Lo que cada gobierno dispone para contratación pública y a qué le da prioridad depende de factores como el nivel de recaudación en impuestos, los ingresos de las exportaciones petroleras y los lineamientos que finalmente la Asamblea determina anualmente al aprobar el presupuesto general del Estado.
El régimen de Guillermo Lasso (2021-2023) hizo contrataciones públicas por un monto de $3.329,7 millones entre enero y octubre de 2023, 10,5 % más que el de Daniel Noboa ($ 3.014,1 millones).
La comparación se realiza sumando lo invertido en compras públicas de cada uno de esos gobiernos de enero a octubre de 2023 y en el mismo periodo de este año, según los datos del Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop).
Lasso supera a Noboa en todos los rubros, incluyendo obra física, fármacos y lo gastado en consultorías.
La obra más costosa contratada entre enero y octubre de 2023 por Lasso fue la repotenciación del Hospital Básico de Alausí, en la provincia de Chimborazo, a un costo referencial de $ 29,3 millones.
En tanto que la de Noboa, en ese mismo periodo, es la Cárcel del Encuentro, que se construye en la provincia de Santa Elena con un costo referencial de $ 51,9 millones.
Lo mismo ocurre con lo destinado para la compra de fármacos, que pasó de $ 142,3 millones en los primeros diez meses del 2023 a $ 114,6 millones en el mismo periodo de este año.
La construcción de las obras civiles y complementarias para la puesta en marcha del proyecto hidroeléctrico Toachi-Pilatón fue la segunda obra más costosa contratada por Lasso en los primeros diez meses del 2023 a un precio referencial de $ 17,7 millones, en el marco de los cortes de luz que ya se avecinaban, los que finalmente ocurrieron entre el 26 de octubre y 16 de diciembre del año pasado.
El régimen de Lasso adjudicó el contrato el 4 de octubre de 2023 al Cuerpo de Ingenieros del Ejército (CEE) para culminarla en un plazo de 365 días.
Los trabajos terminaron el 24 de noviembre último, según el CEE, y las primeras pruebas para completar la generación de todo el complejo de 254,4 megavatios empezarán a mediados de este mes.
En lo que también hay diferencia es en el tipo de contratación empleada. Noboa ha utilizado más ‘otros procedimientos’ contratando $ 439,3 millones (14,6 % del total). En tanto que Lasso destinó $134,2 millones (4 % del total) mediante ese modelo.
En ‘otros procedimientos’ se incluye a los procesos de emergencia, arrendamientos o adquisición de bienes inmuebles y los de ínfima cuantía.
Estas fueron aprobadas en febrero pasado en la Ley Orgánica para el Ahorro y la Monetización de Recursos Económicos para el Financiamiento de la Lucha contra la Corrupción y uno de sus fines, según el mismo régimen, era agilizar los procedimientos de contratación en casos emergentes.
En esta reforma Noboa planteó la ‘modalidad de ingeniería, procura y construcción’, que implica, dice Morán, que un solo proveedor puede hacer los estudios, la obra, el equipamiento e inclusive la operación de la cárcel, hospital o lo que se haya construido.
Antes de este cambio, agrega, al menos los estudios debían ser realizados por otra contratista que no sea la encargada de ejecutar la obra. “Esto había sido establecido para que la contratista no sea juez y parte, pero es una modalidad de construcción adoptada a nivel internacional”.
La reforma publicada en el Registro Oficial del 9 de febrero último indica que “en este tipo de contratación se podrán consolidar en un solo contratista, por regla general, estudios, diseños, suministros y ejecución de una obra, a cambio de un precio fijo y en un plazo fijo” bajo requisitos como si es más ventajoso que hacerlo de manera separada.
“El contratista de esta modalidad contractual asume todos los riesgos y responsabilidades por el cumplimiento del objeto del contrato”, señala la reforma aprobada.
Una de las obras contratadas por Noboa en las que se empleó esta modalidad es la instalación de equipos para generación termoeléctrica en Salitral (Guayas) y Quevedo (Los Ríos), a cargo de la contratista Progen.
Diario El Universo