A eso de las 18:00 las protestas de movimientos sindicales y de estudiantes en contra de la administración de Daniel Noboa Azín se desactivaron bajo un fuerte operativo de la fuerza pública que amuralló el centro histórico de Quito y evitó el ingreso de los manifestantes.
Los sindicatos que son parte del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), el Frente Popular, la Unión Nacional de Educadores (UNE), la Federación de Estudiantes Universitarios (FEUE), colectivos de mujeres y ciudadanos descontentos se concentraron la tarde de este jueves, 21 de noviembre de 2024, en la Caja del Seguro en Quito para rechazar la gestión de Daniel Noboa.
Los apagones, la crisis energética, la falta de empleo, inversión en educación, salud y la inseguridad ciudadana, motivaba la jornada en la que se escuchó la consigna: ¡Noboa, Noboa, muñeco de cartón, dejaste sin luz a todo el Ecuador!
La convocatoria se hizo para las 16:00, pero una intensa lluvia la calmó. No fue numerosa y apenas escampó arrancó la caminata hacia el centro histórico, aspirando llegar hasta el Palacio de Carondelet y no lo lograron.
El Gobierno, junto con la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas aplicaron una estrategia de seguridad que los inmovilizó. Ningún acceso a la Plaza Grande estaba abierto al paso para vehículos o personas y quienes querían pasar debían rodear los extremos del oriente y occidente por calles aledañas.
Los dirigentes de los trabajadores, con José Villavicencio como presidente de turno del FUT, encabezaron la marcha hasta el edificio del Banco Central en el barrio de San Blas.
Los descontentos quemaron una llanta del otro lado de las mallas. Lanzaron piedras para desafiarlos y estas alcanzaron a tres uniformados. Eso enfureció a la Policía.
Empujaron las vallas, sacaron sus escudos y decenas de motorizados salieron con velocidad y dispersaron a los manifestantes.
Algunos huían por el temor de posibles bombas lacrimógenas y otros de ser detenidos. Desde la calle Gran Colombia se veía la loma del sector de La Tola y grupos de policías cercando las salidas, incluso en las gradas para llegar a los barrios.
De la compañía de motorizados se desprendieron algunos oficiales que buscaban aprehender a un hombre. Lo ubicaron, lo subieron a la moto y se lo llevaron.
Poco a poco, la Policía fue recuperando el espacio y los protestantes enrollaban sus banderas y retrocedían hacia el norte o a los extremos para buscar transporte. Eran las 18:00.
La jornada afectó a la gente que volvía a sus casas desde sus trabajos. Intentaban pasar hacia la Marín y los regresaban a rodear por el oriente y occidente. Nadie podía pasar.
No había buses de transporte público, ni Trolebús, ni Metro. Las estaciones y paradas estaban cerradas.
En la búsqueda de vías alternas, buses y vehículos privados tomaban las avenidas Patria, 12 de Octubre, 6 de Diciembre, Occidental y Oriental en las que esperaban por largo tiempo para avanzar hacia el sur de la ciudad.
Mientras, algunas de las estaciones del Metro en la Alameda y El Ejido, por ejemplo, lucían con largas filas de usuarios a la espera de que se reabran las puertas.
A las 19:30, la Policía informó de tres de sus uniformados heridos y la aprehensión de diez personas.
De su parte, el presidente de la República, Daniel Noboa, publicó un video en sus redes sociales en el que les recomendó a quienes organizan estas protestas que normalicen no mandar a financiar sus marchas con millones de dólares de lavado.
Ello a propósito de dos personas que fueron detenidas en el aeropuerto de Quito, este jueves, con $ 2 millones que no lograron justificar y que pretendían ingresar al país.
“No les llegó el pago”, insinuó Noboa, adjuntando una imagen de un pequeño grupo de personas en la manifestación del FUT.
El movimiento sindicalista no descarta organizar una nueva movilización en contra del régimen, al tiempo que la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) tendrá una reunión este viernes para definir medidas de hecho.(I)
