Tras el ataque de Israel a Irán en la noche del viernes, Rafael Grossi, Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), dialogó en exclusiva con Infobae desde Viena sobre la escalada de tensiones en Medio Oriente.
Asimismo, mostró su preocupación y expuso su visión sobre los conflictos globales actuales y el papel de la dimensión nuclear en muchos de esos delicados escenarios. Durante una larga entrevista, destacó además la creciente tensión nuclear y militar en múltiples frentes geopolíticos como Medio Oriente, Europa del Este y Asia-Pacífico, en los que la posibilidad de uso de armas de destrucción masiva o el ataque a instalaciones de energía atómica genera un riesgo latente de escalada.
Con relación a la réplica israelí a los ataque iraníes del pasado mes de octubre, valoró que el Ejército de Israel no bombardeara las instalaciones nucleares del país persa, lo que hubiera “agravado las consecuencias” del conflicto.
Respecto a Irán y su vidrioso plan nuclear, la postura del OIEA se centra en asegurar el cumplimiento de los compromisos de no proliferación. A pesar de la limitada cooperación actual, Grossi señala que el organismo busca más visibilidad ante el incremento de las capacidades nucleares iraníes y su decisión de enriquecer uranio hasta un 60 por ciento, algo que hace crecer las sospechas sobre su búsqueda de armamento atómico.
En el contexto asiático, remarcó que China expande su arsenal nuclear y moderniza sus misiles de largo alcance, aunque sin violar acuerdos internacionales. Grossi indicó que la expansión nuclear china -que pretende duplicarse para 2030- incrementa las tensiones regionales en el mar de China Meridional. Aunque el régimen conducido por Xi Jinping mantiene su política de “no primer uso” de armas nucleares, el OIEA observa con preocupación la tendencia a incrementar los arsenales, situación que repercute en el aumento de debates sobre la conveniencia de desarrollar armas nucleares en Japón y Corea del Sur.
La erosión de políticas de no proliferación en estas naciones podría llevar a una escalada difícil de controlar, según Grossi, quien advierte sobre el efecto dominó que un aumento en los arsenales de las grandes potencias podría tener en otros países.
Grossi enfatizó además la necesidad de reforzar el Tratado de No Proliferación Nuclear y de retomar el diálogo entre potencias nucleares para prevenir un conflicto de escala mundial. A su vez, expresó que, aunque el riesgo de escalada nuclear era anteriormente un tema teórico, la situación en Ucrania y otros focos de conflicto demuestra que la posibilidad de un enfrentamiento directo entre potencias nucleares no puede descartarse.
– En las últimas horas Israel llevó a cabo su réplica tras los ataques de octubre de Irán. ¿Cuál es su valoración al respecto?
Lo que ha sucedido en la noche y en las horas pasadas en Irán indudablemente no es una sorpresa después del ataque de Irán hace algunas semanas, con más de 200 misiles y los anuncios acerca de una posible respuesta por parte de Israel. Existieron muchas consultas y contactos a distintos niveles, algunos incluyendo a mi organismo, con relación a la necesidad imperiosa de evitar que esta respuesta de tipo militar evitara escrupulosamente las instalaciones nucleares en la República Islámica de Irán, habida cuenta las consecuencias radiológicas que podría tener impactar tanto la central de Bushehr, que es una central nuclear de energía, una central normal, como una serie de instalaciones en donde Irán desarrolla sus actividades vinculadas al ciclo de combustible nuclear, tratamiento y conversión del uranio, enriquecimiento del uranio, y demás. Este parece haber sido el caso y, si es así, nos parece algo positivo que se evite este tipo de derivación que podría agravar las consecuencias del conflicto.
De todas maneras, quiero puntualizar que los inspectores de la agencia continúan en Irán. He estado en contacto con ellos, continúan realizando sus tareas de inspección como normalmente lo vienen haciendo. Por supuesto, estamos muy al pendiente de la situación y de la propia seguridad de los inspectores y me mantengo en contacto con Israel, y en las próximas horas tendré reuniones con funcionarios iraníes para poder determinar la continuidad de nuestro trabajo. Creo que lo que ha sucedido subraya aún más la importancia de arribar a ciertos entendimientos clave con Irán para evitar justamente una deriva de consecuencias gravísimas, como sería una dimensión nuclear de este conflicto, que es mucho más amplio y mucho más complejo.
