Los libros escritos sin IA ahora pueden certificarse como “obras de autor humano”

La Asociación de Autores, una de las más grandes de su tipo en EE.UU., lanza un nuevo proyecto para certificar los libros escritos por humanos y no, por máquinas. El nuevo certificado “obra de autor humano”, ayudará a los autores a destacar su obra y dar a conocer a los lectores que lo que están leyendo – y comprando con su dinero – es obra producida con auténtico esfuerzo y creatividad. ¿Quién querría desperdiciar su limitado tiempo leyendo un libro en el que el autor no invirtió nada de sí mismo?

El nuevo certificado solo está disponible para los que sean miembros de la Asociación de Autores,pero desde la institución afirman que en el futuro ampliarán la certificación a los que no sean miembros. Cualquiera podrá visitar una base de datos públicos para ver libros que han recibido el certificado de obra humana. Para obtener el certificado los libros tienen que haber sido escritos enteramente por un humano, con la pequeña excepción del uso de correctores de gramática de IA como Grammarly.

Es algo bueno en el sentido de que los lectores tienen que saber que no van a leer algo mediocre generado por algo sin alma. Al mismo tiempo el nuevo certificado supone que el contenido generado por IA será el de rigor en el futuro. Es algo que se siente oscuro y deprimente. Es triste que haya gente que crea que la IA puede ser tan buena – o menor – que los humanos al crear obras de arte. La IA generativa no puede relacionarse con las personas o producir ideas originales. Va tomando información que ya está en la web, y repite como loro lo que aprendió de otros. Algo parecido al loro que repite palabras que oyó pero que no sientes que tenga alma, igual que lo que sientes al hablar con un chatbot. Uno no puede relacionarse con un bot que no tiene experiencias vividas para compartir.

Sin embargo, ya sea por motivos económicos o simplemente, flojera ya hemos visto que los libros generados por IA inundan Amazon, y hace poco un popular autor de novelas románticas se delató a sí mismo al usar IA cuando sin querer dejó texto del chatbot en un libro que publicó. La IA llegó a los libros, nos guste o no.

Los libros con IA debieran ser los que tuviesen que identificarse a sí mismos pero es probablemente mucho más fácil lograr que los autores humanos opten por etiquetar sus libros en lugar de tratar que cada editorial se convenza de identificar cuáles son los libros generados por IA en sus colecciones.

En todas partes, la IA

Quien haya usado X o LinkedIn en tiempos recientes seguramente vio la cantidad de contenido genérico que inundó esas plataformas. Es contenido con estilo y estructura similar, que señala que lo generó alguno de los modelos de IA más populares, y que no aporta nada nuevo a la conversación. Los comentarios como “El surgimiento de la IA generativa hace surgir preguntas serias sobre el futuro del trabajo, que hay que considerar”, son vacíos y no aportan nada nuevo.

En un momento en que hay gran ansiedad ante la posibilidad de que los CEOs usen la IA para reemplazar a los trabajadores por poco dinero (aunque no sea tan bueno el trabajo), en particular en trabajos de oficinas, se cree que la creatividad humana innata se volverá más importante que nunca. Los que defienden la IA dicen que puede ayudar a mejorar la eficiencia de las personas, pero en última instancia tiene que haber un humano interviniendo para otorgarle al trabajo el alma que solo un humano puede aportar. Como sucede con las artesanías confeccionadas a mano, la gente estará dispuesta a pagar más por obras creativas hechas a mano. O al menos, eso es lo que parece.

Derechos de autor

La Oficina de Derechos de Autor de EE.UU. emitió este mes lineamientos en cuanto a que las obras creadas únicamente con el uso de IA generativa no pueden tener derechos de autor porque el autor no tiene mucho control sobre el resultado del trabajo de los modelos de IA más conocidos. “No importa cuántas veces se revise y repita una consigna, el resultado final refleja la aceptación de la interpretación del sistema de IA y no la autoría de la expresión que contiene”, dice un informe de la oficina. Las obras creadas por humanos con elementos de IA pueden llevar derechos de autor, como una tira cómica que usa IA para generar algunos elementos, pero todo aspecto de la obra creada mediante la utilización de la IA no quedará protegida bajo los nuevos lineamientos. El derecho de autor es para proteger las obras originales de una persona, recompensándola por el esfuerzo de haberla creado. Si un bot es el que hace todo el trabajo, entonces el humano no hizo nada.

“La iniciativa del certificado de obra humana no tiene que ver con rechazar la tecnología sino con crear transparencia, reconociendo el deseo de conexión humana del lector, y celebrando los elementos singularmente humanos de la narración”, dijo en declaraciones a The Verge Mary Rasenberger, CEO de la Asociación de Autores.

Fuente: Gizmodo

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