Nadie está preparado para escuchar que padece cáncer. Ni la realeza, como Carlos III de Inglaterra, se escapa de un diagnóstico adverso. Tampoco hay excepciones de personas consideradas jóvenes como la princesa Kate Middleton, o el cantante Don Omar.
Con estas noticias de celebridades, parecería que el cáncer está por todas partes. “Existe esta percepción, pero también es porque tenemos más herramientas para detectarlo a tiempo”, dice el oncólogo guayaquileño Guillermo Paulson Vernaza.
Para Paulson, una de las razones por las que vemos el cáncer en los titulares es porque Ecuador y el mundo están envejeciendo.
“La población del mundo en general es más anciana y al tener una población así, hay más desgaste celular y del cuerpo, y por ello, la aparición de casos de cáncer”, explica el oncólogo Paulson.
En Ecuador, los tipos de cáncer más comunes, según los registros de tumores de la Sociedad de Lucha contra el cáncer (SOLCA), son el de próstata y estómago en hombres, y el de mama y cervix (cuello uterino), en mujeres.
Además, datos del programa Globocan indican que para 2040, más de 53.700 nuevos casos de cáncer se detectarán en el país.
En medio de estas estadísticas, algunas de las interrogantes que surgen son: ¿Es posible prevenir el cáncer? Y de ser así, ¿cómo?
Sobre la palabra prevención, Paulson añade que sería correcto más bien hablar de “disminución de riesgos” de la incidencia de la enfermedad, a través de exámenes de diagnóstico temprano.
Mientras que la nutricionista clínica Milenca Arreaga opina un poco diferente, y si bien reconoce que la genética influye en el desarrollo del cáncer, con ciertos cambios del estilo de vida como una alimentación adecuada y ejercicios, “es posible prevenir los efectos de la enfermedad”.
“Nadie está exento de contraer algún tipo de enfermedad como el cáncer, pero sí podemos hacer muchos cambios personales para evitarlo”, asegura Arreaga.
Prevención y tipos de cáncer
Cuando Tamara Valencia, madre de un niño de nueve años, sintió un bulto en su seno izquierdo, no dudó en visitar al ginecólogo. Tras una revisión y varios exámenes, las sospechas fueron reales: era cáncer de mama.
Este tipo de cáncer es el más común entre las ecuatorianas, con una tasa de incidencia de 38,2 mujeres por cada 100.000 habitantes. Y la tasa de mortalidad, si el tumor no se retira a tiempo, es de 10,9 casos por cada 100.000 mujeres.
Valencia fue diagnosticada en estadío temprano, y aunque tuvo que pasar por una cirugía y sesiones de quimioterapia, ya lleva cinco años en remisión. “Costó mucho aceptar que estaba enferma, y nunca lo esperaba porque creía que estaba relativamente sana, pero creo que por ahora vencí el cáncer”, dice esta madre de familia.
¿Pudo este cáncer prevenirse con cambios de hábitos alimenticios o quizás más ejercicios?
El oncólogo Paulson señala que el cáncer de mama es una de aquellas patologías que escoge a sus pacientes al azar, “es muy difícil prevenirlo, aparece en mujeres sin antecedentes familiares y hasta antes de los 40 años.
Como este tipo de cáncer, hay otros que dependen de la genética de cada persona, puesto que científicamente esta enfermedad es producto de cambios moleculares y mutaciones en el organismo, para los que aún los médicos no tienen todas las respuestas.
Al igual que el cáncer de seno, hay otros tan agresivos como la leucemia, el mieloma o los linfomas que son díficiles de predecir y evitar.
Paulson rescata que esta particularidad genética de cáncer no implica que el paciente debe descuidar ciertos factores claves, como la alimentación, el estrés y el ejercicio diario.
“Tener un buen peso, no estar obesos, hacer actividad física, y tener un estilo de vida saludable, siempre serán temas importantes para reducir la probabilidad de un cáncer, no del todo, pero ayuda”, añade Paulson, quien es parte del instituto de SOLCA en Guayaquil.
De hecho, un reciente documento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda que las malas prácticas alimentarias, como una dieta rica en sal y en alimentos procesados y pobre en frutas, tienen un costo sanitario elevado en vidas humanas y por los recursos que deben invertir los Estados en enfermedades como el cáncer.