Mientras no resolvamos de manera permanente y previsible la situación del programa nuclear de Irán, esto continuará siendo una espada de Damocles que pesará sobre la paz y la seguridad internacional, y en esa región también.
– Lo llevo a otros temas. Un conflicto que lleva 33 meses en Europa con la opción nuclear sobre la mesa. Una guerra en diferentes frentes en Medio Oriente donde también hay actores con capacidad nuclear. Tropas de Corea del Norte que se desplazan para reforzar al ejército de Putin. Ejercicios navales y de fuego en el estrecho de Taiwán. Japón, Corea del Sur, Filipinas y Taiwán están en permanente alerta y rearmándose. Turquía bombardea sitios kurdos en Siria e Irak tras un atentado en una base aeroespacial. Estados Unidos observando de cerca estos escenarios. Esto solo por nombrar algunos de los conflictos. ¿Estamos ante una pre Guerra Mundial?
– Yo creo que el cuadro que acabas de pintar, que es bastante sombrío, es también exacto. Yo creo que existe en este momento una exacerbación de muchas tensiones en el escenario estratégico internacional. Y en varias de ellas, no en todas las que mencionaste, pero en varias de ellas casi todas, existe una dimensión nuclear. La dimensión nuclear tiene distintas características. En algunos de esos casos se refleja a través de la posibilidad del uso del arma nuclear y ahí tendría en mente la situación en Oriente Medio, donde existe, por un lado, la presunción de que Israel tiene armamento nuclear. Esto no ha sido negado ni afirmado, en la política de cierta ambigüedad que tiene Israel. Pero al mismo tiempo han existido en el frente árabe y persa, digamos, distintos momentos en los cuales ciertos países han buscado desarrollar armas nucleares con resultados siempre negativos, pero que han llevado a situaciones tremendamente traumáticas como la guerra de Irak, por ejemplo. Me refiero más que nada a la segunda de 2003. No tanto la primera de 1991, aunque también tenía una componente relativa al posible desarrollo de un arsenal nuclear por parte de Saddam Hussein. Como recordarás, Libia también, donde (Muamar) Gadafi tenía un programa clandestino que desmanteló él mismo en el 2003, 2004 y Siria también tuvo algunos desarrollos que ahora estamos tratando de clarificar.
Y después la saga de Irán. Y utilizo la palabra saga deliberadamente porque se trata de una historia prolongada, larga, reiterativa, pero que tiene un común denominador que es el hecho de que existen dudas… Hubo momentos en los cuales Irán no se avino a sus compromisos internacionales de No Proliferación y ahora tenemos un proceso en el cual estamos tratando de clarificar algunas dudas de lo que Irán está haciendo y además tenemos otra situación que se sobreimpone a esta anterior y es el hecho de que en torno al programa nuclear de Irán existía un acuerdo que fue denunciado por Estados Unidos que establecía una serie de limitaciones adicionales al programa nuclear de Irán que al ser abandonado hizo que Irán volviese a desarrollar sin cortapisa uranio prácticamente a niveles militares. Para hacer un arma nuclear hace falta dos materiales: plutonio o uranio enriquecido. El uranio enriquecido a un nivel del 90%. Irán lo está haciendo ya el 60%, un mero paso casi formal.
– Parecería que no hay muchos actores dispuestos a desescalar, salvo su organismo. Por el contrario, se ve que se exacerba este escenario.
– Es verdad, existe cierta insistencia o una búsqueda de llevar las cosas hasta un límite, lo cual es sumamente peligroso. ¿Por qué? Porque existen países que frente a esta situación -y vos mencionabas algunos en tu enumeración- que comienzan a preguntarse si no deberían revisar su previas decisiones de no tener armas nucleares.
– Japón o Corea del Sur, por ejemplo.
– Hay bastantes, hay dos en Asia, o sea, la política de Japón es siempre de No Proliferación, pero hay alguna gente en Japón que habla, en Corea del Sur, en Turquía, en Arabia Saudita, es decir, países muy importantes, donde si bien es una política oficial, ya hay un debate y esto ya en sí es grave. Hay un debate público y abierto donde algunas voces se elevan diciendo que frente a esta multiplicación de incertidumbres, tensiones y conflictos, quizá el arma nuclear les podría dar esa protección que tanto anhelan, ¿no? Por supuesto, yo no estoy de acuerdo con esta afirmación, pero claramente se ve una erosión muy grande del tabú de ir a la búsqueda del arma del arma nuclear, que evidentemente debe ser contenida. Y eso es un poco lo que el OIEA intenta hacer.
