Una figura que puede llegar a ser incómoda al poder, pero obligatoria: el vicepresidente de la República

La figura del vicepresidente de la República es la de un «conspirador a sueldo», dijo el expresidente de la República José María Velasco Ibarra hace 56 años después. Hoy en día, esa frase sirve de argumento al gobierno de Daniel Noboa Azín, que busca hacer a un lado a su vicepresidenta, Verónica Abad, acusándola de entablar presuntos pactos con sectores de oposición para echar abajo los logros de su administración y beneficiar a políticos sentenciados por corrupción.

Desde 1948 y hasta antes del retorno a la democracia, la elección del presidente y vicepresidente se hacía en una sola vuelta y por separado.

Pero con las reformas a la Constitución y a la Ley de Elecciones de 1978, cuando se volvió a la democracia, se dio paso a la elección conjunta en una papeleta y luego la definición en segunda vuelta si el candidato más votado no superaba la mitad más uno de los votos.

Desde entonces, la historia registra algunos desencuentros entre mandatarios.

Así, en 1982, Osvaldo Hurtado, quien asumió la Presidencia tras la muerte de Jaime Roldós en un accidente aéreo, mantuvo una relación distante con el vicepresidente León Roldós, a quien él mismo nominó.

De igual forma, Blasco Peñaherrera criticó duramente los contratos suscritos por León Febres-Cordero para la vía Perimetral de Guayaquil. Pero en el ‘Taurazo’ se mantuvo leal al orden constituido.

Alberto Dahik llegó a la Vicepresidencia de la mano de Sixto Durán-Ballén en el periodo 1992-1996. En 1995, al ser investigado por malversación de fondos, Dahik se fue del país y puso en riesgo la estabilidad del Gobierno.

Rosalía Arteaga ganó en 1996 con Abdalá Bucaram. La relación entre ambos fue tensa ya que ella reclamaba que no se habían cumplido los compromisos políticos con su movimiento MIRA.

Alfredo Palacio fue compañero de Lucio Gutiérrez en los comicios nacionales del 2002. Sus primeras diferencias, según notas de prensa, se dieron en el marco de las asignaciones presupuestarias para salud, ya que él es médico de profesión.

Con la instalación de la llamada ‘Pichi-Corte’ hubo protestas generalizadas en Quito que provocaron el desgaste y la posterior caída del expresidente Gutiérrez que se formalizó con la destitución impulsada por el extinto Congreso.

Lo sucedió Alfredo Palacio, a quien lo acusaron de haber apoyado su destitución, aunque el exvicepresidente y luego presidente lo negó.

Años más tarde, en el gobierno de Lenín Moreno Garcés hubo dos personajes que le fueron incómodos a su administración.

Primero Jorge Glas, que fue ministro y vicepresidente de Rafael Correa, y con quien terminó sus funciones en el 2017.

Correa le confió a Moreno ser el candidato a las presidenciales del 2017 y ganó con Glas de compañero.

Al instalarse en el despacho de Carondelet, Moreno se distanció de lo que fue la administración de su excoideario, y la Fiscalía General abrió investigaciones en contra de Glas por el cobro de sobornos de la empresa brasileña Odebrecht, por la que fue detenido y sentenciado por asociación ilícita.

Moreno lo dejó sin nada que hacer y lo reemplazó por María Alejandra Vicuña, a quien también «liberó» de las funciones gubernamentales que le encargó tras ser investigada por concusión.

En el último año y para un corto periodo de gestión, se resquebrajó la relación entre Daniel Noboa y Verónica Abad.

La dupla fue una de las primeras en presentarse ante el Consejo Nacional Electoral para inscribirse en las elecciones anticipadas, que se dieron porque el exmandatario Guillermo Lasso decretó la disolución de la Asamblea Nacional o muerte cruzada en mayo del 2023.

El primer indicio de la ruptura fue cuando Daniel Noboa la envió a hacer campaña política para el balotaje en Europa y Estados Unidos, a mediados de septiembre.

El 23 de noviembre, cuando asumieron funciones luego de la posesión en la Asamblea Nacional, Noboa ofreció un almuerzo protocolario en el Palacio de Gobierno. Abad no fue sido invitada.

