Luego de que se ha cumplido un año de Daniel Noboa en la Presidencia de la República, desde su llegada, el 23 de noviembre de 2024, el balance del manejo económico tiene pocas luces y muchas sombras.
Se evitó una ruptura total de la cadena de pagos y se logró un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero los problemas estructurales en temas fiscales siguen sin resolverse.
En el plano del crecimiento económico, la inversión y la generación de empleo es donde más queda debiendo Noboa, quien actualmente es un presidente-candidato con la mira en la reelección más que en los problemas actuales del país.
Lo bueno del manejo económico del año de Noboa en el poder
Según el análisis de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes), lo más positivo del manejo económico del Gobierno de Noboa fue el incremento de la tasa del IVA, del 12% al 15%, es una medida que era necesaria y estructural. Esto porque permite aumentar los ingresos de manera permanente y mejorar en algo la situación fiscal. En la misma línea está la reducción del subsidio a las gasolinas extra y ecopaís.
Ambos ajustes fueron impopulares y políticamente costosos, pero eran necesarios y abrieron la puerta al acuerdo con el FMI y la llegada de más créditos. De acuerdo con el Observatorio de la Política Fiscal, a la fecha, Ecuador ha recibido más de $4.000 millones de créditos externos y todavía falta el segundo desembolso por $500 millones desde el FMI hasta finales de diciembre.
Eso en última instancia impidió una ruptura completa de la cadena de pagos y una amenaza real a la dolarización.
En otras palabras, se evitó que el Estado se declare en cesación de pagos y que la situación se rompiera completamente, pero no se ha solucionado el tema de los atrasos, solo se ganó tiempo y se evitó una debacle inmediata.
Por otro lado, en una reciente entrevista con LA HORA, el economista y exjefe para América Latina del Banco Mundial (BM), Augusto de la Torre, también reconoció el esfuerzo del Gobierno de Noboa de impulsar leyes económicas urgentes para mejorar el entorno normativo en temas como Alianzas Público-Privadas, zonas francas y turismo.
Pero, esos esfuerzos, aunque positivos, son todavía insuficientes y pueden tener efectos mínimos si en la práctica no se aterrizan con una buena ejecución de esas leyes.
Lo malo del manejo económico del año de Noboa en el poder
Noboa recibió atrasos por $5.500 millones y, hasta finales de 2024, según el exministro de Economía, Fausto Ortiz, los va a dejar en esos mismos $5.500 millones o incluso más. Esto a pesar de tener ingresos extras por más de $4.300 millones, aparte de los créditos externos.
Hay una disminución del déficit fiscal, pero eso no es consecuencia de eficiencia en el gasto, sino por el incremento del IVA y de otros impuestos temporales y, en mucho mayor medida, por gastos que no se están haciendo en salud, educación e inversión pública.
Cordes estima que el déficit fiscal cerrará 2024 en torno al 3% del PIB ($4.000 millones), es decir, 2 puntos por debajo del déficit heredado del Gobierno de Guillermo Lasso. Sin embargo, gran parte de esa mejora se debe a medidas de carácter temporal, que ya no se tendrán en 2025, como los impuestos temporales a la banca, cooperativas y empresas, las autorretenciones y la remisión tributaria.
La situación fiscal se complicará de manera significativa a partir de 2025, debido a que el país no ha retomado los fundamentos que hicieron exitosa a la dolarización en sus primeros años.
El Gobierno de Noboa ya ha planteado nuevos impuestos, a los vehículos usados, a las universidades y a las mineras, dentro de dos nuevas leyes económicas urgentes. Además, no se descarta recurrir nuevamente a “impuestos temporales” en 2025.
Lo feo del manejo económico del año de Noboa en el poder
El principal problema para la gente es que la economía y la inversión no crecen, y que faltan fuentes de empleo. La tasa de empleo adecuado o formal está estancada en el 35% de la Población Económicamente Activa (PEA), mientras la informalidad y el desempleo llegan a niveles récord de más de 5,5 millones de personas.
Hasta el tercer trimestre de 2024, es decir, hasta septiembre, las ventas crecieron, según un último reporte del Servicio de Rentas Internas (SRI) apenas un 0,2%. Esto antes del impacto de los apagones.
El exministro Ortiz ya ha estimado que la economía ecuatoriana caerá entre el -1% y el -1,3% hasta el final de 2024. El resultado, como ya ha analizado LA HORA, será más desempleados e informales; además de un repunte adicional de la migración.
Los tres elementos que en mayor medida han contribuido a hundir una economía que antes de Noboa ya venía en caída son: inseguridad, debilidad institucional y la crisis energética.
En el tema de inseguridad, ha habido avances, pero insuficientes, pero en el tema de la debilidad institucional y el estado de derecho, además de la crisis eléctrica y los apagones, la gestión de Noboa ha empeorado en lugar de mejorar el escenario.
“Eran inevitables los apagones este 2024, debido a la negligencia y la falta de acción de todos los gobiernos anteriores, pero si Noboa tomaba decisiones a tiempo, y gestionaba mejor la situación, los apagones podrían haber sido mucho menos traumáticos social y económicamente para el país”, apuntó Alicia Mendoza, economista y consultora empresarial.
Incluso las medidas tomadas para paliar o reducir el impacto de los apagones en el empleo y la sostenibilidad de las empresas, a criterio de la abogada laboral Vanessa Velásquez, han sido timoratas, insuficientes y sin topar los problemas estructurales. (JS)
Diario La Hora