– Tengo entendido que usted tenía planeado, programado un viaje a Teherán la semana pasada. ¿Por qué se pausó ese viaje? ¿No están dadas las garantías o no hay colaboración de Teherán?
– En primer lugar, había un compás de espera en Teherán porque están en las vísperas de lo que creen puede ser un bombardeo importante sobre el país. Por lo tanto, el movimiento desde o hacia Teherán es bastante limitado en este momento. De todas maneras, yo he estado en contacto con el Vicepresidente de Irán, el ingeniero (Mohammad) Eslami, con quien hemos hablado. Probablemente vamos a tener algún tipo de reunión preparativa quizá aquí en Viena, para luego yo poder desplazarme a Teherán, lo cual es indispensable porque tenemos la idea de hablar con el nuevo presidente, (Masoud) Pezeshkian, quien se ha referido en términos bastante claros al tema nuclear, dando ciertos reaseguros. Pero evidentemente es muy importante, como tuve la ocasión en el pasado, tanto con el difunto presidente (Ebrahim) Raisi, con el presidente (Hasan) Rohani de tener una conversación cara a cara, digamos, para poder expresar, explicar cuál es la posición del organismo y lo que estamos esperando que Irán haga y obviamente respetuosamente escuchar cuál es la posición del Gobierno.
– ¿El nivel de cooperación de Irán en estos momentos en material nuclear es satisfactorio para ustedes?
– Diría que podría ser mucho mayor. Existe una interacción con Irán. Nosotros inspeccionamos en Irán. Pero dada la importancia que ha tomado el programa nuclear, la diversificación del programa nuclear iraní, necesitamos mayor visibilidad y esto es lo que yo les he explicado a ellos. Y esto va a ser un poco el objeto de esta negociación actual que se avecina.
– Lo llevo a Asia, que ya hemos tocado el tema. China está diversificando sus misiles de media y larga distancia, sus submarinos nucleares, las plataformas de lanzamiento móviles y silos que operan misiles balísticos intercontinentales. Y se espera que duplique sus cabezas nucleares para 2030, sino estoy mal informado. ¿Es la China de Xi Jinping una amenaza nuclear o está dentro de los parámetros que se esperan de una superpotencia?
– No. Yo creo que para empezar, no hay que olvidar que China, la República Popular China, es uno de los cinco países autorizados por el Tratado de No Proliferación a tener armas nucleares. Cuando se hizo este tratado lo que se buscó fue congelar la situación como estaba en el año 1968, 1970, que es cuando entra en vigor. Entonces se dice, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, las tienen y al tenerlas deben igualmente comprometerse a trabajar en pos de la reducción de esos arsenales y en pos del desarme en algún momento. De modo tal que sitúo esto para indicar que China no está infringiendo una norma internacional. Lo que sí se observa es un aumento muy importante de los arsenales nucleares de la República Popular China. Esto sí se ve con gran claridad. China también tiene una política de ‘no primer uso’, es decir, de no ser el primero que utilice un arma nuclear. Vos sabés que los países que tienen armas nucleares tienen una doctrina que es básicamente decir en qué casos ellos utilizarían el arma nuclear. Y China se ha caracterizado tradicionalmente por manifestar esto. Pero igualmente en el caso del Mar de la China y toda el litoral de China y la cercanía del país, se ve una una situación de tensión bastante clara y China ha decidido invertir más y hacer más armas nucleares.
– ¿Y esto implica una preocupación para su organismo?