“Un estilo de vida poco saludable, no dormir a las horas adecuadas, no saber gestionar el estrés y no comer de manera nutritiva, eleva el cortisol, inflama el organismo, y sin duda, aumenta los riesgos del cáncer”, expresa la nutricionista Arreaga.
Imagen referencial de una persona con sobrepeso.Freepick
Vacuna y chequeos médicos
Médicamente, ninguna mujer debería morir por cáncer de cuello uterino o cervix, el segundo tipo más común en Ecuador.
Y concretamente sobre esta patología ya existe una vacuna que ataca el virus del papiloma humano, que se transmite por vía sexual y causante directo de la enfermedad.
En Ecuador ya está disponible la vacuna para niñas de nueve a 14 años, y hasta junio de 2024, el Ministerio de Salud realizó un programa nacional de inmunización sobre el papiloma.
Otra manera de reducir los riesgos o probabilidades de desarrollar cáncer es realizarse chequeos de detección temprana, y no esperar hasta palpar un pólipo o tener un sangrado.
¿Qué chequeos son necesarios? En las mujeres, el especialista Paulson recomienda mamografías y ecografías después de los 40 años, y de forma periódica.
En los varones, es aconsejable realizarse una endoscopía del estómago y una ecografía de los pulmones. Y también visitar al urólogo, puesto que el cáncer de próstata, el que padece el rey Carlos, es el de mayor incidencia en hombres alrededor del mundo.
En Ecuador, el riesgo de desarrollar esta patología es de 35,7 casos por cada 100.000 hombres, de acuerdo a los registros de SOLCA Quito. Mientras que la tasa de mortalidad es de 12,5 por cada 100.000 varones.
También hay dos factores que debería mantener al límite, para disminuir las probabilidades de desarrollar cáncer, especialmente de estómago o de colon. Se trata de la proliferación de la bacteria Helicobacter Pylori, y el hígado graso.
Ambas condiciones sí están directamente relacionadas con los hábitos alimenticios, como ingerir alimentos en la calle frecuentemente, el sobrepeso u obesidad.
Dieta saludable contra el cáncer
La nutricionista Arreaga entrega varios consejos claves para llevar una dieta saludable y disminuir los riesgos de desarrollar cáncer u otras patologías crónicas:
Incorporar más vegetales y frutas en la alimentación, de tres a cinco tazas diarias y distintos colores, como frutos rojos, pimientos verdes, zanahorias.
Consumir más proteínas como pollo, pescado y mariscos, en lugar de arroz y otros carbohidratos procesados.
Si no puede aún desechar los carbohidratos refinados, opte por los carbohidratos ‘naturales’ como la yuca, el verde o camote.
Evitar en gran medida las harinas refinadas y sus productos derivados como postres y tortas.
Incluir en la dieta legumbres como el fréjol, lenteja o garbanzo, que tienen una sustancia bioactiva y ayudan a disminuir el riesgo de cancer colorrectal.
No fumar ni ingerir alcohol en exceso.
Tome de seis a ocho vasos de agua al día.
Un hombre sostiene un plato de ensalada, parte de la dieta saludabe para prevenir el cáncer, 14 de noviembre de 2024.Pexels
Otra práctica altamente recomendada, indica Arreaga, es realizar algún tipo de ejercicio físico, que no es igual a la actividad física o cotidiana.
“Cuando hablamos de ejercicio físico, debe ser una práctica programada y diaria, como ir a un gimnasio, hacer cross-fit, cardio, nadar o caminar”, señala la especialista en nutrición.
La importancia del ejercicio radica en que preserva la masa muscular y mantiene los niveles de glucosa e insulina estables, con el paso de los años.
Finalmente, hay un tercer factor en el que Arreaga hace énfasis: controlar el estrés.
Para controlar los episodios de estrés crónico, puede probar terapias de respiración, meditación o yoga, pero también consumir ciertos alimentos como:
Ingerir pescados o suplementos de omega 3, para el correcto funcionamiento del cerebro.
El chocolate negro, sin leche, y con cacao orgánico al 85%, ayuda a reducir el cortisol.
Tomar suplementos de magnesio para mejorar el sistema nervioso.
Incorporar más huevos y cúrcuma en la dieta diaria.
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