Al siguiente día, Noboa le asignó como única función la de ser embajadora por la paz para el conflicto bélico en Israel y Palestina. En diciembre la nombró oficialmente embajadora de Ecuador y dispuso que viaje a esa nación a cumplir sus funciones el 10 de ese mes.

Su divorcio político escaló de un problema personal a uno de Gobierno al necesitar de la estructura del Estado para sacarla del cargo.

Por ejemplo, se pidió un pronunciamiento a la Procuraduría General si podía ser sancionada administrativamente; y si Daniel Noboa debe solicitar permiso para hacer campaña electoral para las votaciones del 9 de febrero, para las que él es candidato a la Presidencia.

También se acudió a la Asamblea Nacional para levantarle la inmunidad, porque que se la vinculó al caso Nene en el que está involucrado uno de sus hijos por presuntos hechos de corrupción que se habrían consumado en la Vicepresidencia.

Actores políticos afines a Noboa la denunciaron en el Tribunal Contencioso Electoral (TCE) por campaña anticipada. Una acusación la impulsó el vocal del Consejo de Participación Ciudadana Juan Guarderas.

La canciller Gabriela Sommerfeld y una funcionaria de Noboa, Diana Jácome, la denunciaron en el TCE por violencia política de género, en respuesta a una denuncia que también presentó Abad en contra de las dos mujeres.

Fue entonces que en septiembre se abrió este sumario administrativo en el Ministerio del Trabajo que terminó con una sanción administrativa emitida por una directora del Departamento de Sumarios, Ruth Espinoza, quien la suspendió por cinco meses (150 días) de su cargo sin remuneración.

En esos cinco meses de suspensión se configuraría su ausencia definitiva y Noboa enviará una terna al Legislativo para que se elija a una vicepresidenta en reemplazo de Abad, hasta mayo del 2025, cuando se posesionen las nuevas autoridades.

Lo qué pasó detrás de este rompimiento es una incógnita. Se ha hablado de que, presuntamente, Abad pidió dinero para la campaña política; de un supuesto pacto con los líderes del movimiento Revolución Ciudadana (RC), entre ellos, Rafael Correa y Jorge Glas, a quienes les habría ofrecido darles el indulto. Ella lo negó.

«El país tiene un problema que ha sido histórico y que debe resolver», añadió en una entrevista para radio Democracia el pasado 14 de noviembre.

En ese espacio, Izurieta criticó a la segunda mandataria y le atribuyó ser sospechosa de, aparentemente, llegar a acuerdos con actores políticos que no se transparentan.

Pero la «primera acción judicial que hizo fue el pedido de destitución del presidente. No estamos viendo la proporción de las agresiones de la vicepresidenta… Es una muestra de su poca estabilidad y de su inconsecuencia porque es una posición de confianza (la Vicepresidencia)», dijo.

Teme que en el caso de que Abad llegue a subrogar a Daniel Noboa, cuando él se ausente para hacer campaña entre el 5 de enero y el 6 de febrero, se tomen medidas demagógicas como bajar impuestos y ponga en riesgo la dolarización.

Su posible llegada es una «clara amenaza y un riesgo por las medidas demagógicas…», increpó Izurieta.

Para Francisco Jiménez, exministro de Gobierno en la presidencia de Guillermo Lasso, la persona llega a la Vicepresidencia tiene dos funciones: las que le asigna el primer mandatario y reemplazarlo en caso de ausencia temporal o definitiva.

Aunque eso «no los convierte en conspiradores a sueldo, porque la Vicepresidencia es una figura que está en la Constitución», opinó Jiménez.

El debate de si la Vicepresidencia debiera eliminarse no debe hacerse cuando hay un conflicto porque se entendería que se legisla a la carta. «Las cosas se deben discutir cuando corresponde. Hoy, la Vicepresidencia está bajo ataque conceptual por consecuencia de una mala relación», indicó Jiménez.

Recordó que, mientras Lasso enfrentaba el juicio político en la Asamblea, con una mayoría de oposición, su excompañero de fórmula Alfredo Borrero no actuó en su contra porque «había una coordinación, un rol, una buena relación. Porque cuando uno está en el poder, las amistades o enemistades terminan pasando factura». (I)

Diario El Universo

COMPARTIR ESTA NOTICIA

Facebook
Twitter

FACEBOOK

TWITTER