– Al ser un país dotado de armas nucleares y reconocido como tal por la comunidad internacional, no de manera directa, pero sí de manera indirecta, en el sentido que todo aumento de los arsenales de las potencias nucleares -y en esto yo diría que podemos poner la mirada en casi todos los demás, no solamente en China- se ha claramente abandonado -no definitivamente o al menos eso es lo que espero-, ha cesado la tendencia a la baja que había de los arsenales nucleares. Pasamos de cifras de 70.000 ojivas nucleares, cifras realmente absurdas porque servirían para destruir el planeta 100 o 200 veces. Estábamos en una carrera de armas nucleares hacia el absurdo. Entonces eso en algún momento se vio. Las grandes potencias comenzaron a disminuir sus arsenales nucleares y hoy están en torno a las 10 mil, 12 mil ojivas, que igualmente es una cantidad increíble. Con mucho menos de esto se aniquila la humanidad. Lo grave de esto es que este proceso se ha frenado y no solamente se ha frenado, sino que lo que se dice bueno, estamos en una situación que es de mucha tensión y algunos países dicen ‘bueno, yo me quedo acá y empiezo a modernizar, a desarrollar nuevos sistemas de armas’. Y es allí la preocupación nuestra, en el organismo, no solamente por ellos, sino también, como decíamos hace un minuto, por el efecto de emulación que existe en los países que dicen: ‘Estos tienen armas nucleares’; ‘tienen cada vez más armas nucleares’; ‘hay más conflictividad internacional’; ‘tenemos la guerra en Europa’; ‘tenemos la situación del conflicto entre Corea del Sur y Corea del Norte’. Recordando, por ejemplo, que Corea del Norte ya no tiene más como un objetivo constitucional la unificación. Es decir, ellos están hundiendo los talones… Serán dos países, dos regímenes diametralmente opuestos y probablemente irreconciliablemente opuestos, lo cual sería un fracaso importante en el plano de la política internacional.
– Siguiendo este punto, dos encuestas nacionales mostraron que en Corea del Sur su población está preocupada por esta Corea del Norte y verían con buenos ojos contar con armamento nuclear. Y lo mismo está pasando con Japón, que tradicionalmente era un actor fundamental en la No Proliferación, pero ahora hay políticos y dirigentes que sí lo ven como una opción válida. En este contexto, ¿cómo se puede desescalar ante esta tensión tan evidente?
– Es un muy buen punto. Yo pienso que lo primero aquí es reforzar el régimen de No Proliferación, es decir, no agravar la situación con la adición de cuatro o cinco países más con armas nucleares, porque está muy claro que con el nivel de conflictividad que estamos viviendo en la actualidad, a mayor cantidad de países con armas nucleares, la posibilidad de su uso aumenta. El uso del arma nuclear implica una escalada que es muy difícil de controlar. Hay algunos estrategas que consideran que un conflicto nuclear puede circunscribirse a un ámbito muy limitado. Esto es dudoso porque es probable que el país atacado cuente con el apoyo de algún otro poseedor de armas nucleares. Es decir, entramos en una especie de juego de espejos y de reacciones en cadena que puede llegar a ser dramático. Basta remontarse a cómo se inició la Primera Guerra Mundial o la Segunda Guerra Mundial también, donde aparentemente situaciones puntuales, regionales, teóricamente circunscribibles y contenidas generan una reacción en cadena por la cual existen compromisos de alianzas militares. Por ejemplo, en el caso de la de la Alianza Atlántica, de la OTAN o de sus contrapartes, cualesquiera fuesen ellos, que puede generar lo impensable. Que de pronto nos enfrentemos a un conflicto con utilización realmente de armas nucleares, que esto que era una especie de cuestión disuasiva, que no se pensaba que pudiese llegar a tener una concreción, suceda. Entonces lo que yo digo en primerísimo lugar es reforzar el régimen de no proliferación. Y en segundo lugar, yo creo que hay una necesidad de retomar a nivel de las grandes potencias un diálogo en torno a la situación con relación a las armas nucleares. El proceso no será fácil, seguramente, pero no debemos olvidar que estos países continúan reiterando aquella frase de Ronald Reagan y Mijail Gorbachov de que una guerra nuclear no puede ser ganada y por eso nunca debe ser peleada. ‘Nuclear world cannot be won and must never be fought’. Este principio, que es muy claro, creo que encierra una sabiduría muy obvia, pero que en este momento parece estar siendo olvidada.
– ¿Creo que los conflictos que están aparentemente circunscritos quizás puedan desencadenar en algo mayor?
– Yo creo que la posibilidad existe y por eso es que deben buscarse rápidamente vías de desescalada y de negociación. Esto lo vemos claramente, por ejemplo, en el caso de Ucrania, donde un conflicto exteriormente entre la Federación de Rusia y Ucrania tambalea o camina por la cuerda floja de la posibilidad de que toda la Alianza Atlántica de pronto se encuentre en un conflicto militar directo con la Federación de Rusia a raíz de algún apoyo o intervención que pudiese suceder. De modo que esta lógica de los encadenamientos con una finalización imprevisible no es algo teórico sino que lo estamos viendo en la práctica. Lo mismo ocurre en el mar de China, a la situación en el Estrecho. En fin, en todos lugares donde existe claramente la posibilidad de una escalada y cuándo una escalada se produce entre países que poseen armas nucleares la utilización de la misma no puede ser excluida de ninguna manera.
