Las cifras son preocupantes. En solo 10 años, entre 2014 y 2024, un total de 28.082 estudiantes fueron víctimas de violencia sexual en Ecuador, según el ‘Plan Nacional para la Erradicación de la Violencia en el Contexto Educativo’, elaborado por el Ministerio de Educación.
A lo largo de sus 98 páginas, el documento revela que la mayoría de las víctimas (90%) fueron niñas. Aunque este porcentaje es aún más preocupante cuando se detalla que la mitad apenas tenía entre ocho y 14 años edad.
Otro de los datos llamativos tiene que ver con los victimarios. El Plan muestra que el 74% no es parte del sistema educativo, es decir, se trata de personas del entorno más cercano de los estudiantes. Mientras que el 26% está vinculado directamente a los planteles educativos. «Los principales agresores son profesores y estudiantes, y en un menor porcentaje, el personal administrativo», agrega.
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Si bien la autoridad educativa señala que el abuso sexual es uno de los tipos de violencia más grave, reconoce que en las escuelas y colegios también existen otros tipos de violencia, como la física, la psicológica y el acoso. Entre 2022 y 2024, la primera sumó 5.941 casos; la segunda, 4.567; y el abuso registró 1.195 víctimas.
Imagen referencial. Una niña con un muleco de peluche.Freepik
El Ministerio de Educación asegura que el 93% de las víctimas recibió acompañamiento para mitigar el las secuelas que deja un abuso.
Lorena es madre de una niña de 12 años que sufrió abuso sexual en su escuela de Quito. Recuerda que los victimarios fueron sus compañeros de clase, con quienes compartía el recorrido escolar. «¿Cómo es posible que haya niños que hagan estas cosas terribles a sus propios amigos», se pregunta con indignación.
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Esta madre de familia se queja del «poco acompañamiento que hizo el plantel y la escuela. Al inicio nos ayudaron, pero luego se olvidaron. Tuve que cambiarla de plantel», comenta.
El Ministerio de Educación insiste en que cuenta con un protocolo para atender estos casos y brindar ayuda a las víctimas y a sus familias.
Graves consecuencias
Bajo rendimiento académico, depresión, ansiedad, trauma, autolesiones y hasta suicidio son algunas de las graves consecuencias que sufren los estudiantes víctimas de violencia sexual.
El ‘Plan Nacional para la Erradicación de la Violencia en el Contexto Educativo’ dice que «la violencia crea un ambiente educativo disfuncional y desalentador, lo que afecta la participación y motivación de los estudiantes, perpetuando desigualdades educativas y limitando sus oportunidades futuras».
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También reconoce que en el país existen «nudos críticos referentes a la prevención de las violencias, que radican en la falta de personal especializado, recursos económicos, priorización de planes y proyectos, y desinformación de las estrategias y metodologías existentes».
Eso no es todo. Según el Plan, el desconocimiento de leyes por parte de las autoridades educativas limitan su actuación ante la aparición de un caso de violencia, aumentado la posibilidad de que existan más víctimas.
Cinco ejes del Plan
El ‘Plan Nacional para la Erradicación de la Violencia en el Contexto Educativo’ establece cinco ejes para prevenir más casos de violencia sexual en las escuelas y colegios de Ecuador:
Prevención
Detección
Abordaje y reparación
Coordinación entre instituciones
Investigación
El objetivo del documento es que, para 2023, el 95% de escuelas y colegios implemente por lo menos una metodología de prevención de los diferentes tipos de violencia. También apunta a que el 70% de las familias y profesores reciban formación para identificar signos de violencia en el sistema educativo.
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