El sector eléctrico de Ecuador se asienta sobre varios escenarios para hacer frente a la actual crisis que atraviesa; sin embargo, en esas alternativas se registran algunos problemas y el Gobierno busca sortear esas dificultades para reducir el tiempo de los apagones y para futuros estiajes.
La mayor fuente de generación es la hidráulica, pero atraviesa por una grave sequía; el parque termoeléctrico no ha recibido el mantenimiento que corresponde, sumado al costo que tiene para producir energía y en su mantenimiento; y la opción de compra de electricidad a Colombia también tiene sus complicaciones, indican los expertos.
El consultor energético Jorge Luis Hidalgo comenta que, si se buscan soluciones a corto plazo, que si bien no serían para diciembre, se tiene que “pensar en un plan estratégico de seguridad energética nacional como lo hace cualquier país medio racional en el mundo”, es decir, “cómo potencializar mis condiciones energéticas, y a partir de ahí se ven otras soluciones”.
Pero ¿cuál es realmente la situación de estos escenarios?
Generación hidráulica
El presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos de Azuay, Diego Morales, explica que en el escenario hidroeléctrico “estamos un tanto complicados, porque no ha llovido en las proporciones ni el tiempo que se requiere”, por lo que la central Coca Codo Sinclair en promedio está generando entre 700 y 800 megavatios (MW) de los 1.500 MW que tiene de capacidad.
Mientras que el Complejo Hidroeléctrico Paute Integral, conformado por las centrales Mazar, Molino y Sopladora, dependiendo de la hora del día está generando entre 600 y 900 MW. La potencia entre las tres centrales es de 1.757 MW, y nuevamente el embalse de Mazar se registró a la baja, por lo que es complicado si no se presentan las lluvias.
Las autoridades del sector eléctrico han mencionado que el 72 % de la generación de energía en el país depende de las lluvias, y esa “dependencia nos ha llevado a los cortes de energía”. “Estamos haciendo todo lo posible para solucionarlo”, menciona la ministra de Energía y Minas (e), Inés Manzano, en un video publicado en octubre pasado.
En medio de toda esta crisis, el expresidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos del Ecuador Andrés Oquendo indica que el mejor escenario sigue siendo el continuar por lo hidroeléctrico, pues, aunque se atraviesa por una sequía, es temporal, pero según la hidrología de Ecuador se debe pensar en implementar.
De hecho —dice Oquendo— están en estudio dos hidroeléctricas “bastante grandes”: una es Cardenillo, cuya capacidad sería de 600 MW, y la otra es Santiago, de 3.000 MW. De construirse esas dos centrales, inclusive en épocas de sequía tan fuerte como ahora, “no tendríamos problemas debido a que están en cuencas diferentes”. Agrega que el problema actual es que gran parte de las hidroeléctricas están en la cuenca del oriente.
Hidalgo agrega que es importante tener en cuenta que Ecuador “es bendecido por recursos naturales no renovables. ¿Cómo es posible que se diga que la culpa es de las hidroeléctricas? Esto es como que el ministro de Energía de Catar diga que lamentablemente Catar tiene mucho gas natural y ese es el gran problema que tiene”.
Parque termoeléctrico
Para Oquendo, el tema termoeléctrico es un escenario muy complicado. “Todos decimos en estos momentos: ‘¿Por qué no se mantuvo el parque termoeléctrico?, ¿por qué no se dio mantenimiento?’. Y la explicación es que es muy costoso, pero eso no se entiende”.
Además, toma en cuenta que hay crisis económica desde hace mucho tiempo, y enviar esos recursos hacia el parque termoeléctrico lo ve bien complicado: “Nos lamentamos mucho no haber mantenido ese parque termoeléctrico; pero, la verdad, no había para ello. Cuando hay crisis y no alcanza para lo que es prioritario, peor para lo que es de respaldo”.
A esto suma que también requiere más personal que un sistema hidroeléctrico.
