Los vicepresidentes siempre han sido personajes incómodos dentro la Función Ejecutiva, al menos desde el regreso del Ecuador a la democracia.
Esto se debe a que, mientras las funciones de los presidentes de la República siempre han estado claras en las Cartas Magnas, las de los vicepresidentes han sido ambiguas. Y eso ha dado paso a temores, recelos, suspicacias e incluso paranoias de sedición.
Las polémicas de los candidatos vicepresidenciales Andrés Arauz y Verónica Abad
El Vicepresidente, y eso es lo único que siempre (o casi siempre) estuvo claro, es el legítimo sucesor del Presidente en caso de ausencia definitiva. Por eso, ha sido visto por algunos gobernantes como un traidor en potencia.
La actual Constitución establece que el Vicepresidente asumirá las funciones que el Presidente determine. Y eso deja un amplísimo margen discrecional que puede ir desde encargar al Segundo Mandatario la conducción del Ejército a, simplemente, tenerle contando las telarañas del techo.
Quizás algún día los políticos resuelvan el problema de las funciones de los vicepresidentes. Mientras tanto, aquí están los seis más incómodos de Ecuador desde 1979.
1
Verónica Abad
La actual Vicepresidenta ha batido récords en el lapso que tomó el distanciamiento del presidente y el Segundo Mandatario. Desde la misma campaña quedó en evidencia la ruptura con Daniel Noboa. En la entrega de credenciales, Noboa habló de traición y, en el día de la asunción del mando, Abad ni siquiera estuvo en el almuerzo en honor al flamante Presidente. Noboa ordenó a la Vicepresidenta que se traslade a la embajada de Ecuador en Israel y dispuso una reestructuración de la Vicepresidencia. Y, en marzo de 2024, el hijo de Abad fue detenido, acusado de tráfico de influencias. Ahora, un sumario del Ministerio del Trabajo la suspende por cinco meses. ¿Podrá resistir hasta las elecciones de 2025 o saldrá del cargo anticipadamente?
El presidente, Daniel Noboa, y la vicepresidenta, Verónica Abad, durante la entrega de credenciales, el 15 de noviembre de 2023.CNE, Flickr
2
Blasco Peñaherrea
Llegó a la Vicepresidencia en binomio con León Febres Cordero, que gobernó entre 1984 y 1988. Peñaherrera no era socialcristiano sino liberal, como parte del Frente de Reconstrucción Nacional. La relación fue normal al inicio, pero se desarticuló tras el ‘taurazo’, la insurrección militar que tuvo secuestrado a Febres Cordero por varias horas, en enero de 1987. El Presidente sintió que el Segundo Mandatario quiso asumir la Presidencia, algo que Peñaherrea refutó en su libro ‘Viernes negro’. Sí, escribió todo un libro para demostrar que Febres Cordero estaba paranoico.
3
Rosalía Arteaga
Fue una sorpresa que Arteaga se aliara con Abdalá Bucaram para la campaña de 1996. Sin embargo, no fue sorpresivo que, una vez en el poder, Bucaram excluyera totalmente a Arteaga del manejo del Estado. Ni siquiera le encargaba la Presidencia cuando él viajaba al exterior. Además, Arteaga se opuso públicamente a posturas de Bucaram. En el ‘carnavalazo’ de 1997, Bucaram huyó del país y dejó el cargo, pero Arteaga no pudo asumir la Presidencia pues el Congreso nombró a Fabián Alarcón como Presidente interino. Solo gobernó tres días, encargada del poder. Incluso hoy, Bucaram sigue acusando a Arteaga de haber sido «conspiradora».
Rosalía Arteaga junto a Abdalá Bucaram, en 1996.Archivo
4
Lenín Moreno
Llegó a la Vicepresidencia en binomio con Rafael Correa, en 2007, y estuvo en el cargo hasta 2013. Fue el rostro amable del Gobierno gracias a que desarrolló su plan pionero para atender a personas con disapacidad. El cambio en las fuerzas internas del partido Alianza PAIS, y quizás los celos por la popularidad de Moreno, causaron un distanciamiento. No fue tomado en cuenta como binomio de Correa para 2013 y fue a Suiza como enviado especial del secretario general de las Naciones Unidas sobre Discapacidad y Accesibilidad. Regresó para ser candidato a la Presidencia en 2017. Y ganó.
Rafael Correa y Lenín Moreno.Archivo
5
Jorge Glas
Considerado un alfil de Rafael Correa, asumió la Vicepresidencia en 2017, en binomio con un Lenín Moreno que ya había roto con el líder de Alianza PAIS. Glas apenas tuvo funciones y su salida del cargo, a ocho meses de ausmirlo, fue el punto culminante de la ruptura con Correa, que se convirtió en confrontación abierta y partió en dos al correísmo.
Jorge Glas y Lenín Moreno durante la Quinta Convención de Alianza PAIS, el 1 de octubre de 2016, en Quito.Flickr / Sio El Ciudadano
6
Alberto Dahik
A diferencia de lo habitual, la incomodidad que causó Alberto Dahik al presidente Sixto Durán Ballén (1992-1996) no se debió a una confrontación interna sino al escándalo de los fondos reservados. Antes, Dahik actuaba como cabeza del manejo económico, tal como estaba previsto en la campaña. Durán Ballén le retiró el respaldo a Dahik, quien dejó el cargo en octubre de 1995 para huir hacia Costa Rica, donde estuvo exiliado 16 años.
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