El argentino Giovani Lo Celso fue el autor este sábado del 1-1 para un Betis que terminó empatando 2-2 ante el líder Barcelona. Gio realizó una muy buena definición de penal que hizo inútil la estirada del arquero culé, Iñaki Peña, en el choque que se disputó en el Estadio Benito Villamarín por la fecha 17 de LaLiga 2024/25.
Al Barcelona se le escapó una victoria de prestigio cuando ya se relamía en tiempo añadido en Sevilla. Un centro de Ruibal y un remate estupendo de Diao le dio el empate 2-2 a un Real Betis desesperado por evitar la derrota que sospechaba y a la que incluso se había rendido la hinchada local. No fue un buen partido del líder, pero fue una tarde de aquellas en que la mala suerte le pasó factura.
Agobiado, otra vez, Jules Koundé, el Barcelona de Flick comenzó temblando y acabó enfadado con el mundo. Raphinha bajo la portería evitó el 1-0 al minuto de partido e Iñaki Peña, apenas 90 segundos después, salvó un remate de gol a Abde.
Parecía una pesadilla de la que, sin embargo, supo despertar a tiempo el Barça para pasar de dominado a dominador, cada vez con más claridad y sin que el Betis tuviera argumentos para frenarle.
Sin brillo pero con solvencia, el conjunto azulgrana, que pudo anotar el 0-1 por medio del propio Koundé, se fue haciendo dueño del juego, del partido, de la zona ancha, del ritmo.
Y así hasta abrir brecha, con un 0-1 logrado por Robert Lewandowski cerca del descanso tras una excelente jugada colectiva de todo el equipo. Hasta 26 pases hasta que Koundé centró raso y el polaco, a placer, anotó el 0-1 que daba sentido al mejor partido, sin brillantez pero con fortaleza, del líder.
Pero si hay partidos que se van cociendo con calma, como ocurrió en Mallorca, hay otros que sin entender la razón se complican sin venir a cuento. El Barça no empezó mal la segunda parte pero su falta de dinamismo, convencimiento y contundencia le fue dando aire a un Betis que agradeció esa vida extra que le concedió el conjunto de Flick. Y, poco a poco, el control y superioridad desapareció.
Imposible de creer y menos aún de aceptar, el Barça se derrumbó futbolísticamente hasta el punto que el VAR premió al Betis con un penalti tan claro como extraño que no se señalase directamente. El empujón de De Jong a Roque fue meridiano… Y lo que sobrevino a partir de ahí no hizo más que descentrar al líder. Amarilla a De Jong, roja, expulsión, a Flick, empate de Lo Celso y máxima presión en el terreno de juego.
Desconectado y agobiado, el Barça tiró de orgullo, que no de juego, y se apoyó en Lamine Yamal, quien decidió convertirse en el capitán futbolístico del equipo, todavez que Flick sentenció sacar del escenario a Raphinha, Dani Olmo, Pedri y Lewandowski, cuatro jugadores con un peso indiscutible en el equipo.
Y Lamine Yamal, con el 1-1 temiéndose definitivo, se inventó la jugada de turno, maravillosa y excepcional, que pareció ocultar esa segunda mitad terrible en concepto global para regalar una asistencia mágica que Ferran convirtió en el 1-2 en el minuto 82 para dar a entender que, a pesar de todo, se llevaría la victoria.
¿Injusta? Probablemente por cuanto entre Peña y Lamine le mantuvieron en pie… Pero el tiempo añadido premió al Betis y condenó al Barça. Ruibal y Diao, futbolistas de refresco en la segunda mitad, combinaron para que este último, en el minuto 94 (de los 98 que decidió el árbitro que debían jugarse), lograse un gol de bandera.
Y al líder, empanado, agobiado y derrumbado, se le escapó una victoria tan trabajada como extraña. Y dejó de ganar por cuarta vez en los cinco últimos partidos de Liga. Cuidado con ese dato.