La Conferencia Episcopal Ecuatoriana rechazó este jueves 16 de enero la sentencia de la Corte Constitucional en el caso de discriminación de una escuela de Salinas. La razón: para la Iglesia Católica, la Corte impone la ideología de género en el sistema educativo al promover una transición de género en niños de 5 años.
En un comunicado difundido en sus redes sociales, la Conferencia Episcopal expresó que la sentencia constituye «un nuevo y muy peligroso atropello a la integridad de los menores de edad».
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El organismo católico acusó a la mayoría «mal llamada progresita» de la Corte Constitucional de impulsar una agenda que busca imponer «una cultura de muerte y deshumanización a toda costa».
La Conferencia Episcopal anunció que ejercerá el derecho a la resistencia y que las unidades educativas católicas seguirán promoviendo una educación «libre de ideologías».
En su mensaje, los obispos exhortaron a las familias y a la sociedad ecuatoriana a defender los valores fundamentales y los derechos de la niñez: “Defendamos juntos a la niñez de nuestro país y que no dejemos que nuestros valores y principios sean vapuleados desde un escritorio”.
También instaron al Gobierno Nacional a garantizar el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus valores y creencias, en cumplimiento con la Constitución.
La sentencia del caso de la escuela de Salinas
La Corte Constitucional aceptó una acción extraordinaria de protección por un caso de discriminación por género en una escuela privada de Salinas. La sentencia fue emitida el 28 de noviembre de 2024.
Una familia española (que ya no reside en Ecuador) había denunciado en 2017 que una unidad educativa de Salinas discriminó a su hija de 5 años a la que han identificado como transgénero.
En el texto de 116 páginas, la Corte reconoce que la «unidad educativa vulneró los derechos» de la menor «a la igualdad y no discriminación, al libre desarrollo de la personalidad, a la educación en el componente de adaptabilidad, al interés superior del niño y el derecho a ser escuchada».
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Según el testimonio del padre, recogido en la sentencia, en la escuela «no utilizaban el nombre sentido, ni en la mesa, ni en el casillero, ni en el aula; la obligaban a ponerse en la línea con los niños en vez de con las niñas, muchas veces nos contaba mi hija que los demás niños incluso llegaban a burlarse de ella y a llamarla loca. No le dejaban utilizar el baño de las niñas».
Además, la Corte dispone que el Ministerio de Educación, en el término máximo de 180 días desde la notificación de la sentencia, «diseñe un protocolo de acompañamiento a niñas, niños y adolescentes, de conformidad con la guía de orientaciones técnicas para prevenir y combatir la discriminación por diversidad sexual e identidad de género en el sistema educativo nacional».
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