Emprendimientos de mujeres sufren pérdidas económicas por violencia de género

Emprender es difícil, más aún cuando tu pareja te violenta. Este es el caso de la mitad de las mujeres que emprenden en Ecuador.

Según el estudio ‘Los costos de la violencia contra las mujeres en los microemprendimientos de Ecuador’, «las microemprendedoras que sufren violencia de género tienen que gastar dinero en atención médica, servicios legales y transporte”.

La Agencia de Cooperación Técnica Alemana (GIZ), que realizó el informe, encuestó a 1,3 millones de mujeres dueñas de microemprendimientos y descubrió que 54 de cada 100 mujeres dueñas de microemprendimientos en Ecuador han sufrido algún tipo de violencia, perpetrada por sus parejas o exparejas.

Millonarias pérdidas de emprendedoras víctimas de violencia de género

Entre las consecuencias de esta violencia se revela que el 73,7% ha sufrido algún tipo de daño físico o emocional, lo que ha ocasionado un costo anual de $214 millones en pérdida de ingresos netos y de $28,9 millones en gastos de bolsillo.

El caso de Vanesa Saltos, estilista, es un ejemplo de que la violencia de género termina con la salud física, mental y financiera de una persona. “Mi esposo nunca me apoyó para tener una peluquería. Me celaba con los clientes, cogía plata de la caja y era grosero con la chica que me ayudaba. Tuve tres años mi negocio, pero lo que al inicio era mi sueño se volvió pesadilla. Lo cerré para dejar de tener peleas y malos tratos con mi marido”.

Tras años de agresiones Vanesa se separó. Ella sigue pagando el préstamo de $22.000 que hizo para poner su negocio. “Decía que al inicio las cuotas se pagaban solitas, ahora debo esa plata, trabajo en una peluquería y hago servicios a domicilio, pero no es lo mismo”.

No solo la violencia física trunca el futuro laboral de las mujeres, el estudio también detalla que hay violencia patrimonial, pues hay casos en los que las parejas o exparejas roban los recursos que generan los emprendimientos de sus esposas. Además, hay casos en los que las mujeres no pueden acceder a créditos porque requieren de la firma de su cónyuge.

En otros casos, las mujeres logran sacar préstamos de dinero; pero sus parejas las obligan a destinar ese dinero a otras cosas.

Ante esto, GIZ propone que el Estado genere políticas gubernamentales que promuevan el emprendimiento de las mujeres de forma integral y no solo desde el enfoque económico. La visión respecto a que
el emprendimiento, por sí solo, disminuye la violencia contra las mujeres (VcM) es insuficiente. La mitad de las dueñas de microemprendimientos son afectadas por VcM. “Se producen entonces daños físicos o emocionales que se traducen en pérdida de ingresos y gastos de bolsillo, con efectos catastróficos en la sostenibilidad de sus negocios, principalmente en los informales. Por ello, la prevención de la VcM –sobre todo de aquella que evita que ocurra (prevención primaria)– impactará positivamente en ellos”, destaca el estudio en sus recomendaciones .  (AVV)

Daños asociados a la violencia de género

  • Parálisis facial
  • Desmayos
  • Hospitalizaciones o cirugías
  • Aborto o parto prematuro
  • Fracturas
  • Cortes, quemaduras
  • Pérdida de dientes
  • Desgarres genitales
  • Ataques de ansiedad
  • Permanente estado de angustia y nervios
  • Cambios de peso: subidas y bajadas repentinas
  • Pensamientos suicidas
  • Diario La Hora

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