Según las proyecciones hechas en 2010, anualmente, en Ecuador debían nacer unos 330 mil niños en promedio. Sin embargo, la cifra ha bajado a 250 mil nacimientos al año.
“El número de nacidos vivos que habíamos estimado en su momento, en 2010, ahora tiene una nueva fotografía”, ha señalado Castillo.
El nivel de reemplazo (tasa global de fecundidad de hijos por mujer) está bajando. Para que un país tenga población joven es necesario que la tasa de reemplazo sea de 2,1 o más. En Ecuador, esa tasa está en 1,86.
Esto va de la mano con la cifra que determina que los hogares ecuatorianos tienen cada vez menos integrantes: un promedio de 3,2 miembros, cuando en 2010 había un promedio de 3,8 y en 2001 era de 4,2 miembros por hogar.
En Ecuador, tres provincias tienen la tasa de natalidad más baja: Pichincha, Azuay y Galápagos. Eso quiere decir que dichas poblaciones son las menos jóvenes del país.
Coincidentemente esas mismas provincias son las que tienen mayor expectativa de vida.
Por otra parte, Orellana, Napo y Morona Santiago (Amazonía), son las provincias donde hay una mayor tasa de natalidad.
Cambios sociales y económicos cuando hay menos hijos
Las parejas y las mujeres tienen cada vez menos hijos. Hay al menos cuatro razones por las que esto pasa.:
- Un alza de los divorcios.
- Priorizar el desarrollo profesional.
- El incremento en el uso de métodos anticonceptivos.
- Cambio cultural e ideológico sobre formar familias.
Las políticas públicas deben empezar a trabajar en torno a las sociedades que se van quedando sin población jóven.
Castillo señala que en Ecuador hay que repensar las políticas, por ejemplo, de la seguridad social. Pues al estar a la baja, la población joven está también cayendo la población que a mediano plazo será económicamente productiva.
Nuevas políticas públicas ante poblaciones con menos hijos
Cuando se habla de baja tasa de fecundidad hay puntos de vista en los que se destaca lo positivo y lo negativo de este fenómeno.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) indica que la seguridad social es uno de los principales riesgos de perder a la población joven. ¿Cómo se financiarán los programas de cuidado de los adultos mayores?
Por otro lado, plantea que al haber menos hijos, se reduce la carga familiar para las mujeres los que les permite un mayor desarrollo profesional y así alcanzar la equidad de género.
Repensar las políticas públicas es algo urgente. Por ejemplo, las carreras universitarias de cuidados infantiles (parvularias), deberían transformarse en carreras ligadas al cuidado de adultos mayores.
Los Gobiernos deben plantear políticas que apunten a extender los fondos de reserva y a adecuar el sistema de jubilación. (AVV)
Diario La Hora