– La última de las preguntas, quizás personal. ¿Lo desvela algo? ¿Qué es lo primero que pregunta su equipo cuando se despierta por la mañana?
– Bueno, lo primero que nosotros tenemos en mente en este momento es la situación en Ucrania. Nos preocupan muchas cosas, Irán y el Oriente Medio y la península de Corea. Pero en este momento es Ucrania. Porque estando en la central de Zaporiyia, todavía en una zona de combate activo, prácticamente todos los días tenemos algún episodio. Yo ahí tengo un equipo del OIEA que está destacado en permanencia, que rota obviamente, pero que está destacado en permanencia. Yo he estado ahí en reiteradas veces, he estado diez veces desde que empezó la guerra y cinco veces en la central de Zaporiyia. Y allí, tenemos claramente un foco de atención muy grande. Así que eso yo diría que es lo que nos tiene, no sé si sobre ascuas, pero absolutamente atentos a lo que pasa minuto a minuto.
– Está en Viena encabezando la Conferencia Internacional sobre Pequeños Reactores Modulares y me gustaría que empecemos por ahí y me diga de qué se trata esta conferencia.
– Dentro de las variables tecnológicas que existen en materia de energía nuclear hay un nuevo desarrollo que es el de las pequeñas centrales modulares. ¿Qué es esto? Básicamente, como el nombre lo indica, es un tipo de central nuclear compuesta por pequeñas unidades, pequeños módulos. Una central nuclear normalmente va entre los 400 megavatios y mil ó 1200 megavatios de potencia. Y las centrales pequeñas y modulares son centrales compuestas de pequeñas unidades. Imaginemos como si fueran Legos que uno va pegando de acuerdo a la necesidad que tiene y eso hace que este tipo de reactores sean reactores interesantes en distintas configuraciones. Por ejemplo, en lugares remotos donde el acceso a la red eléctrica del país es más difícil o que puedan situarse muy cerca del cliente. Tenemos en este momento un desarrollo muy interesante, que es que el hecho que las grandes firmas de tecnología de la información como Google, Microsoft, OpenAI y otras grandes como ellas, Meta, están buscando afanosamente la energía nuclear y en particular este tipo de reactores. Primero, porque sus centrales de datos son muy voraces en materia de consumo de energía y por lo tanto desestabilizadoras para una red energética normal y además porque no quieren que su crecimiento se vea asociado al mayor uso de combustibles fósiles. Por lo tanto, ellos buscan dentro de la paleta de posibilidades tecnológicas que existen, las que puedan adaptarse más fácilmente a las renovables, justamente por sus características, porque hacen falta grandes extensiones de parques eólicos o las fotovoltaicas. Entonces, hay que buscar una solución adaptable, alternativa. Como la desalinización en los países árabes. La desalinización es un proceso también muy demandante de electricidad y por lo tanto plantea ese mismo problema.
– Un episodio en esa central tan importante en Ucrania y Europa. ¿En qué podría desencadenar?
– Bueno, si tuviésemos ahí una situación de un ataque a la central o de la vulneración de los sistemas de seguridad de la central, podría existir un accidente nuclear con consecuencias radiológicas. Eso son seis centrales. Seis centrales de mil megavatios cada una. En ese lugar, en un kilómetro de superficie está el 20% -o estaba el 20%- de la energía de un país tan grande como Ucrania. Por lo tanto, se trata de un reservorio de material nuclear enorme con decenas de miles de kilogramos de material nuclear que si fueran objeto de un ataque directo estarían librados al medio ambiente. Por lo tanto, tenemos una preocupación, tenemos un equipo actuando, estamos informando constantemente. Yo estoy personalmente en contacto con ambos gobiernos, por lo tanto estamos tratando de disuadir. No estamos observando con los dedos en los oídos a ver si hay una explosión y ver qué pasa después. Estamos tratando de tener una política muy activa para evitar que eso suceda, pero verdaderamente no existe garantía alguna. Es un combate. Es una guerra, en serio.
Fuente: Infobae