Según Oquendo, habría que reemplazar muchas unidades, “porque nuestro parque termoeléctrico es bastante antiguo”, pues tiene entre 40 y 50 años. Indica que los nuevos generadores que iban a llegar son como un tráiler y cinco de esos generan 100 MW. Colocados en una plataforma y comparados con Termoesmeraldas en tamaño, esta última es 20 veces más grande.
Para noviembre estaba previsto que se incorporen 50 MW en Salitral y 100 MW en Quevedo, pero el Gobierno inició las notificaciones de incumplimiento y analiza la posible terminación unilateral con la empresa a la que fueron adjudicados los contratos.
Hidalgo añade que el costo es alto en la generación de energía a través de las termoeléctricas: 20, 25, 30 centavos el kilovatio hora (kWh) al poner el costo real de los combustibles; pero, como se le pone el 85 % de subsidio, tiene unos precios bajísimos, por lo que no son reales y considera que es necesario sincerar los valores y después buscar alternativas más económicas.
En ese contexto, Oquendo señala que el mayor problema es el costo de la tarifa de 10 centavos, la cual no da para la generación termoeléctrica, peor para otra fuente de producción de energía, ya sea solar, eólica, geotérmica, etc.
Dice al respecto: “Son sistemas de factores de planta bastante pequeños comparados con lo hidroeléctrico. Ahora decimos: ‘¿Por qué no tenemos lo uno o lo otro?’, y es porque simplemente no hay dinero; es así de simple. ¿Y por qué no hay dinero?, porque la tarifa no da, con la tarifa que tenemos de 10 centavos no da para otro escenario que no sea el hidroeléctrico, y eso significa que cuando no hay agua simplemente tiene que haber los cortes”.
Para Hidalgo, es importante considerar que en el país también se puede aprovechar el Campo Amistad y el gas nacional para Termogás Machala y las otras térmicas que van a funcionar con gas. Que se deben realizar trabajos y mantenimiento de pozos y en semanas se pueden aumentar 20 millones de pies cúbicos de gas, que serían más o menos 100 MW, y después se tiene la oportunidad de subir más producción para la generación eléctrica.
Importación de Colombia
Para los expertos, la compra de la energía a Colombia es un tema complicado, difícil, incluso improbable.
El presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos de Azuay indica que debe haber una armonización de las regulaciones de los dos países: “Ecuador ya tiene su regulación, que estaba escrita desde el 2022 y se aprobó en estos últimos días, pero no pasa lo mismo con Colombia. Mientras no ocurra aquello, los generadores privados de Colombia difícilmente, por no decir no, podrán vender la energía a Ecuador”.
Oquendo, quien también fue presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos de Pichincha, señala que es un tema complejo y hay que subsanar muchas cosas. Incluso si viene de un privado, para que esa energía llegue a Ecuador tiene que pasar por el sistema de transmisión, el cual no es como el de Ecuador, que el único dueño es el Estado, mientras que en el vecino país hay partes que son de privados y otras de públicos, por lo que pasar por todos esos caminos para que llegue la electricidad privada es “bien complicado”, mientras que cuando es de Gobierno a Gobierno todo se facilita.
Hidalgo agrega que es “improbable que nos vendan energía. Y no es que no tienen energía: la tienen, pero hasta que no repongan sus embalses no la van a vender. Es una estrategia de seguridad energética nacional que aplica Colombia”.
Oquendo comenta que la primera opción de Colombia es vender de generación térmica y no la de fuente hidráulica, y por un costo sobre los 30 centavos el kilovatio hora. Recalca que al estar autorizada la energía térmica, que viene de la parte privada, y si es que la generación de esta electricidad bordea los 16, 18 centavos, y dada la coyuntura de sequía, es posible que el precio alcance los 40 centavos.
En ese sentido, indica que depender de Colombia es un tema caro. “Toda energía que le compremos a Colombia estamos haciendo un pésimo negocio, pero decimos que no hay más. Sí, no hay más”.
Fuente: El Universo
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