Dentro de los locales no está tan fresco como en el patio de comidas o en los corredores del centro comercial. De eso se ha dado cuenta Kevin Donoso, un estudiante universitario que ahora visita más estos lugares en busca de conexión a internet y un lugar donde enchufar su laptop para realizar sus trabajos. El jueves en la mañana fue a Mall del Sur de Guayaquil. A las 11:30 aproximadamente, ese sector no tenía luz, los cortes programados eran de 09:00 a 13:00, pero el centro comercial funcionaba con normalidad.
Las escaleras eléctricas, los ascensores, el aire acondicionado general y las luminarias estaban encendidos. Sin embargo, el aire acondicionado del interior de los locales permanecía apagado mientras el centro comercial estaba conectado a su planta propia. “Aquí funciona todo, solo es el aire acondicionado que lo debemos apagar cuando estamos conectados al generador. Los guardias muy amablemente pasan avisando por los locales cuando se va la luz y hay que apagar los aires y también cuando ya se pueden encender”, confirmaba Kenyi Pilay, vendedora de uno de los locales.
Esta es una de las estrategias que centros comerciales, empresas y hasta condominios que pueden autoabastecerse de energía aplican medidas para ahorrar en combustible, ya sea gasolina, diésel o gas, que utilizan los generadores para funcionar, es como un racionamiento de energía dentro de los mismos racionamientos que Ecuador soporta desde el 23 de septiembre pasado y que actualmente llegan a doce horas al día.
Katherine Yerovi, vendedora de un local en el Mall del Norte, también dice que han optado por mantener los aires acondicionados apagados mientras están conectados a la planta propia del centro comercial. “No es que estemos obligados a apagar los aires mientras no haya luz, pero preferimos hacerlo para economizar”, dijo la trabajadora. Ese día, ese centro comercial tenía cortes programados en la franja de 11:00 a 15:00 y luego desde las 20:00.
Mall del Río, también en el sector norte de Guayaquil, opta por apagar sus bandas eléctricas, además de las escaleras eléctricas de su local principal, el Hipermercado Coral, mientras hay cortes de luz y están autoabasteciéndose de energía. Esto se pudo constatar durante un recorrido de este Diario. El Policentro, por ejemplo, optó este año por no mantener encendido su tradicional árbol de Navidad, entre otras estrategias. “La decoración está cuidadosamente diseñada para minimizar el consumo eléctrico, incorporando elementos con iluminación LED de bajo consumo. Este año, en solidaridad con la situación energética del país, hemos decidido que el árbol navideño no se ilumine en su totalidad; no obstante, como gesto de esperanza, la estrella se encenderá cada noche hasta el 6 de enero. Los locales han mostrado gran comprensión y apoyo al ahorro energético gestionando de manera responsable su electricidad”, sostuvo Mariella Pesantes, jefa de Marketing del Policentro.
Por su parte, un vocero de DK Management Services, operador de los centros comerciales Quicentro Shopping, Quicentro Sur, Maltería Plaza, San Luis Shopping, Granados Plaza, Portal Shopping, San Marino Shopping y Mall del Pacífico, señaló: “Siendo consecuentes con la situación actual, cuando operamos con generadores priorizamos las actividades críticas para garantizar la seguridad y funcionalidad del centro comercial, como escaleras eléctricas, ascensores, iluminación. Con el apoyo de nuestros integrados, buscamos disminuir la carga de energía optimizando el uso de algunos equipos eléctricos y apagando otros”.
De acuerdo con el consultor energético Jorge Luis Hidalgo, estas estrategias que aplican las empresas y centros comerciales son normales en estas épocas de crisis energética y pueden llegar a representar un ahorro de entre 10 % y 30 % de su consumo eléctrico.
El experto indica que otras prácticas de ahorro, en el caso de supermercados por ejemplo, es subir dos grados más en los congeladores sin comprometer la inocuidad de los productos, o también subir dos grados a los aires acondicionados sin necesidad de apagarlos. “Si no utilizan las escaleras eléctricas, si no utilizan los ascensores, y si además de eso cambian la iluminación a luces LED, hay un ahorro importante”, asegura.
Añade que en el caso específico de los centros comerciales es importante que puedan tener la mayor cantidad de sistemas herméticos posibles. “Si ponen el aire acondicionado a full capacidad, pero dejan abiertas las puertas, al final del día generan un esfuerzo mayor del aire acondicionado y también hay que cuidar el generador, porque ya se están viendo generadores que están saliendo de operación porque no están diseñados muchos de ellos para operar las 24 horas del día”, advierte Hidalgo.
Al respecto, Andrés Oquendo, expresidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos del Ecuador, asegura que en las construcciones actuales, en el caso de los centros comerciales, se instala una capacidad de potencia igual que la que consumen de la red pública, es decir, en casos de cortes de electricidad estas nuevas edificaciones no tienen problemas en suplir la falta de energía con autoabastecimiento.
“Aunque se vaya la luz, no importa, ellos van a seguir atendiendo con todos los servicios, inclusive hay departamentos que tienen cocinas de inducción y siguen funcionando. En los edificios más antiguos, de unos tres o cinco años hacia atrás, nunca se instalaba la potencia que se requería sino aquello que se necesita para lo básico, esto es lo que se tenía como concepto anteriormente en lo que significa tener respaldo; en cambio, ahora pasan de respaldo a un funcionamiento normal”, explica Oquendo.
Coincide con Hidalgo en que en muchos de estos edificios no tan modernos la capacidad de potencia no está diseñada para que funcionen por largos periodos de tiempo, sino solo por cuatro horas como máximo. Un poco menos de ese tiempo es lo que funciona un generador que da energía a un edificio de departamentos de tres plantas en la calle García Avilés, en el centro de Guayaquil.
El encargado del mantenimiento del generador, que fue adquirido con los recursos de los residentes, asegura que mientras funciona los dueños de los departamentos no pueden encender aires acondicionados, duchas eléctricas, ni cocinas de inducción. “Cada que se va la luz el generador solo se prende máximo por dos o tres horas, para ahorrar en gasolina y para que el aparato no se funda”, asegura.
El generador consume alrededor de $ 30 diarios, además se le deben cambiar el aceite y filtros una vez por semana.
En condominios de otros sectores urbanos, como en las ciudades satélite de Guayaquil, se prende el generador con el aviso de que no se utilicen electrodomésticos grandes que consumen más energía.
Fuente: El Universo
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