El senador estadounidense Rick Scott envió esta semana una petición a las agencias federales para que investiguen los ajos procedentes de China que, en su opinión, pueden estar producidos de forma indebida.
La oficina de prensa del congresista republicano compartió un comunicado titulado ‘El ajo cultivado en la China comunista supone una grave amenaza para la seguridad y la inocuidad de los alimentos’. El documento cita informes que afirman que «el ajo se cultiva en aguas residuales humanas, luego se blanquea y se cosecha en condiciones abominables, a menudo con mano de obra esclava e infantil».
No es la primera vez que Scott ataca a este producto. En diciembre del año pasado, pidió a las tiendas de comestibles de EE.UU. que dejaran de vender «ajo chino de alcantarilla».
«Acusación absurda» para justificar el proteccionismo
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China rechazó las afirmaciones del senador republicano. «Me imagino que si vieron en la Red la respuesta de los usuarios chinos a la declaración de este político estadounidense, cómo se rieron de esta absurda acusación. No creo que al ajo se le pasara por la cabeza que pudiera suponer una ‘gran amenaza’ para EE.UU.», afirmó este viernes en rueda de prensa la portavoz de la Cancillería, Mao Ning.
«De los drones a las grúas, de los frigoríficos al ajo, cada vez más productos fabricados en China han sido acusados por EE.UU. de ‘plantear riesgos para la seguridad nacional’. Pero ¿ha mostrado EE.UU. alguna prueba o razonamiento fiable que respalde esas acusaciones? Aparentemente, son solo una forma de justificar el proteccionismo estadounidense y el abuso de poder estatal para contener el desarrollo de China y presionar para que se desacoplen y rompan las cadenas de suministro», añadió.
Asimismo, la vocera china instó a los políticos estadounidenses «a adquirir algo de racionalidad y conocimiento común para evitar exponerse al ridículo público«. RT
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