El lodo sigue presente en muchas de las calles de los 15 municipios de Valencia que fueron anegados con mayor virulencia por las riadas y las inundaciones provocadas por la DANA del pasado 29 de octubre. Unas localidades que intentan afrontar la vuelta a la normalidad con buena parte de su tejido económico devastado y donde tras el impacto inicial el consumo sigue bajo mínimos, ante la imposibilidad de que la mayoría de los negocios básicos retomen la actividad con garantías.
El gasto de los hogares en lo que se ha bautizado como zona cero de la DANA, esas 15 localidades que han sufrido los daños más severos, se desplomó prácticamente por completo los días siguientes a la tragedia y apenas se recuperó durante la semana siguiente, según recoge un informe elaborado por CaixaBank Research. Un estudio realizado a partir de la información de tarjetas de crédito, terminales de pago y cajeros del propio banco.
Así, en la primera semana tras la DANA, el gasto con tarjeta de los hogares se hundió un 83% y los reintegros de dinero en oficinas y cajeros se redujeron un 82% respecto a las cifras que se registraron en los días previos del mes de octubre en los mismos municipios. Una zona que suma una población de más de 265.000 habitantes, uno de cada diez habitantes de la provincia de Valencia, con municipios como Paiporta, Sedaví, Picanya o Utiel.
El análisis muestra que ese hundimiento del consumo inicial apenas se recuperó durante la siguiente semana. Así, entre el 3 y el 9 de noviembre el gasto con tarjetas de crédito y débitos registrado fue un 73% inferior al periodo previo a la gota fría, mientras que los reintegros de dinero, aunque se recuperaron en mayor medida, continuaban siendo un 65% inferior a la situación anterior.
Una evolución que revela lo complejo que resulta retomar la actividad económica en barrios enteros donde han desaparecido comercios y todo tipo de negocios. De hecho, el informe de CaixaBank hace patente el contraste entre la zona cero y los otros 60 municipios afectados en menor medida pero también incluidos en la declaración inicial equivalente a la zona catastrófica.
En los primeros días tras la DANA en esos municipios con menos impacto aumentaron los reintegros y las compras con tarjeta apenas se redujeron un 1% respecto a lo habitual. En la siguiente semana tanto el volumen de gasto con tarjeta como el de reintegros en cajeros y sucursales fue incluso superior a la media del resto del mes de octubre, entre un 5% y un 15%, respectivamente.
Derrumbe del comercio
Una de las realidades más evidentes que confirma el documento elaborado por el servicio de estudios económicos de CaixaBank es que la inmensa mayoría de los comercios siguen sin levantar la persiana en esos 15 municipios. Más de un 90% no pudieron abrir en los días siguientes a la DANA y diez días después casi un 70% continuaban inactivos en la calificada como zona cero, según los datos recopilados a partir de las TPV. Unos porcentajes que contrastan con la situación en los 60 municipios que se vieron dañados en menor medida, donde más de la mitad de sus comercios pudieron abrir tras el fenómeno meteorológico y diez días después los que seguían inactivos eran menos de uno de cada diez.
Como es lógico, esa imposibilidad de abrir al público ha convertido al pequeño comercio en el sector que se ha visto más fuertemente golpeado por la caída del consumo, según los datos desglosados por CaixaBank Research. En esas dos primeras semanas el desplome del gasto presencial en los comercios minoristas llegó a superar el 90%, sin apenas mejoría entre ambas.
El ocio y la hostelería son otros de los damnificados. En la primera semana sufrieron una caída del 85% del gasto, que se atenúa hasta cerca del 75% en la segunda semana. Como en el caso del comercio, la destrucción por completo de bares y cafeterías tras el paso agua ha sido un obstáculo insalvable.
Pero la onda expansiva de la catástrofe llega mucho más allá. Las imágenes de cientos de coches apilados y de carreteras, vías de tren y puentes colapsados se han traducido también en que el gasto de los habitantes de esas zonas en transporte y gasolineras haya descendido hasta niveles ínfimos. En esas dos primeras semanas fue un 70% inferior a lo que era habitual antes de la trágica DANA.
Para entender hasta que punto ha cambiado el día a día en esas localidades, uno de los puntos que mejor lo ilustra es el desplome registrado en el gasto en productos de primera necesidad. Durante la primera semana se redujo más de un 65% y en la segunda el recorte superó el 55%.
La comparativa con las otras zonas afectadas e incluso con el resto de la provincia de Valencia explica el porqué muchos comparan las calles en esa zona cero con un escenario de guerra. En ambos casos el gasto en artículos de primera necesidad se disparó, entre un 15% y un 30%. En parte también porque ante la falta de redes y suministro en esas poblaciones, familiares y vecinos se encargaron de abastecer a los miles de afectados desde los pueblos vecinos.
Pero además, el informe muestra que el impacto de la DANA ha ido más allá de las comarcas afectadas, con una caída generalizada en el consumo en hostelería y ocio en toda la provincia de Valencia. De un recorte de casi un tercio en la primera semana, que además coincidió con un puente festivo en que se mantuvo la alerta meteorológica y las anulaciones se multiplicaron, se ha ido atenuando hasta bajar del 10% en los días siguientes. En el caso del comercio minorista, tras una reducción los primeros días, tanto en las zonas afectadas como en el resto de Valencia volvió a repuntar la siguiente semana.
Impacto macroeconómico
Mientras aún se sigue haciendo un balance de daños, los analistas y académicos ya empiezan a poner cifras en términos de macroeconomía a la que es la mayor catástrofe natural en España en este siglo. En el caso del servicio de estudios de CaixaBank, estima que el impacto puede restar una o dos décimas al PIB del conjunto de la economía española en el cuarto trimestre de este año, a la espera de conocer los detalles de los planes de reconstrucción para los próximos años para valorar los efectos a largo plazo.
Una previsión en línea con la del Banco de España, que ha limitado a 0,2 puntos el posible recorte sobre el PIB a largo plazo que espera por el efecto de las pérdidas y los daños de la DANA sobre el conjunto de la economía española.
Fuente: El Economista