Los cortes de luz y la inseguridad han golpeado la economía de los ecuatorianos en este 2024, año que cerrará con un decrecimiento económico de hasta 0,4% según prevén organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En este escenario, los negocios más pequeños, sobre todo aquellos que tomaron préstamos, han estado entre los más afectados.
Con una economía en recesión, los emprendedores que pidieron créditos han sorteado más dificultades para pagar las cuotas de las deudas que adquirieron este 2024, cuando tenían esperanzas de que la situación del país mejorara.
Pero eso no ha ocurrido y, como resultado, hoy bancos y cooperativas reportan tasas de morosidad más altas en los créditos otorgados a emprendedores y negocios pequeños.
Los pequeños negocios pueden pedir créditos desde USD 100
Por ejemplo, la tasa de morosidad de los microcréditos pasó de 2,8% en noviembre de 2023 a 7,28% en noviembre de 2024 en el sector de la banca. Y en el sector de las cooperativas pasó de 10,1% a 11,7%.
El microcrédito es un préstamo dirigido a personas naturales o jurídicas con pequeños y medianos negocios con ventas anuales de máximo USD 100.000 al año.
«Me toca priorizar los gastos, por eso me atraso en los pagos»
Aaron Cueva es un emprendedor que ha tenido dificultades para pagar sus deudas. Él relata que hace dos años abrió un gimnasio de crossfit en Quito, con un crédito de USD 10.000.
Para agosto de 2024, este emprendedor decidió ampliar el negocio, para lo que tomó otro crédito de USD 9.000, compró nuevos equipos y arrendó un nuevo local más grande.
Pero todo cambió al mes siguiente, cuando comenzaron los cortes de luz en Ecuador. Por esa situación, Cueva explica que ha tenido menos clientes, ya que los deportistas redujeron su asistencia por la falta de luz, así que sus ingresos cayeron.
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El emprendedor además ha percibido que hay más competencia que cuando comenzó con el gimnasio, «mucha gente que se ha quedado tal vez sin trabajo también busca emprender», agrega.
Así, en este segundo semestre de 2024, dice el emprendedor, ha vivido momentos en que gasta más de lo que gana y se ha atrasado en el pago de sus deudas.
«He salido a pérdida en algunos momentos, y para mí la prioridad es pagar el arriendo del local y el sueldo de la persona de limpieza, entonces sí me he atrasado en el préstamo, porque no me ha alcanzado…Me comienza a llamar el banco, pero me ha tocado priorizar», relata Cueva.
En 2025, Cueva espera que el negocio mejore. Otra vez está pensando en mudarse de local, a una zona en la que haya más concurrencia de gente.
Cueva dice que pese a las dificultades, necesita seguir con el negocio porque todavía le quedan tres años por pagar las cuotas de su segundo crédito.
Pero además de los cortes de luz, los emprendimientos también han tenido problemas para pagar sus deudas por la ola de inseguridad que vive Ecuador.
Es el caso de José (nombre protegido), quien dejó un trabajo bajo relación de dependencia en una oficina, para emprender un local de bicicletas en el norte de Quito, para lo cual usó sus ahorros y además tuvo que pedir un crédito.
Pero solo seis meses después, en junio de 2024, ladrones se llevaron las bicicletas de su local, valoradas por un total de USD 30.000, por lo que el emprendedor tuvo que pedir otro préstamo para reponer la mercadería e intentar sacar adelante el negocio.
Hoy, José tiene dos préstamos que pagar, que suman una deuda total de USD 100.000. Este es su testimonio.
Emprendí y a los seis meses vaciaron mi local
Yo soy ciclista. Decidí comenzar con este negocio por la pasión que tengo por el ciclismo, por la emoción y el deseo de traer a Ecuador una buena marca.
Para comenzar tuve que hacer un crédito fuerte para hacer la importación de las bicicletas.
Fue un crédito a título personal o más bien, familiar, lo hicimos con una cooperativa, me pidieron un garante e incluso fue con hipoteca, con un plazo de cinco años.
Al principio del año nos estaba yendo bien, se vendían las bicicletas y otros implementos, aunque sí teníamos el desafío de competir con grandes empresas que bajaban mucho los precios, y también con la bicicletas de marcas chinas.
Pero en junio de 2024 entraron a robar en el local, tenía apenas seis meses con el negocio, desde ahí la situación empeoró mucho.
Fue muy difícil afrontarlo, pero pensé: ‘toca seguir, nos metimos a esto y ahora nos toca meterle todas las ganas hasta que ya no quede nada más’.
Toca seguir, nos metimos a esto y ahora nos toca meterle todas las ganas.
Por eso decidí pedir el segundo crédito, esta vez en un banco, a dos años de plazo, lo tuve que hacer para reponer la mercadería después del robo.
Ahora la deuda que tengo por los dos créditos es de unos USD 100.000.
En la noche del robo perdí unos USD 30.000 solo por las bicicletas que se llevaron, porque eran de alta gama, además de otra mercadería valorada en casi USD 1.000. No tenía contratado seguro.
Los ladrones cortaron la luz y las baterías de la alarma, además, se habían dañado por los apagones de abril. Entonces se demoraron unos tres minutos en abrir el local, y de inmediato subieron las bicicletas a una camioneta.
Yo vivo arriba del local con mi esposa e hijo, además de mi perro. Fue el perro el que ladró y supimos que estaban robando, pero no pude hacer nada.
Fue el perro el que ladró y supimos que estaban robando.
Cuando me asomé por la ventana, uno de los ladrones me apuntó con un arma y solo pude entrar rápido para proteger a mi familia. La Policía llegó 45 minutos después, y aunque puse la denuncia no ha avanzado en nada la investigación. Ya di todo por perdido.
Aunque puse la denuncia no ha avanzado en nada la investigación. Ya di todo por perdido.
Como ha sido todo más difícil desde entonces, mi papá me ha estado ayudando a pagar el primer crédito, además, ya gasté todos mis ahorros. Incluso he tenido que hacer nuevamente trabajos en diseño gráfico, que es mi profesión, para tener más ingresos.
De todas maneras me he atrasado un poco en pagar los créditos. Pero apenas se vende algo voy abonando la deuda.
Apenas se vende algo voy abonando la deuda.
También decidí asociarme con un amigo para que abra una pequeña cafetería aquí en el local de las bicicletas, para con eso pagar el arriendo, pero se abrirá en 2025.
Por ahora voy a esperar, a ver si la situación mejora quizás hasta febrero 2025, sino he pensado en ya venderlo todo. Veamos qué pasa
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