como corruptos y oportunistas. No hay democracia interna, no hay libertad de acción, se activan solo en elecciones, hay partidos con un solo dueño o partidos de alquiler… Si este es el sistema que tenemos, que no representa propuestas, que no representa tendencias, que no genera adhesiones ideológicas o políticas porque no se sintoniza con las necesidades de los ecuatorianos, obviamente el elector está huérfano. ¿Cómo se escogen los candidatos? A dedo, porque tienen dinero, porque caen bien, porque son presentadores de televisión o influencers del TikTok, deportistas.. Por ello, la mayoría de electores no puede tener una definición previa, no tiene referentes del ejercicio de la política en términos positivos, y le toca escoger lo menos malo o lo más aceptable, y muchas veces ni conoce quiénes son y no les interesa saberlo”, reflexiona Camacho.

Camacho dice que los electores no cambiarán solos sino cuando lo hagan también los partidos. Si esto no ocurre, opina, la calidad de la democracia seguirá desmejorando. (I)

Fuente: El Universo

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