El panorama de hileras de buses volvió este lunes, 28 de octubre, a la calle Esmeraldas, luego de tres meses de haberse dispuesto un desvío debido a la intervención para la demolición del edificio Fantasía, que estuvo ubicado en la avenida 9 de Octubre.
Son un total de 18 líneas de buses que retomaron sus habituales recorridos a lo largo de la calle Esmeraldas. Estas líneas de buses son la 27, 35, 37, 42, 46, 62, 63, 90, 119, 155, 13, 64, 94, 98, 107, 117, 128 y 129.
Hoy, decenas de ciudadanos se ubicaron en sus paraderos para embarcarse a las unidades que recorren esa calle principal del centro de la ciudad.
Gustavo Rivadeneira, vocero del barrio Jardines del Salado, comentó que no les parece adecuado que los buses regresen en grupo a rodar por la calle Esmeraldas, porque se había acordado con representantes de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) que urge descongestionar las calles Esmeraldas y Los Ríos.
Agregó que se hizo una verificación de suelo a la altura del barrio del Salado (esto es, en Esmeraldas y Los Ríos, desde 10 de Agosto hasta Quisquís) y que se evidenció que es extremadamente sensible, porque el barrio se edificó sobre esteros y manglares, y el exceso de buses genera un movimiento sísmico constante, lo que contribuyó a que el edificio Fantasía se inclinara a niveles peligrosos, alertó Rivadeneira.
El dirigente añadió que el mismo daño se causaría en los inmuebles de este cuadrante y en casas ubicadas en esa zona.
“Se acordó que debían quedarse únicamente las cuatro líneas de buses de siempre, esto es, 14, 70, 90 y Pascualeña. Nada más. De esta manera, no se priva del servicio a la ciudadanía que se transporta en buses, pero tampoco se vulneran los derechos de los ciudadanos que residen en el perímetro afectado, que es básicamente el barrio patrimonial del Salado”, comentó.
Vecinos de las calles Esmeraldas y Clemente Ballén hasta Aguirre lamentaron esta decisión, porque sus edificaciones se mueven mucho cuando transita una gran cantidad de buses.
“La casa se mueve como si hubiera temblor”, mencionó una de las residentes de esa zona, quien teme que pueda haber daños en nuevas edificaciones debido al peso que genera la circulación de 18 unidades de buses.
La vecina sostuvo que está bien dejar algunas unidades que circulen, porque los moradores también necesitan movilización, pero que con más de diez líneas sí hay una afectación grande en esa zona, ya que el piso es frágil. “Esto es puro relleno”, dijo la mujer.
Rivadeneira aseguró que esta decisión representa un atentado a la propiedad privada y, principalmente, a los bienes patrimoniales que existen en este sector.
Indicó que el Ministerio de Cultura y Patrimonio ya expresó su preocupación y se solidariza con toda la ciudadanía afectada.
Agentes de la ATM recorren el sector para guiar a los conductores en esa zona, que ya quedó habilitada luego de demoler el edificio Fantasía, que tenía un desnivel de 40 cm. (I)
Fuente: El Universo