Desde el 9 de enero de 2025, en el Palacio de Carondelet, la economista anconense Cynthia Gellibert se convirtió en la segunda mujer de la historia en hacerse cargo de la Presidencia de la República del Ecuador. La primera fue la abogada cuencana Rosalía Arteaga, en 1997.
Al igual que en el caso de Arteaga, Gellibert asumió este encargo en medio de disputas y debates sobre la legalidad de esta acción, enmarcada dentro un lapso muy puntual que el presidente Daniel Noboa se toma para realizar su campaña electoral.
Los reparos también ocurren en el contexto de que existe una vicepresidenta elegida en binomio con Daniel Noboa, la cuencana Verónica Abad, quien aspiraba a recibir el encargo. Sin embargo, el Gobierno Nacional considera que Abad se ausentó de sus funciones como segunda mandataria al negarse a viajar a Turquía, como lo dictaminó un decreto del mismo Noboa.
El presidente Daniel Noboa, mediante el Decreto Ejecutivo No. 494, nombró a Cynthia Gellibert como vicepresidenta de la República por la ausencia de Abad en sus funciones, en Turquía. La vicepresidenta, desde Ecuador, declaró estar preparada para «reemplazar al presidente» y denunció que el mecanismo de encargo de la Presidencia usado por Daniel Noboa constituye una «ruptura del orden constitucional».
La negativa de Abad de viajar a Turquía, unida al pronunciamiento de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional de que obedecen los decretos de Noboa, allanaron el camino para que Gellibert protagonice este singular capítulo de la historia de Ecuador.
Está previsto que Gellibert administre este encargo de la Presidencia desde las 17:00 del jueves 9 de enero hasta las 16:59 del domingo 12 de enero de 2025. Son tres días que guardan similitud con el encargo que recibió Arteaga hace 28 años, quien también fue presidenta por un puñado de días.
Como siempre ocurre, las carambolas de la política también ayudaron a que Gellibert se siente en Carondelet, pues su nombre no estaba previsto hasta el 4 de enero, pues Sariha Moya era la inicialmente desigada como vicepresidenta encargada. Pero Moya se apartó, según dijo, por razones de salud.
Además, tampoco se descarta que Gellibert asuma en más ocasiones el encargo de la Presidencia, porque dependerá de los días que Noboa desee tomarse para la campaña.
Mujeres que desempeñaron la Vicepresidencia, pero que no recibieron el encargo del poder, fueron:
María Alejandra Muñoz Seminario: Julio 22, 2020 – Mayo 24, 2021
María Alejandra Vicuña Muñoz: Octubre 4, 2017 – Diciembre 4, 2018
Los días de Rosalía Arteaga en el poder
No obstante, también hay diferencias entre lo que sucedió con Arteaga, que no recibió el encargo del presidente Abdalá Bucaram, destituido el 6 de febrero de 1997 por el Congreso Nacional, sino de parte de los actores de la crisis política de ese año.
Arteaga, proclamando ser la sucesora legal de Bucaram, firmó esa misma noche un decreto en que se declaró Presidenta, aunque el Congreso paralelamente designó a Fabián Alarcón como Presidente interino, al alegar un vacío legal en la sucesión. Como Bucaram seguía considerándose Primer Mandatario, se produjo la famosa «noche de los tres presidentes».
Las negociaciones políticas determinaron, no solo el exilio de Bucaram, sino que Arteaga estaría encargada del poder solamente hasta el 11 de febrero, fecha en que Alarcón se convirtió en Presidente Constitucional interino.
Arteaga, en su breve lapso en el poder, nombró a varios secretarios de Estado (Gil Barragán fue su ministro de Gobierno), llamó a Consulta Popular y propuso una Constituyente. Intentó cabildear para prolongar su mandato y organizaciones como el Frente Unitario de Trabajadores la respaldaron.
Sin embargo, ante la realidad de que las Fuerzas Armadas plegaron a las decisiones del Congreso, Arteaga renunció tras leer un manifiesto frente a la sede del Parlamento.
Hoy todavía los historiadores discuten las implicaciones jurídicas de lo ocurrido en 1997, porque no existía la figura de «presidente interino», y aún se debate si fue correcto y legal que Arteaga fuese apartada de la sucesión. Como reivindicación, el retrato de Arteaga con la banda presidencial al menos consta en el Salón de los Presidentes, como testimonio de su brevísimo paso por el poder.
Fuente: Primicias