Es el primer trabajo formal de Luisa Martínez. Lleva casi un año asesorando a empresas y a personas naturales en tributación. Tiene 24 años, se graduó de economista y está estudiando una nueva carrera: Derecho.
Ella gana el salario básico unificado (SBU) de $ 460. Gasta $ 200 en pensión universitaria, $ 50 en servicios básicos (agua, luz e internet), $ 40 en movilización, $ 100 en alimentación y $ 50 en seguro médico, a pesar que cuenta con la afiliación del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
“Prefiero gastar en un seguro porque hay falta de insumos en el IESS”, afirma Luisa, quien de todo lo que cancela le queda al mes $ 20, cantidad que tampoco puede ahorrar. Dice que, aunque no paga arriendo porque vive con sus padres, siempre hace falta un dinero extra.
“Un salario ideal es de $ 700, ese debería ser un básico porque no alcanza”, indica la joven, que por tiempo no puede buscar un ingreso adicional.
El promedio anual de alza del salario básico desde el 2001 al 2024 ha sido entre $ 10 y $ 22.
El mayor aumento fue entre el 2007 y 2008 de $ 170 a $ 200, es decir, $ 30 y el mínimo incremento fue entre el 2019 y 2020 de $ 394 a $ 400, en total $ 6, aunque entre los 2020 y 2021 no se aumentó por la pandemia COVID-19 y se mantuvo en $ 400. Hoy es de $ 460.
¿Con esta cantidad se pueden satisfacer las necesidades?
La respuesta a esa pregunta dependerá del análisis de los ingresos de los integrantes de una familia, dice el economista Jorge Calderón, quien hace referencia al precio de la canasta básica, que a septiembre de 2024 se ubicó en $ 803,92, cantidad superior a los $ 460.
“Si asumimos que hay dos personas (en el hogar) que trabajan, sea padre, madre o hijo mayor, suman $ 920 y supera a la canasta básica y podemos cubrir esas necesidades, pero no es así en la vida real”, dice.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) analiza la canasta básica a una familia de cuatro personas, de las cuales 1,6 reciben ingresos, y dentro de los $ 803,92, contempla rubros por alimentación, alquiler, indumentaria, salud, educación, transporte, artículos personales y otros.
“Vamos a la vida real porque suele haber incremento de precios en los productos, sea por temas de sequía, crisis energética, que también están limitando la oferta de algunos productos y frena tu poder adquisitivo y buscas un reemplazo o dejas de comprarlo. Recordemos que los niños estudian y así sea educación fiscal hay costos por cubrir, entonces el salario básico no alcanza, peor si solo trabaja una persona. El escenario se complica y esto, ¿qué genera?, un alto endeudamiento”, explica Calderón.
El economista menciona que no todas esas deudas se cancelan, lo que provoca un daño a esas finanzas personales. La morosidad promedio en las entidades bancarias alcanzó el 3,7 % al 31 de agosto pasado, de acuerdo con Asobanca.
Gabriela, estudiante universitaria de 22 años, gana el salario básico en una agencia de marketing en la que trabaja desde hace más de seis meses. Aunque no cree que sea una remuneración justa, considerando la carga laboral, tiene la capacidad de ahorrar $ 150 cada mes, pues vive con sus padres, quienes también la ayudan a pagar parte de su carrera y ventajosamente no tiene deudas.
Además de su universidad, Gabriela gasta el resto de su sueldo en servicios básicos, insumos para sus tres mascotas, y en gasolina para movilizarse.
“Creo que un sueldo justo sería a partir de $ 500 (…). El trabajo que te dan es mucho y la ganancia es poca”, dice y espera pronto ganar más dinero.
Para la analista económica Paola Ycaza el concepto de salario básico es una medida de redistribución de riqueza por parte del Estado y afirma que aquellos $ 460 no se ajustan al contexto y resulta complejo.
“A nivel micro, Ecuador es un país caro, y sobrevivir con uno, o incluso dos salarios básicos es complejo”, explica Ycaza, añadiendo que esto empuja a las familias a pedir préstamos a cooperativas que no pueden pagar. En el peor de los casos acuden a chulqueros.
Ycaza considera que es necesario encontrar un balance entre la economía de las familias y las alzas de sueldos anuales para que no sean un obstáculo para las pequeñas y medianas empresas, y con esto impulsar la contratación.
Incrementa la informalidad
La experta argumenta que el aumento anual del salario básico añade presión a las empresas, lo cual podría influir en los niveles de informalidad del país, que según datos del INEC, el 55,4 % de las personas con empleo se encontraban en el sector informal de la economía a septiembre de 2024.
“Si a un empresario le preguntas: ¿prefiere pagar $ 460 o $350?, seguramente dirá $ 350, pero puede emplear a más gente. Entonces qué prefiero: ¿tener más gente con trabajo con el sueldo más bajo o menos personas empleadas con sueldos básicos que van subiendo?, esa es la pregunta que debe hacerse el Gobierno”, expresa Ycaza.
En tanto, el actual salario, según Calderón, no te brinda oportunidades de crecimiento, sea una persona que viva de esa cantidad y peor si mantiene a otras, eso se vuelve irreal.
Entonces, ese límite se convierte permanente. “Si sus gastos están incrementándose tu capacidad de ahorro es menor o nula porque tienes que cubrir algunas necesidades. Y cuando se quiere comprar algún tipo de activo sea casa o vehículo no lo podrás hacer”, dice Calderón.
Además, surge otro detalle, dice Calderón, y esta es la mal nutrición por desconocimiento. “Lo que va buscar el padre es algo (comida) que te llene y sea barato, que no necesariamente es nutritivo. Le va a afectar en su capacidad cognitiva y no tendrá las condiciones adecuadas para un trabajo mental, solo algo físico”, indica Calderón. (I)
Fuente: El Universo